Feijóo acusa al Gobierno del “mayor aluvión de corrupción que ha vivido la democracia” pero no presentará una moción de censura
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este jueves que el Gobierno de Pedro Sánchez es protagonista del “mayor aluvión de corrupción que ha vivido la democracia” española. Ni el 'caso Gürtel' ni el de los ERE, dos asuntos ya juzgados. Pese a la grandilocuencia de la frase, el jefe de la oposición ha reiterado que no presentará una moción de censura. Así lo ha indicado en una rueda de prensa en la sede nacional del PP, en la calle de Génova de Madrid, después de que el presidente del Gobierno haya comparecido tras la dimisión de su secretario de Organización, Santos Cerdán, por el supuesto amaño de contratos públicos. Esta vez, ni siquiera ha convocado una manifestación como sí hizo cuando se publicaron los audios de Leire Díez.
“Yo no voy a darle un balón de oxígeno para que le ratifique como presidente del Gobierno. No voy a ser cómplice como sus socios. Yo no soy socio de Pedro Sánchez, soy la única alternativa”, ha defendido Feijóo.El argumento no es nuevo. Una y otra vez, el PP y sus portavoces han descartado propiciar una votación parlamentaria sobre la continuidad del líder socialista en el Palacio de la Moncloa.
Y todo, pese a la presión de sus propios aliados de Vox y de algunos medios de comunicación que exigen al líder del PP que haga algo más que lamentarse, criticar al Gobierno y convocar movilizaciones. Desde que en noviembre de 2023 Sánchez ganó su tercer mandato tras pactar la ley de amnistía con Junts, Feijóo ha convocado seis protestas ciudadanas. Con diferente éxito de asistencia, ninguna ha logrado poner en duda la continuidad de un Sánchez que unos minutos antes no solo prometió que la legislatura continuará hasta 2027, sino que tiene la intención de volver a ser el candidato.
Feijóo ha intentado quitarse la responsabilidad de encima. Pese a que el PP forma el primer grupo del Congreso por número de diputados y que, si suma a Vox solo necesitaría cuatro votos más, en el PP señalan a los socios parlamentarios de Sánchez. Son ellos, quienes deben dar el paso y anunciar públicamente que reniegan de Sánchez y su apoyo a una moción de censura liderada por el Feijóo. Algo que, según las declaraciones públicas de este jueves, no va a ocurrir, al menos de momento.
Feijóo siempre alude a la moción de censura con la que Sánchez llegó al poder en 2018 a lomos de la sentencia del 'caso Gürtel' que certificó la responsabilidad del PP a título lucrativo. Pero el líder del PP olvida que el por entonces líder de la oposición presentó su alternativa sin tener atados los apoyos suficientes comprometidos. Fue la presión sobre el PNV, con el anuncio de Podemos y Ciudadanos de su apoyo a una “moción técnica” para ir a elecciones, lo que terminó por mover a los 'jeltzales'.
La historia no se repetirá en 2025. Mientras Feijóo no tenga claro que no volverá a perder una votación en el Congreso para ser presidente no va a presentar esa censura. “Tienen la oportunidad de salvar algo de honor”, ha dicho, en referencia a los socios de Sánchez “Sugiero que reflexionen. Les aseguro que acabará mal. Si eligen seguir con él, dejarán de ser socios para ser cómplices del mayor aluvión de corrupción que ha vivido nuestra democracia”, ha concluido.
Los socios del Gobierno hoy han ratificado su respaldo, eventual, a Sánchez, aunque las advertencias comienzan a ser contundentes. Desde Junts se ha exigido una reunión bilateral para abordar la situación de la legislatura. Desde Podemos creen que “el daño a la democracia y a la mayoría es indecible” y aprovechan para arremeter contra el “bipartidismo”, mientras ERC y EH Bildu lanzan mensajes al PSOE de que no podrán aguantar muchos más escándalos.
En Movimiento Sumar han exigido contundencia, pero han ratificado su apuesta por mantener el Gobierno de coalición. Eso sí, Yolanda Díaz he reclamado un giro social para mantenerse en él.
