“No hay un perfil concreto del putero en Navarra, pero todos aseguran que no contribuyen con la explotación”
“Son de derechas y de izquierdas, de clase social alta y de baja, casados y solteros”. No es posible establecer un perfil del putero en Navarra, aunque los miles de hombres que recurren a los servicios de las en torno a 800 prostitutas que trabajan en Navarra sí tienen algo en común: “Todos coinciden en que esto no es explotación, afirman que donde ellos acuden nunca ocurre nada violento. No sólo no son conscientes de que están perpetuando la explotación de las mujeres como objetos sexuales, es que además lo niegan con firmeza. Tienen la prostitución muy interiorizada, para ellos es algo totalmente normalizado”.
La pasada semana, representantes de la ONG Médicos del Mundo acudieron al Parlamento a presentar un estudio sobre la prostitución en la Comunidad foral centrado, por primera vez, en el usuario de estos servicios sexuales y no en las prostitutas. El estudio todavía está en fase de conclusiones, pero algunas de ellas fueron adelantadas por su autora, la trabajadora social Paula Mauro a la Cámara. En su comparecencia estuvo acompañada por Yolanda Rodríguez, presidenta de Medicos del Mundo en la Comunidad foral, y por Marialuz Contreras, presentada como “superviviente” de la prostitución que fue rescatada de un club de alterne.
Paula Mauro habló sin pelos en la lengua y calificó a los clientes de la prostitución de “prostituyentes” o puteros. Tras explicar que su ONG lleva más de una década atendiendo a las prostitutas en Navarra, lamentó que el fenómeno de la prostitución no esté disminuyendo en la Comunidad foral. Al contrario, se alimenta de puteros cada vez más jóvenes. “La foto fija de la prostitución en Navarra ha evolucionado desde el club de alterne de carretera, que sigue existiendo, a un sexo de pago cada vez más demandado a través de Internet por hombres jóvenes cuya educación sexual está muy influenciada por la pornografía”, explicaba Mauro.
El rejuvenecimiento de los puteros ha traído consigo otro fenómeno, el de la mayor demanda de prostitutas cada vez más jóvenes o ‘teen’. Sin embargo, la ONG no ha detectado un crecimiento proporcional del número de prostitutas en Navarra, que cifra en torno a las 800.
A lo largo de su investigación, Paula Mauro se entrevistó con diversos puteros. Quería conocer su punto de vista, cuánto y por qué pagan a cambio de sexo, qué opinan sobre las mujeres de las que obtienen este servicio. ¿Razones para ‘irse de putas’? Vale cualquiera: “Celebrar que se ha cerrado un negocio, celebrar que es viernes y comienza el ‘finde’ y así sales desahogado, regalarle un buen rato a un amigo o evitarse la pereza de andar ligando por ahí”.
El estudio también le llevó a investigar las manifestaciones que los puteros hacen entre ellos en foros y diversos sitios de internet. “A diferencia de ellas, los puteros se sienten muy cómodos en general. Es su zona de confort, no tienen por qué andarse con eufemismos, es un mundo muy masculinizado en el que se cosifica sin pudor el cuerpo de la mujer”, explica.
En opinión de esta ONG, el principal problema para revertir el incremento de la prostitución es que no se actúa sobre su principal motor, que es el putero. “Si no existiera esa mentalidad en muchos hombres, el ejercicio de la prostitución sería mucho más residual”, considera Mauro.
“Entre los más jóvenes, cada vez es más habitual llegar a la prostitución a través de un anuncio, de los de prensa, sí, pero sobre todo de los que se encuentran en internet. Y el putero tiene la falsa sensación de que es la mujer quien se ofrece, no él quien lo demanda. Nuestro trabajo consiste en poner de relieve que, en ese supuesto intercambio comercial, subyace violencia de género y desigualdad”, enfatiza Mauro.
Precisamente en la igualdad está la clave, añade, “nuestra visión de los masculino y lo femenino es algo construido socialmente, así que puede trabajarse para construirlo de otra manera”.