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Los empresarios catalanes se dividen ante la idea de independencia

Artur Mas, junto al líder de Unió, Duran i Lleida.

Jordi Mumbrú

Barcelona —

Los empresarios no son muy amantes de las aventuras y el debate que se ha abierto sobre la independencia de Cataluña les ha cogido con el pie cambiado. Desde la manifestación del 11 de septiembre, muchos de ellos han preferido guardar silencio pero poco a poco se van pronunciando. Parece que no quieren quedarse al margen del debate que se abierto sobre el futuro de Cataluña.

El mejor ejemplo de ello es el de la patronal de patronales Cecot que ignoraba cómo posicionarse sobre la independencia y, para salir de dudas, decidió mandar una encuesta a sus 800 empresas asociadas. Los resultados fijan que el 53% de los empresarios prefiere que Cataluña sea un nuevo Estado dentro de Europa.

En la encuesta se les daba cinco opciones: seguir como ahora, mejorar la financiación de Cataluña, conseguir el pacto fiscal, formar parte de un estado federal o ser un nuevo estado de Europa. Sólo un 2% dijo que quería seguir como ahora. El sondeo también preguntaba sobre el miedo a que el resto de España boicotee los productos catalanes, como ya sucedió con el cava. Según la encuesta, sólo uno de cada tres reconoció estar preocupado por esta posibilidad.

Existen otras asociaciones empresariales que se han mostrado a favor del Estado propio como FemCat, el Gremi de Derivats del Ciment, los empresarios de la comarca del Anoia o el Cercle Català de Negocis. Otras se han mostrado más cautas, como la Pimec, que representa la pequeña y la mediana empresa. Su presidente, Josep González prefirió no mojarse, aunque dejó la puerta abierta a la independencia: “Ahora lo que toca es atender a las elecciones, ver si después se hará este referéndum sobre las capacidades de autodeterminación de Cataluña y ya veremos”. Las pequeñas y medianas empresas representan el 90% de todas las empresas catalanas.

El presidente de la patronal Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, aseguró en el marco de una reunión con la CEOE que estaba en contra de la independencia, aunque en una entrevista al diario El Punt Avui no fue tan rotundo y sólo se limitó a pedir que, llegado el caso, los empresarios catalanes pudieran seguir vendiendo al territorio español como lo hacen actualmente.

Por el contrario, también ha habido voces que se han opuesto frontalmente al Estado propio, como la de José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta. “Si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir a Zaragoza, a Madrid o a Cuenca”, dijo el empresario, que mostró su “enorme, enorme preocupación” por el auge del independentismo durante una entrevista en ABC-Punto Radio.

El presidente del Círculo de Economía y de Vueling y exministro con José María Aznar, Josep Piqué, aprovechó una entrevista en Onda Cero para advertir que el sector está muy inquieto y defender que hay “exigirle” a Artur Mas que “explique a los ciudadanos por qué les está pidiendo el voto y para qué”. También fue muy claro el presidente de la CEOE, Joan Rosell, que consideró la independencia una “barbaridad” y se mostró convencido de que perderían dinero los empresarios catalanes y los del resto del Estado.

¿Qué hará La Caixa?

Quizás hayan sido menos voces las contrarias a la independencia pero han llegado de instituciones muy poderosas. Quien no ha hablado ni está previsto que lo haga es Isidre Fainé, el presidente de La Caixa. La versión oficial es que son los políticos y la sociedad los que deben decidir su futuro y que el único papel que tiene que desempeñar La Caixa es el de ofrecer el mejor servicio a sus clientes. Pero a veces los datos hablan más que las personas. La entidad financiera catalana más importante tiene el 70% de sus oficinas y dos terceras partes de su negocio fuera de Cataluña. Es evidente que con estas cifras de negocio, desde La Caixa no están muy tranquilos ante la posibilidad de que España y Cataluña acaben mal.

Está pluralidad de ideas del sector económico es una novedad, puesto que la inmensa mayoría había cerrado filas a favor del pacto fiscal, que ahora parece ya enterrado. Conscientes del poder que ejercen los empresarios, los políticos no paran de intentar seducirlos. Recientemente, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón advirtió en el Círculo de Economía barcelonés que “sin Cataluña España no podría mantenerse en el euro”.

Mas y las exportaciones

También Artur Mas ha tenido palabras para ellos y cada vez les tiene más en cuenta en sus discursos. En el Parlament, cuando anunció que convocaría elecciones anticipadas, ya aprovechó para explicar que, durante el 2011, por primera vez en la historia, se habían registrado más exportaciones de productos catalanes fuera de España que en el resto de España y adelantó que las previsiones para 2012 van en la misma dirección.

Siguiendo en su estrategia de convencer a los empresarios, el líder convergente aseguró que “sea cual sea el proceso que siga Cataluña, seguiremos estando en la Unión Europea y en el euro”. El president intentó aparcar las dudas de los empresarios: “Estamos en un punto en el que no tenemos que hablar mucho sobre si los procesos que está siguiendo nuestro país pueden ser más o menos perjudiciales para los productos, porque la economía y el comercio tienen que estar por encima de estas cosas”.

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