Sin rastro de financiación irregular del PSOE
Feijóo ha calificado de “decepcionantes e insuficientes” las “explicaciones” dadas por Pedro Sánchez un poco antes de su comparecencia desde la sede del PSOE. “Si todo el entorno del presidente está corrompido es porque su umbral ético lo ha permitido”, ha dicho. “No hay cortafuegos”, ha sostenido sobre la dimisión de Cerdán. “Sánchez no puede pretender sobrevivir a Ábalos, primero, y a Cerdán, después. La corrupción es la marca de agua de este Gobierno y por ello debe terminar”, ha declarado.
El líder del PP ha arremetido contra el “tono lastimero” de Sánchez y ha despreciado también la “auditoría externa” anunciada por el líder socialista para certificar que no ha habido financiación ilegal en el PSOE. De hecho, preguntado expresamente si cree que se ha producido, ha sentenciado: “Que deje de reírse del conjunto de los españoles, la auditoría la está haciendo la UCO y el Supremo”.
“Debe convocar elecciones de manera inmediata”, ha asegurado. “Quien debe caer es el uno”, ha dicho, en referencia a cómo le calificaban los miembros de la supuesta trama.
Feijóo, con todo, ha reconocido que no existen pruebas o indicios que relacionen directamente la supuesta trama de corrupción con la financiación irregular del PSOE: “No es un hecho que esté definitivamente confirmado. Eso le corresponde a los jueces”.
Abascal regresa a Madrid para presionar
La convocatoria de elecciones es el mantra del PP ya desde 2023. Feijóo quiere “ganar en las urnas” a Sánchez, y que esa victoria le abra las puerta de la Moncloa, conscientes de que el único con capacidad de articular una mayoría diferente a la actual es él.
No solo piensa así el PP. También lo hacen en Vox. Santiago Abascal ha perdido ya dos mociones de censura, la primera propia y la segunda por persona interpuesta. Los estrategas de la ultraderecha han llegado a la conclusión de que una tercera derrota no es una buena idea, y plantean que sea su socio en varias comunidades y ayuntamientos quien la lidere.
De hecho, Vox ha iniciado una ofensiva contra el PP por limitarse a convocar manifestaciones y hacer críticas parlamentarias al Gobierno. Este mismo jueves, el PP ha protagonizado continuas interrupciones con pateos y gritos durante la sesión en el Congreso.
El partido de extrema derecha declinó expresamente la concentración del pasado domingo en Madrid, aunque sí ha apoyado otras protestas convocadas esta misma primavera por asociaciones controladas por ellos mismos.
El contagio del 'caso Koldo' a Santos Cerdán cogió a Abascal de viaje en Paraguay para asistir a uno de los eventos de la internacional ultraderechista en la que está integrado Vox, el IV Encuentro Regional de Foro Madrid. El líder ultra anunció su regreso a Madrid y en un vídeo posteado en sus redes sociales renegó de la estrategia del PP, al que acusó de criticar a Sánchez de boquilla para, luego, pactar con el PSOE el reparto del CGPJ, por ejemplo. “Vuelvo a España a exigir una nueva moción de censura”, apunta en el videocomunicado.
Pero la realidad es que Feijóo ha tomado este jueves una decisión inédita en democracia: plantar al jefe del Estado. El Palacio Real ha acogido una celebración por el 40º aniversario de la firma de España en la CEE, precursora de la UE. Las invitaciones han corrido a cargo de la Casa del Rey. Pero el líder de la oposición ha optado por no asistir al evento.
Feijóo ha dado a entender que el PP había justificado ante Felipe VI su ausencia de este acto, y que en Zarzuela no se han sorprendido ni enfadado. “Estoy convencido de que la Casa [del Rey] entiende que no puedo compartir escenario con el secretario general del PSOE y el presidente actual del Gobierno de España. No puedo hacerlo. Y estoy convencido de que lo entenderá”, ha dicho.
El líder del PP se ha justificado: “Estrechar la mano del presidente del Gobierno Es convertirme en un cómplice de lo que está haciendo el presidente del Gobierno con mi país. Y no lo voy a hacer”.
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