Los vinos de Bodegas Castaño triunfan en Corea

Francisca Santa, madre del fundador de Bodegas Castaño, ha dado nombre a dos de sus mejores vinos: Casa Cisca (por su nombre) y Santa (por su apellido). Santa ha captado la fuerza de su personalidad en un tinto elaborado con un 90% de monastrell y un 10% de garnacha tintorera, las dos variedades de uva autóctonas del altiplano murciano, y sus 10 meses en barricas de roble francés y americano, lo que le aporta un suave toque a fruta madura y especiados. Este vino tinto de larga crianza ha sido recientemente galardonado con una medalla de plata en el concurso de vinos más prestigioso de Corea: el ‘Korea Wine Challenge 2018’.

El año pasado fue Hécula quien se llevó la medalla de oro en la edición ‘Korea Wine Challenge 2017’, lo que ha contribuido a que aparezca ahora liderando el listado de los vinos más vendidos en Corea y varias entrevistas en medios especializados destacando la calidad de Hécula, uno de los vinos más icónicos de la bodega.

Para Daniel Castaño, director de exportación de Bodegas Castaño, “estos premios son un reconocimiento al trabajo que llevamos haciendo durante varias generaciones, y nos animan a seguir con la satisfacción de saber que hemos conseguido plasmar nuestro conocimiento y nuestra pasión por la monastrell en vinos de alta calidad, apreciados por consumidores de todo el mundo”.

Bodegas Castaño, los mejores vinos del mundo hechos con monastrell

Hace más de cuarenta años, Bodegas Castaño lanzó al mercado el primer vino hecho cien por cien con monastrell, la variedad de uva autóctona del sureste español. Enseguida comenzó a cosechar premios a nivel nacional e internacional, demostrando así el inmenso potencial de la monastrell (por aquel entonces no considerada ‘top’). Si desea probar los mejores vinos elaborados con monastrell y otras variedades autóctonas, Bodegas Castaño ha elaborado una familia de productos que van desde los vinos blancos hasta los tintos, rosados y dulces, que le ha convertido en un auténtico referente en el sector.

La familia Castaño ha sabido siempre cómo aunar su filosofía emprendedora con la incorporación de nuevas tecnologías y el legado de generaciones anteriores.

No existen misterios. Nuestros vinos nacen de más de 600 hectáreas de viñedo repartidas en diferentes parcelas ubicadas en distintos puntos de la DO Yecla, donde cada variedad con la que trabajamos encuentra su espacio idóneo para desarrollarse.