“Sonamos como no hemos sonado en la vida”
Carlos Goñi vuelve a Murcia para presentar Babilona Tour, su décimo disco, y entre la vorágine de entrevistas tiene la amabilidad de conceder unos minutos a eldiario.es Región de Murcia. Tras cuatro años desde su anterior disco de estudio, comenzamos por preguntarle qué ha estado haciendo durante ese tiempo.
¿Cómo han transcurrido estos cuatro años, Carlos?
Pues en 2011 fue cuando salió Argán, y durante el 2012 estuve todo el año de gira. Hicimos como unos 70 conciertos. En 2013, cuando estaba escribiendo, fue cuando hice Enjoy, lo que me llevó de gira con ochenta y tantos conciertos, y en 2014 hemos grabado Babilonia.
Este jueves presenta en el Teatro Romea de Murcia su disco Babilonia. ¿Qué puede esperar el público que acuda a verles?
Una banda sembrada. Esto es algo en lo que coinciden muchos comentarios. Sonamos como no hemos sonado en la vida. Y además el público se encontrará con un buen repertorio porque tendremos seis canciones del nuevo álbum, lo que está muy bien. Meter seis canciones de un nuevo disco cuando se tienen tantos álbumes en el mercado, pero bueno, son dos horas y pico, casi dos horas y media, así que habrá tiempo para tocar temas de otras épocas. Cada disco nuevo que sacas, lo que haces es ir añadiendo a todo eso que tienes ahí detrás. Para mí, este disco es... Bueno, no voy a entrar en la falacia de decir que el último disco es el mejor, porque en cada trabajo habrá canciones que a la gente le emocionen más que otras, pero en cuanto al nivel que hay sobre el escenario, ahí sí que lo tengo claro.
¿Le suelen hacer esa pregunta tan manida sobre si 'estamos ante su disco más maduro'? ¿Qué cosas nuevas ha incorporado a su música desde que empezó su carrera?
La vida siempre te aporta cosas nuevas, y esas cosas yo las incorporo a las canciones. Cada disco es más maduro que el anterior porque eres más mayor. Así de sencillo y de rotundo. El próximo disco que saque será más maduro que este, y eso es así (Risas).
Cuando ya se es un artista como Carlos Goñi, con tanto bagaje, ¿cómo se selecciona el repertorio más antiguo que va a tocar en un concierto? ¿Huye de los grandes éxitos que todo el mundo le va a pedir?
Los discos los hago de una forma egoísta, fíjate, en el sentido de que los hago pensando en lo que me dicta el corazón, y se ha acabado. No me entra nada que tenga que ver con la moda ni con los gustos que pueda tener el público, porque creo que no debe de ser así. Una muestra artística debe salir de lo más adentro de ti, y eso es lo que tienes que poner encima de la mesa. Y luego, si al público le gusta o no, es un riesgo que tienes que correr. La grabación la hago de forma íntima y personal, y ya está. Pero cuando estoy encima del escenario, yo por lo menos aplico otra cuestión. Aplico que yo soy el que da la fiesta, y el público son mis invitados, y tengo que conseguir que se lo pasen lo mejor posible. Y si eso significa que tengo que tocar El Dorado, y San Pedro, y Odio, y otras que gracias a dios son unas cuantas, las que el público ha tenido a bien convertirlas en una referencia de la banda de sus vidas, pues yo las toco encantado, igual de bien o de mal que el primer día. Me parece lo justo, y yo soy muy respetuoso con mi carrera. Mis canciones son las que han pagado la educación de mis hijos y no podría decir ahora, 'oye, pues paso'. Hay canciones que tienen que sonar y es así.
¿Qué diferencias aprecias entre el panorama musical en el que se hizo un hueco y el actual?
Siempre ha habido cosas que me han gustado y siempre ha habido otras que no me han merecido atención. Tengo la sensación de que hoy en día, por el hecho de que no te hace falta alguien que apueste dinero para que saques tu disco, sino que lo grabas en tu casa más mal que bien, o en un estudio mediocre, lo que se ha generado es que no hay un filtro. No hace falta nadie que se la juegue, y por eso hay más cantidad de cosas de las que no me merecen la pena que de las que sí. ¿Por qué? Porque ahora cualquiera coge una guitarra y dice que toca. Y graba un disco. Por eso ahora, a lo mejor, hay cosas que en condiciones normales de inversión, alguien diría 'oye, vuelve a tu casa, aprende, ensaya, afina y luego vuelves'. Hoy, con las redes sociales y demás, puedes tener un público sin necesidad de haberte dejado la garganta en ensayos.
Y la última, también sobre el ayer y el hoy, que en el asunto de comprar música parece que están conviviendo en estos tiempos: ¿Dónde se sitúa Carlos Goñi, en el iTunes o en el vinilo? Bueno, o en ninguno de los dos...
A ver, yo creo que lo de comprar en vinilo es muy romántico y lo que tú quieras, pero las ediciones de vinilo no pasan de los 700 discos. Con eso no te da ni para pagar la portada. Yo para eso prefiero que la compañía se gaste el dinero en lo que se lo tenga que gastar, y no en un capricho mío. ¿La gente compra vinilo? Me parece estupendo, si es mucho mejor y más bonito, y ves todo el trabajo de la gente que ha diseñado una portada y tal... Pero es que eso ya no existe como tal, se ha quedado como un fetiche o como queramos llamarlo. Y bueno, antes la gente también sacaba singles, y cuando vendía muchos sacaba su 'elepé', así que me parece bien que la gente ahora pueda comprarse sólo una canción si quiere. El hecho de que ahora se puedan bajar una sola cancion tuya a través de iTunes o de cualquier otra plataforma legal, te obliga a que tengas que escribir más y mejor, para que la gente, en vez de bajarse una canción, se baje tres. Eso sí que creo que es bueno para todos.