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“Me apasiona que una simple mutación al final pueda cambiar la historia”

Raquel Sánchez Pérez, investigadora postdoctoral ‘Ramón y Cajal’ en Agronomía, Fisiología y Mejora de frutales

CEBAS

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Raquel Sánchez Pérez (Murcia, 1977) es investigadora investigadora postdoctoral ‘Ramón y Cajal’ en Agronomía, Fisiología y Mejora de frutales. Pensó en dedicarse a la bioquímica más o menos desde COU. Al no existir entonces licenciatura directa a Bioquímica, al menos en Murcia, decidió matricularse de Biología para posteriormente hacer Bioquímica en cuarto y quinto cursos. Hasta aquel entonces tenías que acceder a Bioquímica después de haber realizado tres años desde cualquier carrera de ciencias, como Biología, Farmacia, Veterinaria, Química, Medicina…

-¿Qué es lo que más le apasiona de la investigación?

-Recuerdo que desde primero de carrera ya me gustaba mucho hacer experimentos. Soy una persona bastante inquieta y comencé pronto a realizar prácticas en el laboratorio como alumna interna en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia. 

Me apasiona que algo tan simple pueda explicar cosas tan complejas. Una simple mutación en un nucleótido puede cambiar una proteína; una acumulación de metabolitos que al final puede cambiar la historia.

-¿Cuál es el papel de la mujer en la ciencia? ¿Se ha encontrado con algún obstáculo en su carrera profesional por el hecho de ser mujer? ¿Cree que hay mejoras pendientes?

-El papel de la mujer en la ciencia es relevante, pero podría ser más destacados si hubiese menos sesgos y más representación femenina en puestos de responsabilidad. ¿Mejoras? Por supuesto que hay muchas mejoras pendientes: proyectos para reinsertar a las mujeres tras bajas de maternidad; una mayor conciliación; realizar acuerdos para escuelas de verano para científicos con hijos… Y en cuanto a la discriminación por ser mujer, sí que he notado que a veces en los congresos, cuando se organiza el programa de comunicaciones, hay muchas mujeres en los horarios con menos audiencia, como antes de comer o a última hora de la tarde. Podría ser casualidad, ¿pero tantas veces?

La agronomía es un mundo donde hay más hombres que mujeres y a algunos no les parece bien recibir instrucciones de una mujer. Va cambiando, pero poco a poco. Yo en el CEBAS no lo he notado, pero a veces en otros sitios sí lo he vivido.

-¿Un consejo para las niñas que quieran dedicarse al mundo de la ciencia?

-Pues que si de verdad les apasiona la ciencia, adelante. Es una carrera de fondo larga. Hay que ser muy perseverante; hay que apasionarse con cada paso de la investigación, no solamente con el resultado final.

-¿Qué cree que aportan a la sociedad centros de investigación como el CEBAS?

-Mucho, en este centro se intenta mejorar a la sociedad desde la investigación básica así como la aplicada. Cuantos más centros de investigación, mejor. Eso siempre.

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