Juan Antonio Pedreño: “Si lo importante en Europa es potenciar lo local, entonces hay que apoyar la economía social”
Juan Antonio Pedreño negocia en su pequeño despacho de Ucomur, la organización empresarial que preside de economía social de la Región de Murcia, con voz templada, pero contundente. Se podría decir que es un hombre orquesta. No importa que al otro lado del teléfono o en la bandeja de entrada del correo electrónico que tiene proyectado en una pantalla de televisor aparezcan mensajes de secretarios de Estado, ministros o comisarios de la Unión Europea (UE).
Desde hace 44 años Pedreño ha estado defendiendo la economía social en distintos ámbitos. Actualmente, desde la presidencia de la Organización Europea de la Economía Social que representa a 2,8 millones de entidades que emplean a 13,6 millones de personas en la Unión, además de la entidad homóloga en España.
El cooperativista sigue ultimando reuniones bilaterales durante la primera Cumbre Europea de la Economía Social que se celebra en la capital del Segura desde este lunes 15 de septiembre hasta el viernes 19. El representante europeo de la economía social, quien viaja en avión un par de veces a la semana, cree que este tipo de empresas son imprescindibles para “fijar población” en entornos rurales, al tiempo que han demostrado su “capacidad de resiliencia” en los momentos de crisis, como ocurrió durante la pandemia de la covid.
Para que los lectores nos entiendan, ¿qué es exactamente la economía social y por qué es importante que tenga su propia cumbre europea?
Es la parte de la economía que reúne a empresas que están trabajando por una serie de valores democráticos y participativos, como son la igualdad, la equidad, el respeto por el medio ambiente y la democracia interna. Principalmente, son empresas que consideran que la persona tiene prioridad sobre el capital.
¿Qué significa para Murcia acoger un encuentro de este nivel y qué puede aportar la Región a la conversación europea?
Es un hecho histórico. Es la primera cumbre que se celebra de economía social en Europa y es en Murcia. Van a estar presentes todas las instituciones europeas, como la Comisión, el Parlamento, el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social. De la OCDE vienen hasta nueve ministros de diferentes países de Europa.
¿Cuál es su principal preocupación en estos momentos de giro geopolítico de la UE?
En este periodo de la nueva Comisión Europea, determinadas políticas sociales se están debilitando. Se ha cuestionado, incluso, la continuidad del Fondo Social Europeo. ¿Por qué? Porque, de alguna manera, Europa tiene que destinar gran parte de su presupuesto a cosas que no pensaba, tipo aranceles, defensa, competitividad, línea estratégica autonómica de ámbito europeo. Entonces, claro, al tener que dotar esos ámbitos tiene que restar de otras partidas y ha optado por restarlo de partidas sociales. Esto es un problema también para toda la parte socio empresarial de Europa.
Lo estamos viendo con la elaboración de presupuestos. Los próximos presupuestos van a estar terminados a principio de 2027, pero se están negociando durante estos meses. En ese borrador de presupuestos ya falta dinero para las políticas sociales en comparación con el anterior. Incluso la interlocución de la parte social del ámbito europeo se ha visto debilitada. Cuando a juicio de la propia Comisión Europea, en el momento tan difícil de 2011 o durante el covid, muchos empleos se mantuvieron o los supermercados estuvieron llenos gracias a las cooperativas en muchos casos. No está bien invisibilizar la parte empresarial de la economía social. En España tenemos grandes empresas como la ONCE o Mondragón.
En Europa hay diferencias notables en el desarrollo de la economía social según el país, ¿cómo se trabaja para que este no sea un modelo exclusivo de unos pocos Estados más avanzados?
Ahora nos estamos encontrando con una situación geopolítica cambiante de hace dos años para acá. Los escenarios políticos son otros y lo que estamos haciendo es trabajar con los gobiernos de todo tipo, aunque haya habido cambios. Pero estamos teniendo dificultades para que entiendan, tal como lo hace el Gobierno de España, que la economía social es una prioridad o debe ser una prioridad.
Con actividades como esta queremos trasladar a Europa el mensaje de la importancia de potenciar la economía social como generadora de empleo que fija población y combate la deslocalización territorial.
¿Podría darnos un ejemplo sencillo de cómo la economía social mejora la vida cotidiana de la gente?
Para empezar las condiciones laborales y salariales son mejores. Pero lo que está haciendo la economía social, en definitiva, es que en muchos lugares de la Región de Murcia, por ejemplo, la gente no se vaya de su sitio. La gente no quiere abandonar el lugar donde está, entonces si es posible que yo pueda crear mi trabajo en mi zona, me quedo en mi zona. Una vez que una cooperativa consigue fijar una población, ya crecen los servicios también. Hay pueblos, como Oñate, en Guipúzcoa, en los que el 80% de la población trabaja en empresas cooperativas. En la Región, definitivamente, las empresas cooperativas están mayoritariamente en los pueblos.
Desde la perspectiva de género, ¿qué oportunidades abre la economía social para avanzar en igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral?
Las cifras nos dicen que en torno al 51 ó 52% de las personas que están en empresas de economía social son mujeres. En torno al 38% ocupan puestos de responsabilidad, pero tenemos que seguir trabajando en ese sentido.
En un contexto donde las grandes multinacionales acaparan el mercado, ¿qué capacidad real tienen las entidades de economía social para competir o influir?
Si pensamos en el valor que tiene lo local, creo que mucha. Europa le está dando ahora mucha dimensión al valor de lo local. Es decir, si el territorio me facilita lo que necesito mi dependencia de otros para obtener productos se reduce. ¿Qué ha ocurrido en los años pasados? Que en Europa hemos sido cómodos y hemos dejado de fabricar cosas importantes. El sector del textil en España ha desaparecido prácticamente al 100%. Si lo importante es potenciar lo local, la empresa más afianzada en el tema local es la nuestra. Hay que potenciar el comercio local y poder seguir comprando en una ferretería, un quiosco o una librería de tu pueblo.
Muchas veces se habla de transición ecológica, ¿cómo puede la economía social garantizar su participación en este proceso?
Queremos respetar el medio ambiente porque queremos respetar el entorno. Una empresa de economía social, cuando se crea, se fija en un sitio y no se mueve, no se deslocaliza nunca. O cierra o se mantiene ahí toda la vida. Entonces, nos interesa que nuestro entorno sea un entorno agradable, que no esté sucio o contaminado.
Después de la cumbre, ¿qué pasos siguen para garantizar que lo discutido aquí se traduzca en beneficios reales para los países europeos y no se quede solo en discursos?
La cumbre nos va a permitir valorar los primeros cuatro años del plan de acción y nos va a permitir proyectar los cinco años que quedan. Dado el momento que tenemos, también nos permitirá saber si el Parlamento y la Comisión Europea tienen la capacidad, a través de sus direcciones generales, de aportar los recursos necesarios.
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