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“Un pacto con Ciudadanos sería lo ideal para el PSOE”

El líder del PRC posa en una de las calles más céntricas de Santander. | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

Rubén Vivar

A sus 76 años, Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) vive uno de los momentos más dulces en su carrera política. Ejerce como presidente de Cantabria, es una de las voces más escuchadas a nivel nacional y el partido que creó en los inicios de la democracia, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), ha puesto la maquinaria electoral en marcha con serias posibilidades de ganar por primera vez en su historia las elecciones autonómicas y lograr representación en el Congreso de los Diputados, algo que ya intentaron sin éxito en 1993 y 2011. En apenas un mes, entre el 28 de abril y el 26 de mayo, el líder regionalista se enfrenta a uno de sus mayores retos. Por delante, dos campañas electorales en las que se mueve como pez en el agua.

Tenía clarísimo que si había un adelanto electoral el PRC se presentaría a las generales.

Naturalmente. Hay dos razones: nuestros 100.000 votantes –el 30% de Cantabria– se encontrarían en una situación increíble si 25 días antes de las elecciones regionales, que son nuestro objetivo fundamental, hay otras elecciones y no encuentran nuestra papeleta. Recuperar veintitantos días después a esos votantes es muy complicado. No podemos dejar las urnas sin la papeleta de los regionalistas.

Aparte de eso, lo que nos ha movido a tomar esta decisión por unanimidad, porque ha sido un clamor dentro del partido, es esta situación de crispación que yo no he conocido nunca y estoy en política desde el año 1976, y que es fruto, sobre todo, de haber hecho del tema catalán la única preocupación. Entendemos que la presencia en Madrid de un partido como el nuestro, que es un partido sensato, moderado, progresista, que tiene una trayectoria de dar estabilidad al Gobierno y que sabe pactar y negociar, es necesaria en estos momentos.

Si las elecciones se hubieran convocado en octubre como se especulaba, ¿también se habrían presentado?

Probablemente sí por esta situación que estamos viviendo en España. Estoy muy preocupado con la dialéctica de insultos y con este un barullo político que hay. Creo que la voz de los regionalistas impondría mesura. Somos un partido muy previsible en las decisiones que tomamos. Yo, ahora, al partido que veo con más sensatez en Madrid es al PNV.

¿El papel que busca hacer el PRC podría equiparse al que ha hecho hasta ahora el PNV?

Sí, pero con una diferencia: nosotros no somos un partido soberanista, sino que somos un partido autonomista, que defiende el Estado de las autonomías, pero que no tiene ninguna duda en que nos sentimos encantados de pertenecer a España. Nuestra región es Cantabria y nuestra nación es España, por eso nos llamamos regionalistas. Ese es un matiz importante que nos diferencia del PNV, pero en el aspecto reivindicativo sí porque en Madrid lo que impera es el voto unánime. En el Congreso son voces de orfeón que se levantan al dictado de cada partido y Cantabria es una región que tiene un inconveniente: el peso electoral de una decisión contra Cantabria no tiene la trascendencia que tiene contra Andalucía, contra Madrid, Valencia o Catalunya. Somos quinientos sesenta y pico mil habitantes y es fácil sacrificar decisiones. Por ejemplo, la conexión ferroviaria, que es la gran asignatura pendiente que tenemos. Por aquí pasan en campaña electoral todos los presidentes a decir “ahora va, ahora va, ahora va…” y no hay ni un metro adjudicado. Sabemos que en Madrid los diputados de Cantabria dirán que van a defender a nuestra comunidad, pero no, van a defender a su partido, como han venido haciendo hasta ahora y como pasó por ejemplo con el fracking.

No hay una independencia más allá de partidos que como el PNV defienden sus intereses, pero al mismo tiempo demuestran una moderación a la hora de permitir pactos y gobernabilidades. En esa línea con la que vamos nosotros allí. Un par de diputados y un senador sería un antes y un después porque empezaríamos a oír a hablar de las necesidades de Cantabria. Como digo, las decisiones se toman muchas veces están en función de los votos y los votos están en otros territorios, y en los próximos años hay unas batallas políticas muy importantes que hay que librar en Madrid, como la financiación autonómica.

Usted siempre ha sido muy crítico con los partidos nacionalistas que han aprovechado sus escaños en el Congreso para chantajear en cierto modo al gobierno de turno y conseguir más recursos para sus comunidades. Llegó a decir que “esto de convertir el Congreso en un chabaneo es un peligro” y ahora dice que va a hacer lo mismo. No sé cómo encaja.

