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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

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Año clave para la militancia (II): la Región de Murcia

Javier Sánchez Serna, diputado nacional de UP por Murcia, tras la salida de Urralburu

José Enrique Ruiz Saura

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Los retos que Unidas Podemos habrá de afrontar en la política estatal durante este año, son muy importantes, eso es innegable. Pero, en nuestro ámbito regional, las militantes tenemos un plus añadido de trabajo. Y es que, además de ayudar a que nuestra organización ponga en marcha medidas beneficiosas para la mayoría social desde el espacio que ocupe en el gobierno del Estado, aún tenemos por delante la ardua tarea de revertir el preocupante avance de la extrema derecha en nuestro municipio y nuestra comunidad autónoma.

No obstante, en el caso particular de la Región de Murcia, vienen dándose motivos para estar satisfechos con el trabajo desarrollado en los últimos meses. Cuando a finales del pasado septiembre, de forma absolutamente sorpresiva, nos enteramos por la prensa de que Óscar Urralburu salía de Podemos ipso facto y sin una mínima explicación previa, ni a la militancia ni tan siquiera a los órganos de la formación, algunas se apresuraron a vaticinar interesadamente el colapso de nuestra organización a nivel regional.

Se intentó hacer una especie de “profecía autocumplida”. Y no puede negarse que, las formas y el trasfondo de ese movimiento de desestabilización, provocaron un pequeño shock en un primer momento a muchas militantes. Pero lejos de incidir negativamente en la motivación y el compromiso de las bases de Podemos en Murcia, este hecho supuso un auténtico revulsivo para nosotras y nuestra labor militante, cuya inercia viene manteniéndose a día de hoy.

No en vano, desde la salida de la anterior dirección regional, los compañeros y compañeras de la gestora han contado con una militancia volcada en este partido-movimiento como hacía años que no se daba. Se ha sustituido un cierto pseudo-elitismo endogámico de la época anterior por una apuesta por abrirnos, horizontalizarnos, y aunar esfuerzos e inteligencia colectiva en este momento. De hecho, un buen número de antiguas militantes desencantadas con la etapa urralburista, han vuelto a Podemos para arrimar el hombro en este nuevo ciclo.

Algunas muestras palpables de la voluntad recuperar lo que nunca debió perderse en estos últimos años es que empezamos a tener de nuevo asambleas abiertas para hacer política después de mucho tiempo sin ellas, así como otros espacios de encuentro más informales que se van generando para ayudarnos a estar más cohesionados. A diferencia de lo que sucedía antes, se ha querido que los consejos de coordinación territorial sean abiertos, sin numerus clausus, a militantes de los distintos territorios, en vez de a sólo a un grupo reducido de representantes. Esto es destacable porque, sin duda, así es más fácil percibir que tu aportación como miembro de base de la organización es bienvenida.

Además, el trabajo conjunto y las alianzas (esta vez, sinceras) que se están construyendo con compañeros y compañeras de otras organizaciones con las que compartimos ideario político, ya nos permiten contar con un germen muy esperanzador del futuro Unidas Podemos Región de Murcia. Fruto de ello fue el excepcional trabajo conjunto que se llevó a cabo en la anterior campaña electoral de noviembre.

De forma merecida, se consiguió mejorar sensiblemente el apoyo electoral obtenido en nuestro territorio en los últimos comicios de mayo, y se logró obtener representación para el Congreso de los Diputados en un contexto nada favorable. Sin olvidar que, actualmente, el compañero Javier Sánchez tiene, como secretario de la Mesa del Congreso, una creciente influencia en el funcionamiento del poder legislativo a nivel estatal. Todo ello es sin duda un conjunto de noticias razonablemente satisfactorias, pero a pesar de ello, nos queda mucho trabajo por delante para romper la hegemonía de la derecha y su discurso ultraconservador en nuestra región.

Pero lo más delicado de todo lo relatado en los párrafos anteriores es que esos “brotes verdes” de una organización renovada que nos está permitiendo sentirnos más cómodos y estimulados en los últimos meses, es sólo un boceto, no es un proyecto consolidado aún ni mucho menos. Ahí radica la transcendencia de lo que realmente nos jugamos a lo largo de este año 2020. Los compañeros y compañeras de la gestora están haciendo un trabajo meritorio pero, a la vez provisional.

Los avances de esta etapa de transición pueden materializarse, como sería deseable, o desbaratarse por completo a lo largo de este año. La vuelta a la burocratización, al hiperliderazgo cesarista, a ser sólo militantes pega-carteles, a la frustración de no sentirte representada, es decir, la vuelta a lo peor de la etapa urralburista es un riesgo que continúa presente.

No hace falta ser muy perspicaz para tener presente que, el modelo de organización que prefieren los nostálgicos de la anterior dirección regional, es antagónico al de partido-movimiento de base cuyos cimientos estamos poniendo entre gran parte de la militancia. El retorno a un neo-urralburismo sin su “fundador” supondría reconstruir tediosas prácticas como recurrir permanentemente a pequeñas reuniones de “mesa camilla” donde un grupo superreducido tome las decisiones que nos afectan a todas sin contar con nadie, desintegrar los avances en la construcción de Unidas Podemos Región de Murcia, desideologizar el discurso de Podemos para simpatizar con las élites económicas locales, y volver a vaciar de contenido espacios de participación de base cuyo control no tuvieran asegurado de antemano.

Un Podemos que involucione a lo peor de la etapa anterior, es claramente la opción preferida por quienes, en la Región de Murcia, están en contra de los valores y el proyecto político fundacional de Podemos. Todas nosotras sabemos los intereses de los sectores más rancios e insolidarios de la sociedad murciana en poner trabas y dinamitar el adecuado funcionamiento de Unidas Podemos. Es una cuestión de desactivar y domesticar al bloque político que, con mayor rotundidad, puede enfrentarse a la situación de privilegios de unos pocos en contra de los intereses de la mayoría social.

Para ello, como siempre, y tanto a nivel nacional como local, no van  dudar en volver a emplear 'cloacas' y 'quintas columnas' colaboracionistas para tratar de hacer daño a compañeros y, en definitiva, al proyecto político que nos mueve a esforzarnos. Y desde luego, parte de los medios de comunicación locales van a ser sus grandes aliados, no es nada nuevo por otra parte. Ya lo dijo Pablo Iglesias hace un par de años: un proceso interno de Podemos sin que la prensa intente influir en él, “es como una navidad sin turrón”.

Pues bien, es legítimo defender visiones políticas distintas, independientemente de que las motivaciones para ello por algún sector puedan ser más honestas o menos. Pero tengamos claro lo que nos jugamos a nivel político y organizativo en el corto y medio plazo. Hemos de ser conscientes de que, por primera vez desde 2015, tenemos la oportunidad de construir un Podemos Región de Murcia que se parezca al que siempre hemos querido tener. Así que nos toca implicarnos, contribuir a ello haciendo lo que esté en nuestra mano. No podemos dejar pasar este tren porque puede que nunca vuelva a pasar.

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