Cuando pase la crisis
Rajoy ve signos de recuperación. Draghi, señales positivas porque las reformas están “en el buen camino”. Rajoy se felicita por su propia labor y afirma que “la reforma laboral deja ver ya su efecto en la economía”. El presidente del Banco Central Europeo alaba las medidas del colega y nos dice: “tendrán que reconocer el enorme progreso realizado por España”. Mientras nos recuperamos del espasmo de escuchar eso sin anestesia, nos damos cuenta de que nosotros vivimos en un país diferente al que vive Rajoy y contempla Draghi. La mayoría solo vemos 6 millones de parados, 400.000 desahuciados, alzas de precios, merma de nuestras condiciones de vida y derechos, y las víctimas que ya está dejando esta recuperación tan estupenda. Un futuro muy negro por las “reformas” que –dicen los que mandan- es necesario realizar todavía. Un “plan creíble” define el italiano; 'el afán reformista ni se distrae, ni flaquea, ni se agota'', precisa el gallego.
Hasta personas críticas con las políticas que siguen el PP y la UE dicen alguna vez: “Cuando pase la crisis”… Temen –más bien, esperan- que eso suceda a tiempo para que Rajoy revalide su cargo en las próximas elecciones. Es una característica humana soñar –aunque sea sin fundamento- en que el dolor y la penuria tienen un final… positivo. Creer –tener por cierto lo que no está comprobado ni demostrado- que las cosas cambian porque sí, sin intervención que enderece el rumbo erróneo. “Siempre ha sido así, todo termina por arreglarse”. Sí, aún recordarían los ciudadanos del final de la Edad Media cómo sus lejanos antepasados de diez siglos antes esbozaron el mismo comentario que se transmitió de generación en generación.
El PP intenta con fruición pasar la página de los múltiples escándalos de corrupción. Su ejército de altos cargos y voceros mediáticos han logrado sembrar dudas. Y muchos ciudadanos “ecuánimes” están más atentos al “todos lo hacen” y “solo son indicios y no pruebas hasta que decida la justicia”, que a las mil y una fumarolas que se escapan de una raíz podrida (presuntamente) que bulle en magma bajo los pies de todos. Así que toca sacar la zanahoria otra vez: la crisis se está terminando.
En el improbable caso de que así fuera a la vista de los datos (el BBVA acaba de “mejorar” hoy las previsiones para 2013 y nos da un -1,1%) ¿Cómo saldríamos los ciudadanos de la crisis? Bien claro dicen Rajoy y Draghi que una de las causas es que hemos ganado competitividad, al rebajar los costes laborales. En el país de los salarios más bajos de la UE 15 (junto a Portugal) se ha practicado una seria poda a los sueldos. Y además echamos a los jóvenes para que se busquen la vida fuera de España y bajen las cifras del paro. Pero hay mucho margen para lograr más “competitividad”. Ahí tenemos las fábricas de APPLE en China –y muchas otras en muchos otros países- con semanas de 60 horas laborales por 220 euros al mes y empleo de niños. Pagándose ellos el dormitorio hacinado y la comida.¿No tenemos en España un gran margen para lograr esa “competitividad”?
Se reactivará el crédito, aseguran. Dice Draghi que España es el mayor receptor de fondos del BCE del que se lleva el 30% del total (ése que nos cobran a los ciudadanos en dinero o en especie). Y que como los bancos tiene “crédito ilimitado” al “precio oficial”, ya pronto empezarán a surtir a empresas pequeñas y ciudadanos. El precio oficial es el 1%, ellos lo prestan a no menos del 5%, incluso a los Estados. Pero hay unos fondos y una deuda pública que aporta grandes rentabilidades si se quiere especular. Y, de momento, ahí estamos. ¿Por qué van a cambiar? ¿Por su demostrado altruismo? ¿Por su patriotismo acreditado quizás?
Ahora bien ¿quién consumirá? Parados precarios, empleados y pensionistas devaluados, ciudadanos todos ahogados por la brutal elevación del coste de la vida ¿Cómo habrá crecimiento si cada segundo somos más pobres? Las empresas se vuelcan en exportar a otros países, a nosotros ya no nos toca. Obama anuncia que va a reactivar el sector público en EEUU para crecer, nuestros jefes se espantan.
Aquí andamos en “el buen camino”: mermar las condiciones de vida de la población en general en vistas a enriquecer más al selecto grupo para quien se gobierna. Y hacer pagar mucho más por menores servicios, como vengo diciendo y demuestran los hechos. Ni un solo país se ha recuperado con las recetas neoliberales, no lo han hecho quienes cuentan: los ciudadanos que son ahora mucho más pobres. Grecia, Portugal, Irlanda, Letonia…
Existe otro camino más. Islandia nos da una lección. Crece más que ninguno en Europa. Y ha logrado que la justicia falle a su favor y pagar a su criterio todo el daño que hicieron sus bancos. No pagar a ingleses y holandeses que buscaron rentabilidades desmesuradas sin mirar más, hasta que no vendan los activos del principal banco causante del desastre. Dos diferencias fundamentales nos separan. Allí es mayoría una ciudadanía real no lastrada por siglos de incultura y mojigatería. Aquí lo es la masa ameba, aunque estemos viendo una minoría crecientes de gran arrojo. Y otra fundamental: al ser poca población están mucho mejor comunicados para compartir información.
Hay quien cree al PP y a sus homólogos europeos. Hay quien cree que habrá una recuperación y que el Estado del Bienestar volverá con su lluvia de jamones de jabugo y langostas y largas vacaciones en la playa. O al menos con lo que había. ¿Qué más datos necesitan para ver lo que muestra, fehaciente, la realidad?
Cuando pase la crisis, si pasa, no pasará para ti.