Encaja perfectamente porque nosotros no vamos a plantear que seamos el epicentro del mundo. Nosotros pedimos lo que tienen todos, nada más. Poner el mapa encima de la mesa y decir miren dónde está Galicia, dónde está Asturias y dónde está el País Vasco y miren los trenes que están terminando en todos los sitios y aquí ni un metro de tren. Eso no es plantear ningún chantaje, es decir todos los españoles iguales.

En caso de obtener representación el voto del PRC irá para el partido que asuma los compromisos pendientes con Cantabria, ¿independientemente de que sea un gobierno de derechas o de izquierdas?

No, hombre. He dicho antes que somos un partido previsible y progresista. Nosotros llegamos a pactar una vez con el Partido Popular y fue una gestión muy eficaz, pero nos cuesta que este partido pueda pactar con fuerzas que, por ejemplo, defienden la supresión de las autonomías. Eso no cabe en mente humana. Un partido que ha nacido precisamente como autonomista cómo vamos a estar dando el voto a partidos que dicen que hay que suprimir las autonomías. Eso no hace falta ni que nos pregunten.

¿Y si se reproduce un pacto a la andaluza con VOX fuera del Gobierno?

Hasta que no llegue ese momento yo no quiero entrar en esa batalla. Lo que sí digo es que somos radicalmente contrarios al modelo territorial de algunos de esos partidos. Y desde luego, nosotros apostamos por el diálogo con los independentistas siempre que respeten la Constitución. En este país no se pueden hacer referéndums de autodeterminación mientras no se modifiquen las leyes. Ahí nosotros somos inflexibles. Ahora, ¿hablar? Naturalmente, y me sorprende muchísimo lo que he escuchado el otro día al señor Casado diciendo que han cazado a Sánchez vendiendo España. Nadie puede vender España desde la presidencia de un gobierno; ni el anterior, ni el que está, ni el que venga porque este es un Estado de derecho. El que lo haga, le procesan.

¿Cree que la derecha ha sobreactuado contra el Gobierno de Pedro Sánchez? En su opinión, ¿ha habido concesiones al independentismo?

Yo hasta ahora no he visto concesión ninguna. La derecha está utilizando el tema catalán de una manera muy peligrosa. Habiendo perdido allí el Partido Popular prácticamente toda su representación hace del tema catalán un vivero de votos en el resto del país. Explotar esto da réditos electorales, pero agudizar esta historia es muy peligroso porque, al final, esto habrá que arreglarlo hablando, aunque sea a largo plazo porque ahora no está la situación para ello.

Por otro lado, las fuerzas independentistas también son aliadas de la derecha. En la medida en que haya esa tensión y esa verborrea tan radical, polarizan allí el voto y tienen un motivo electoral. Ahora en Cataluña no hablan de lo que le preocupa a las personas, como las listas de espera, que son las más largas de España, o los colegios que están en una situación muy complicada, o los trenes de Cercanías que no funcionan, o que el 20% del presupuesto del Estado iba a Cataluña… Eso les importa tres cominos. Ellos solo tienen un eje y una bandera electoral.

También hubo una época en la que el tema de ETA fue muy rentable para algunos partidos y hacer bandera contra el terrorismo dio muchos votos. Yo espero que en algún momento en Cataluña aflore alguien con una cierta lucidez y que cuando vean que la situación económica les va a ir degradando de ser la región más pujante de España a estar en una situación por debajo de la media en crecimiento, digan que por ese camino no van a ningún sitio.

¿La figura del relator le parece adecuada para sentar las bases de ese diálogo?

Yo lo critiqué mucho porque una cosa es la idea que probablemente pudiera estar en la mente del presidente y otra lo que ellos querían, que no era un relator sino un mediador internacional. El problema que tienen los independentistas es que no han llegado a calar suficientemente en el contexto internacional y lo que querían era la foto de un señor sentado con dos Estados.

¿Va a tener un papel relevante en la campaña?

