Sanitarios públicos murcianos apoyan la vacunación contra la COVID-19 y piden incluir a migrantes no regularizados y personas sintecho como colectivo vulnerable prioritario

La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de la Región de Murcia (ADSP-RM) ha emitido un comunicado para mostrar “plenamente” su apoyo al programa de vacunación universal contra la COVID-19. El día 21 de Diciembre la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó otorgar una autorización de comercialización condicional de la vacuna BNT162b2 (Pfizer/BioNTech) en mayores de 16 años afirmando que “se dispone de datos suficientemente sólidos sobre la calidad, seguridad y eficacia de la vacuna”. Su comercialización en Europa y en España bajo el nombre de Cominarty, ha llevado a que el pasado día 27 se hayan iniciado las vacunaciones en residentes y profesionales de residencias en la Región de Murcia. “Ante las controversias, incertidumbres y muchos bulos en relación con la nueva vacuna, la ADSP-RM ha decidido manifestar de forma pública su posicionamiento” reza el escrito remitido a los medios de comunicación.

El colectivo recomienda a los ciudadanos vacunarse cuando les corresponda, según el orden razonable de prioridad establecido por la Consejería de Salud, “al considerar que los beneficios esperados en términos de salud individual y colectiva superan en mucho los posibles riesgos”. Desde ADSP-RM consideran importante que el programa de vacunación, para ser efectivo, “incluya a colectivos vulnerables como inmigrantes no regularizados y personas sintecho, lo que requerirá estrategias específicas de captación”.

“Nunca la investigación de una vacuna había acumulado tantos recursos públicos y privados, de ahí la velocidad de su desarrollo”, señalan los sanitarios. Según las evaluaciones de todas las agencias reguladoras del mundo, el proceso científico en su desarrollo tiene todos los estándares de calidad y la vacuna es segura en el corto plazo y eficaz para reducir los casos leves y moderados: “No se conocen efectos adversos graves y su seguridad en el largo plazo necesita más estudios, siendo normal que se realicen una vez la vacuna está comercializada y se utiliza con millones de personas, como ha ocurrido con otras muchas vacunas y medicamentos”, añaden.

Desde la asociación expresan que su eficacia es elevada comparándola con otras vacunas: un 95 por ciento en términos relativos; en términos absolutos hará falta vacunar alrededor de 120 personas para evitar un caso de COVID -por ejemplo, en la utilizada vacuna contra el neumococo hay que vacunar alrededor de 600 personas mayores de 65 años para evitar que una de ellas ingrese por neumonía-. Se desconoce su efectividad en la generación de inmunidad a largo plazo -y si serán necesarias vacunaciones “de recuerdo”- y aún no hay certeza sobre su efecto en la reducción de la mortalidad, aún pareciendo ésta muy probable. La vacuna tiene efectos secundarios leves y moderados -como todo medicamento y no muchos más que la vacuna de la gripe- como dolor e hinchazón en el lugar del pinchazo, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, escalofríos y fiebre en los 2 o tres días siguientes a la vacunación.

La ADSP-RM pide también la “máxima transparencia y la necesidad de información” en los próximos meses sobre el desarrollo y seguimiento de las personas vacunadas, su efectividad y los efectos adversos que puedan darse. “La rendición de cuentas de las autoridades sanitarias es más importante que nunca, si queremos generar la necesaria confianza social”. La asociación indica que la vacunación ha de ser en este momento voluntaria, “aunque no puede descartarse que, dependiendo de la efectividad demostrada con su uso, en el futuro pueda ser obligatoria, especialmente en algunos colectivos vulnerables y profesionales sociosanitarios”.

Medidas de higiene y distancia

Los sanitarios recuerda que las medidas universales de distancia, higiene y ventilación van a seguir siendo “esenciales” en los próximos meses. “La vacunación no puede implicar relajación en el cumplimiento de estas recomendaciones”. Tampoco los factores socioeconómicos que están “detrás del contagio de colectivos vulnerables van a desaparecer de la noche a la mañana”, añaden.

También creen fundamental que España aliente “una estrategia global que permita la vacunación de la población de países en vías de desarrollo, exigiendo a las multinacionales farmacéuticas precios justos de la vacuna, que contemplen tanto el esfuerzo de inversión pública realizado en su desarrollo como la importancia de evitar la especulación comercial con un problema de salud pública mundial que tanto dolor y sufrimiento ha generado”.

La pandemia mundial COVID-19 iniciada hace poco menos de un año ha provocado ya en España casi 2 millones de infectados (58.000 en la Región de Murcia), y más de 50.000 muertos (728 en la Región de Murcia). “Las muchísimas acciones sanitarias y de distanciamiento social, con un altísimo coste social y económico, han conseguido disminuir los infectados y fallecidos pero no controlar la pandemia, con el riesgo real de iniciar una tercera oleada en las próximas semanas”, lamentan desde el colectivo de sanitarios públicos murcianos.