Más irregularidades en el ático del alcalde de Burgos: otra parte de la terraza se cerró sin licencia
El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, vive en un ático con más de una obra ilegal. No sólo la parte oeste de la terraza está cerrada con un acristalamiento, tal y como reveló eldiario.es, sino que también la zona este se ha cerrado sin la correspondiente licencia municipal para autorizar las obras, ya que ese domicilio sólo ha solicitado una, para instalar un plato de ducha en lugar de una bañera.
El plano inicial de la vivienda refleja que los 83,46 metros de terraza deben ser diáfanos, es decir, sin tabiques ni cerramientos. Pero la realidad es otra: el lado este del piso está cerrado con una ventana que no estaba en el esbozo, según ha expresado el PSOE burgalés, que ha presentado en el expediente de la inspección de la vivienda de Lacalle una fotografía en la que “se aprecia claramente el cerramiento con ladrillo de una parte de la terraza, y en el que se encaja una ventana”. Lacalle ha declinado responder a eldiario.es sobre la denuncia de estas irregularidades debido a que “se trata de un asunto particular”, según ha indicado un portavoz.
En las alegaciones que presentó el alcalde para evitar la inspección municipal de su piso, Javier Lacalle aseguró que “la terraza tiene el lado este abierto”. El dirigente del PP reconoció el “cierre acristalado con un acristalamiento parcial del espacio” del lado oeste, “tal y como se puede apreciar a simple vista desde el exterior”. No obstante, el alcalde justificó que esa obra la habían realizado los anteriores propietarios y para acreditarlo presentó una declaración jurada en la que asegura que desde que adquirió la vivienda no realizó ninguna obra en esa parte del inmueble. Otra de las defensas del alcalde fueron los “testimonios de los vecinos” y un acta de la comunidad que permitía el cierre de los “tendederos”.
El servicio de inspección municipal tiene abierto un expediente por las obras ilegales realizadas en la vivienda del alcalde y el técnico está a la espera de efectuar la visita correspondiente. En un principio, Lacalle se comprometió a colaborar con el equipo y “facilitar” que llevara a cabo la inspección. Sin embargo, el alcalde ignoró las peticiones del técnico, por lo que tuvo que abrirse el procedimiento ordinario con un mes de retraso. La nueva irregularidad en la terraza es una de las bazas presentadas por el PSOE en el trámite para exigir que el Ayuntamiento siga adelante con el estudio.
Otra de las irregularidades que cometió Javier Lacalle fue la ocultación de la compra de ese piso en la declaración de bienes presentada en el Ayuntamiento. Para subsanar el error, después de que se hubiera hecho público, Javier Lacalle manipuló el documento público: añadió una hoja en la que informaba de la adquisición de esa vivienda, según desveló la oposición municial. Con fecha de diciembre de 2012 y sin sello ni firma del secretario general del Consistorio, el folio no tenía el más mínimo viso de autenticidad. El PSOE e IU presentaron hace dos meses una denuncia contra Lacalle por falsedad en documento público, que está a la cola en los juzgados.
Además, la descripción que figura sobre el ático de Lacalle en el Registro de la Propiedad número 4 de Burgos no cuadra con la realidad. Según la información registral, la casa sólo tiene dos dormitorios y la mitad de los 167 metros cuadrados de la vivienda es una terraza de 83,46 metros. Sin embargo, fuentes que conocen la vivienda aseguran que la zona habitable del nuevo ático es bastante mayor y que tiene más de dos dormitorios.
De hecho, un concejal del PP burgalés y amigo íntimo de Lacalle confirmó la irregularidad al admitir en su cuenta de Twitter que la vivienda consta de tres dormitorios, salón, cocina, dos baños, dos plazas de garaje y trastero. En el pleno municipal del pasado día 14 de marzo, Javier Lacalle contradijo al concejal al asegurar que “nunca había estado en su casa”, según informan fuentes del PSOE.
Los socialistas apuntan en sus alegaciones que el alcalde ha cometido una infracción urbanística grave al ampliar la vivienda, ya que “el aprovechamiento está agotado”. Además, reprochan al alcalde, que es quien “tiene que velar por el cumplimiento de la normativa sancionando a quienes la incumplan”, que aun así viva en una casa con una “obra ilegal” sin que “haya asumido ninguna responsabilidad ni haya colaborado en el esclarecimiento de los hechos”.
“Hay trato de favor”, afirma la concejala del PSOE Esther Peñalba: “En otros casos se manda a los técnicos y el vecino que ha hecho la obra colabora. Con la actitud del alcalde se está creando un precedente: si se niega el alcalde, se negará el ciudadano hasta que haya una orden judicial para llevar a cabo la inspección”.