Sí, sí, claro, pero no para decir a la gente de un bando o de otro lo que le gusta oír, sino para decir que esto tendrá que tener en algún momento una solución política en base a respetar los textos legales que nos hemos dado los españoles. Otra fórmula no te lleva a ningún lado. ¿Qué es eso del 155 reforzado? Hay quien habla de suprimir partidos políticos, de suprimir televisiones… ¿y las elecciones también las van a suprimir? Porque habrá elecciones y si en esas elecciones sacan más votos, ¿qué? Es muy bonito decir “a por ellos”, pero los que tenemos más años y queremos que España permanezca unida creemos que hay conflicto que tenemos que solucionar dialogando y convenciendo.

¿Usted es partidario de que se modifique la Constitución para permitir un referéndum?

Eso no lo va a aceptar nadie en España, por lo menos en un horizonte de años. Yo no lo veo. Además, en estos momentos es impensable porque tiene que haber un consenso y ahora no hay consenso para nada. Si es que hemos visto que el Pacto de Toledo ha volado también por los aires y se han cargado unos presupuestos que no siendo los ideales, porque para Cantabria no eran excesivamente buenos, eran mejor que nada.

Hay quien le ha acusado de contradecirse porque primero cargó contra los presupuestos porque bajaban un 9% las inversiones para Cantabria y luego, cuando decayeron, usted…

Yo dije que Cantabria no se merecía, con las necesidades que tiene, aparecer en el ranking de las comunidades autónomas donde los presupuestos son inferiores. Así se lo trasladé al presidente del Gobierno, que cogió un gran rebote. A renglón seguido digo: un mal presupuesto es mejor que no tener presupuesto. Efectivamente, no estaban las obras en el Desfiladero de La Hermida, no estaba el estudio informativo con Bilbao…, pero había 177 millones de euros que ahora no tenemos.

¿Cuándo fue la última vez que habló con Pedro Sánchez?

El pasado domingo, que me llamó por los incendios.

No le llamó por las inundaciones, pero sí por los incendios.

Exactamente. Debe ser más partidario del fuego que del agua.

¿Comentaron alguna otra cuestión además de los incendios?

Pues hombre, la verdad es que yo me quedé un poco perplejo que por haberle hecho esa crítica privada, su reacción fue mandar aquí al suyo a ponerme verde al día siguiente. Y vienen las inundaciones y me llama el Rey y no llama él, ni ningún ministro. Ahora con los incendios me mandó un mensaje. Hablamos de la situación, de que hay que ser encajador y desde luego, yo tengo mis motivos porque había hablado con él y habíamos concretado una serie de cosas que deberían de aparecer en los presupuestos.

¿Y qué le respondió?

Bueno, él ya me puso aquí en otro mensaje que vía enmiendas iba a intentar a modificar el presupuesto.

¿Se cree la palabra de Pedro Sánchez?

A ver… Yo tengo un problema: creo a todo el mundo. Creí a Mariano… Recuerdo que salí de la reunión con Mariano y me dijeron “te ha abducido”; pues oye, es que me ha dicho que me va a hacer todo esto y es que, además, me lo ha dado por escrito. Luego no lo hacen… Fiarte en política… Tengo una tendencia a creerme lo que me dicen porque cuando yo digo que voy a hacer una carretera la he hecho siempre, antes o después. Habrá poca gente en los pueblos que pueda decir que he prometido algo y luego no se haya hecho.

No hay presidente que no haya venido aquí a decir “el año que viene empiezan las obras del AVE”, “pagaremos íntegramente las obras de Valdecilla”… Todos. ¿Por qué luego no lo hacen? Una de las razones es que Cantabria no desequilibra un mapa electoral. Eso lo hacen en Andalucía y se la maman, pero claro hay 8 millones de personas y aquí votan trescientos y pico mil. Esa es la razón por la que un partido como el nuestro, que no va en plan de pasar la gorra, tiene que estar en Madrid para decir que todo ciudadano viva donde viva ha de tener los mismos servicios. Eso lo he practicado yo en Cantabria. A mí se me ha criticado que todo Valderrible esté lleno de carreteras que han costado un dineral y viven 900 personas. ¿Pero qué hacemos? ¿Cerramos Valderredible? Rentable desde el punto de vista electoral no es, porque haces una obra en Marqués de la Hermida, en Santander, y tienes 35.000 teóricos votantes; en Valderrible todos los que votan son 580. Este es el criterio y esto es trasladable a Madrid.

¿Qué le dice su olfato que va a pasar el 28 de abril?

Es muy difícil, ahora se me escapa. Lo que estoy seguro, seguro, seguro es que el Partido Regionalista estará en el Congreso y en el Senado. Tenemos que conservar el 75-80% de los votos que tenemos para sacar un par de diputados.

