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Los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia se enfrentan a una “avalancha de necesidades sin planificación ni coordinación”

Colas ante un punto de reparto de alimentos

Elisa M. Almagro

Murcia —

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El sistema público de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia se está enfrentando a una “avalancha de necesidades” provocada por la COVID-19 con una “falta de planificación, coordinación y unificación de criterios”, de acuerdo con el Sindicato de Empleados Públicos (SIME) y CCOO.

Según un informe de ambos sindicatos, la tónica habitual ha sido recibir la información “antes por la prensa que por los responsables del servicio”. Ponen como ejemplo las ayudas a la COVID-19, anunciadas en los medios el 17 de abril. Los trabajadores, en cambio, no recibieron instrucciones sobre su gestión hasta “cinco días después”.

No ha sido el único problema surgido de la coordinación de estas ayudas. El pasado 12 de mayo se les indicó a estos trabajadores que no iba seguir siendo posible tramitar las ayudas COVID con endoso, que es una manera de transmitir un cheque a otra persona a través de una firma. Los sindicatos aseguran que este cambio en el procedimiento va “en contra del criterio de los profesionales” ya que “deja desprotegida a la población más vulnerable que carece de cuenta bancaria”.

Las tarjetas de compra para las familias cuyos hijos asistían a comedores escolares también han sido objeto de “frustración” entre los empleados de Servicios Sociales: “Se inició el reparto de 3.000 tarjetas que hasta la fecha no han sido resueltas en su totalidad, ni recargado con la periodicidad que requiere la situación”.

Durante las cuatro primeras semanas parte de la atención primaria de los Servicios Sociales se limitaron a llamadas telefónicas, “con la dificultad que ésto tiene, sobre todo para atender a población de origen extranjero”, lamentan algunas empleadas.

Reconocen que, de este modo, se evita el contagio de la población, pero denuncian que aspectos como la intervención en los casos, el seguimiento de las familias, las visitas domiciliarias y los acompañamientos a recursos quedan fuera: “Lo difícil para nosotras en muchas ocasiones es articular una respuesta a las necesidades con los recursos existentes de forma telemática”.

Bancos de alimentos, “estigma” para la población

Durante la crisis sanitaria se ha derivado la atención de la población a entidades no gubernamentales de bancos de alimentos, algo que, de acuerdo con el informe, es una “medida inapropiada”. “La derivación es un procedimiento más dentro de los muchos que se contemplan desde la atención primaria de servicios sociales” aclaran las trabajadoras sociales, “el problema es que durante casi un mes ha sido el único procedimiento operativo y está diseñado como hace cincuenta años”. Señalan que las colas frente a entidades para el reparto de alimentos es un “estigma” para la población: “Se les priva, además, de todo lo que han perdido, de su dignidad”.

Esta situación, insisten los sindicatos, “no es fruto exclusivamente de una coyuntura excepcional”. Denuncian un “caos previo en la gestión” que se ha sumado a esta situación. Hubo “retrasos” en ayudas como las municipales y para alimentación infantil en periodo vacacional, que en 2019 no se entregaron hasta el mes de diciembre.

Defienden que la demora en la dotación de las ayudas proviene, entre otras cosas, de la falta de personal que el servicio lleva arrastrando: “La demanda en esta situación de crisis ha aumentado un 300% y la plantilla un 20%”. Estos desequilibrios, afirman SIME y CCOO, “no salen gratis”: “Las profesionales pagan un alto precio personal y profesional”.

De media, las trabajadoras atienden cada día entre 12 y 15 llamadas por servicio, cuando lo habitual antes de la crisis del coronavirus era atender a unas 24 personas a la semana. “Cada día se realizan estas llamadas, con dificultades para hacer entrevistas por teléfono, hablando con personas que no entienden el idioma o analfabetos digitales. No hay tiempo para nada más”.

El volumen de carga de trabajo les impide realizar todas sus funciones dentro del horario laboral: “Muchas compañeras estamos trabajando sábados y domingos y otras, que no pueden por sus propias realidades familiares, nos hablan de sentimiento de culpa y agobio porque no ven forma de resultar ágiles en mitad de esta avalancha”.

Frente a esta situación de sobrecarga, CCOO presentó un escrito el 28 de abril en el que, al igual que el actual informe, pedían “cambios en la organización del trabajo”. De acuerdo con Comisiones Obreras, la única respuesta que obtuvieron fue un correo enviado a las trabajadoras desde la Jefatura del Área Municipal de Servicios Sociales acusándolas de que “la lentitud en la tramitación de las ayudas COVID está motivada por la multitud de errores que se están detectando en algunas de las ayudas tramitadas”.

Las trabajadoras afirman sentir “desaliento” ante “un sistema vertical donde se nos escucha poco”. Los sindicatos ahondan más en el problema y describen una “falta de autocrítica y una actitud refractaria ante las propuestas realizadas”.

“No hemos trasladado ni un reproche”

Desde el Ayuntamiento de Murcia aseguran haber contestado al informe enviado por SIME y CCOO el día de su publicación, algo que ambos sindicatos desmienten.

Desde el consistorio murciano no tienen constancia del correo que, de acuerdo con CCOO, se envió a las empleadas desde Jefatura del Área Municipal de Servicios Sociales: “Podemos garantizar que en reuniones, encuentros y seguimientos realizados a estos trabajadores no hemos trasladado ni una sola queja o reproche. Al contrario, reconocemos la labor que están realizando”.

Desconocen que las trabajadoras desempeñasen su puesto más allá del horario laboral y niegan “el aumento del 300% de la demanda que dicen los sindicatos”: “Se dispara el volumen de trabajo, eso es indudable. Se pasan a atender a diario más de mil llamadas diarias. Pero la plantilla se refuerza con doce trabajadores sociales y se han establecido turnos”.

De acuerdo con el Ayuntamiento no existe falta de comunicación entre Servicios Sociales y sus empleados: “Es cierto que al principio se organizó todo sobre la marcha, la crisis fue muy súbita”. Insisten en que durante las tramitaciones de las ayudas COVID las trabajadoras fueron informadas “un poco” de cómo debían actuar.

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