¿Cree que lo que suceda el 28 de abril puede ser un indicador de lo que después pase en las elecciones autonómicas?

Sí, pero multiplicado. En el año 2011 me obligaron a presentarme a las generales en contra de mi voluntad y nos quedamos a 1.700 votos de ser diputado, cosa que me alegro. A los dos años y pico hubo elecciones regionales y pasamos de 44.500 a 100.000 votos. La gente tiene claro que una cosa es la elección regional y otra la nacional. La gente no quería que me fuera a Madrid y dijeron “no, no, quédate”, pero ahora el candidato es otro. No sé, yo tampoco puse mucho entusiasmo en la campaña y casi salgo. Ahora, no cabe duda de que si el día 28 como yo creo sacamos dos diputados, uno seguro, y un senador que se preparen para el día 26.

¿Y a nivel nacional qué resultado vaticina?

Creo que el PSOE va a tener más votos de lo que dicen ahora las encuestas. Pedro Sánchez ha conseguido posicionar el partido en el centro izquierda y este país es de centro, no quiere grandes aventuras. Ese papel le tenía Rivera que lo ha perdido estos días.

¿Se cree ese veto que ha anunciado Ciudadanos al PSOE y a Sánchez?

No. Nuestro partido es el único al que no nos llama nadie para decirnos lo que tenemos que hacer y si nos llaman, hacemos lo contrario… A mí me llamaron para participar en una operación contra Sánchez y me volví como loco a favor. Creo que hice más por él en los programas que cualquiera de su partido. Yo no soy del PSOE, pero a mí me vienen a ver para que me una a una campaña contra este señor y me tienen que dar razones. Él dijo “no es no”, lo cumplió y dimitió.

Con esto quiero decir que al día siguiente de las elecciones habrá una especie de mesa de las fuerzas vivas de este país, que mandan mucho y que están incluso por encima de los partidos, donde dirán: “¿Qué es bueno para España y para Europa?” Y no creo que a las fuerzas económicas les interese una involución de un corte tan radical.

¿No ve un Gobierno dependiente de VOX?

Yo creo que no. Lo que le iría al PSOE es un pacto con Ciudadanos. Ciudadanos ya había cerrado más puertas a un pacto de manera más radical y todos recordamos el veto a Mariano Rajoy, muy justificado entonces en cuanto que era el jefe por omisión de todo un equipo de delincuentes que se lo han llevado crudo. Usted no ha arrobado a lo mejor más que esos sobres de dinero negro, que es una pasta, ¿eh?

Después de las elecciones se van a mover muchas teclas, también desde Europa. La situación está convulsa, lo de Italia no gusta en ningún sitio y no quieren que aparezca otro Salvini. Macron es un radical contra los extremismos y está en el mismo equipo que Rivera. Yo no creo que esto esté cerrado por más que se diga. Los que no vamos a engañar a nadie somos los regionalistas porque tampoco debemos nada a nadie.

Entonces cree que lo más probable es un pacto PSOE-Ciudadanos si dan los números.

Desde luego. Por parte del PSOE sería lo ideal. El centro antes era Rivera, pero ahora se ha unido a esos otros dos que están echados al monte. Pedro Sánchez tiene la campaña facilona.

Tradicionalmente en Cantabria el voto del PRC que no concurría en las generales iba mayoritariamente al PSOE. Ahora, con los dos en liza, ¿puede generar roces que condicionen la reedición del pacto de Gobierno autonómico?

No, no, creo. El voto del PSOE es un voto inútil en la línea de los intereses de Cantabria porque ellos no van a imponer nada allí. No voy a dar el nombre, pero una persona muy solvente del Partido Socialista, de las que han estado gobernando aquí, me dijo una vez: “La diferencia es que a mí mañana el PSOE me manda cerrar la carretera de La Hermida y yo la cierro; yo lo que me manda el partido, Cantabria la quiero pero yo soy PSOE y yo no discuto las decisiones que me llegan”. Eso al PRC no se lo puedes ni mencionar.

Si el PRC logra representación en el Congreso de los diputados y usted ganara las elecciones autonómicas, ¿sería el momento idóneo para dar el relevo en la dirección del partido?

Hombre, claro. Cuando hay que hacer los relevos es cuando las cosas van muy bien. Pero cuando acabe la legislatura, ¿eh? No me voy a retirar antes.

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