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Problemas en el 'paraíso': el virus avanza en Asturias con un incremento de casos que preocupa a las autoridades sanitarias

Turistas en Oviedo en una imagen de archivo.

Javier Martínez Mansilla

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“Hasta ahora todo iba bien”. Este lunes Asturias ha sumado 160 nuevos y una tasa de positividad del 5,34%, según los datos del Gobierno del Principado. Con Avilés como municipio con mayor incidencia (199 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas), Gijón (173 por cada 100.000 habitantes), la mayor ciudad del Principado, es la principal preocupación para el sistema sanitario. En las últimas dos semanas la curva de contagios se ha disparado en Asturias.

Lejos parecen ahora los 25 días seguidos sin registrar casos en el mes de julio, pero también lejos se ve aún la dramática realidad que afrontan otras comunidades como Madrid o Navarra. “Era una situación esperada”, explica Rafael Cofiño, director de Salud Pública del Principado de Asturias. “Sabíamos que podía ocurrir”.

La segunda ola de contagios avanza con velocidad en la región y mantiene a las autoridades sanitarias en una “tensión constante” por el aumento descontrolado de los brotes. El mensaje está claro: formar “burbujas sociales” para reducir la interacción. El castigo, también: el confinamiento perimetral. Aunque ahora mismo no se contempla en ninguna de las poblaciones del Principado.

Mientras los expertos aseguran que Asturias aún se encuentra en una situación “lejos de ser crítica”, en la Junta del Principado aumentan las tensiones entre representantes por la gestión de los centros educativos tras la vuelta a las aulas. El presidente Adrián Barbón (PSOE) ha reconocido errores y el PP ha intentado reprobar a la consejera de Educación, que ha pedido perdón. En el 'paraíso' también hay problemas.

Dos semanas convulsas

En Asturias la pandemia aprieta. “Se relajó demasiado la conducta en algunos segmentos de la población a finales del verano” explica el epidemiólogo Daniel López-Acuña, ex director de Asistencia Sanitaria en Crisis de la OMS. “Ahora estamos pagando la factura”. 

Desde el 31 de enero, en la comunidad se han registrado 6.352 casos por PCR, 360 muertes por COVID-19 y 2.300 curaciones, según fuentes del Ministerio de Sanidad. El menor promedio de toda España.

Sin embargo, en las últimas dos semanas, la expansión del virus se ha acelerado en Asturias, que se había blindado como búnker anti-COVID-19. La tasa de incidencia de los últimos catorce días se eleva a 158 casos por 100.000 habitantes este lunes. Con los últimos datos facilitados por el Ministerio de Sanidad el viernes hay cinco comunidades con mejores datos: Canarias, la Comunitat Valenciana, Galicia , Cantabria y Baleares. 

“Nos preocupa esta situación”, asegura el director de Salud Pública. “Los rebrotes se siguen vinculando a la actividad social, familiar, a espacios cerrados y establecimientos de ocio”. Lo importante ahora es tratar de reducir los contactos al máximo y para ello han lanzado un nuevo mensaje de concienciación ciudadana: las burbujas sociales. 

Burbujas sociales

“Hay que asumir que tenemos que vivir un año de una forma diferente”, comenta Cofiño. “La actividad social no puede ser la misma que en 2019”. De esta manera, la campaña “burbujas sociales”, promovida por Salud Pública del Principado de Asturias, plantea reuniones de un máximo de seis personas y recomienda que se limiten los contactos estrechos en lo posible para tratar de contener el riesgo de contagio de la COVID-19. 

En cinco concejos ya se ha decretado la alerta naranja a modo de aviso para “revisar estrictamente todo lo que hay que cumplir”, en palabras de Cofiño. Gijón es la principal preocupación, donde se concentran el 40% de los casos de las últimas dos semanas. La tasa de contagios en la ciudad es de 173 positivos por cada 100.000 habitantes. 

Aunque la cifra se encuentra lejos de los 500 que consiguieron pactar el Gobierno central y la Comunidad de Madrid, el presidente Barbón ha asegurado que no esperará a tener tantas personas contagiadas por cada 100.000 habitantes en Asturias para adoptar medidas más severas. “Si llegamos a 250 casos tendríamos que tomar medidas de restricción”, afirma el epidemiólogo López-Acuña, residente en el Principado. ¿Posibilidad de confinamiento perimetral? “Estamos aún lejos de eso”, añade, “pero se podría volver a la fase 2 de la desescalada”. 

Actuaciones claras

La presión hospitalaria también ha aumentado, como los infectados por coronavirus en la región.  El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) prepara la apertura de un nuevo módulo en la UCI; el de Cabueñes, en Gijón, ya sufre una elevada tasa de ocupación y todo indica que los hospitales de Langreo y Mieres abrirán pronto espacios destinados a enfermos de COVID-19. Aun así, la congestión de la red hospitalaria asturiana sigue siendo de las más bajas de España, con una ocupación del 3,6% según informa el Ministerio de Sanidad.

“Tenemos claras las actuaciones a realizar, pero tenemos que seguir trabajando de forma muy intensa y sin bajar la guardia”, comenta Cofiño. La vigilancia epidemiólogica, con el diagnóstico precoz y cribado poblacional, es clave, pero también lo es el mensaje que se transmite a la población. 

Ahora los esfuerzos se centran en aplanar la curva antes de que se produzca el pico de la gripe estacional y controlar en la medida de lo posible el impacto de la COVID-19 en el sistema educativo. 

Vuelta al cole, vuelta al enfrentamiento político

“Vengo con la actitud sincera de reconocer que hemos cometido errores, también en materia educativa”. De esta manera, el presidente Barbón asumió la semana pasada en el pleno de la Junta “problemas y errores” en la gestión de la pandemia desde la Consejería de Educación. 

Asturias ha sido la última comunidad en arrancar el curso escolar (22 de septiembre). El objetivo: “preparar una vuelta a las aulas lo más segura posible”, según informó la Consejería. Sin embargo, las protestas por la falta de planificación, de comunicación y de presupuesto para aumentar la contratación de profesorado e implementar medidas de seguridad, resuenan desde las asociaciones de madres y padres a las organizaciones sindicales y los equipos directivos de los centros. Se transmite inseguridad y el enfrentamiento es grande. El último escenario: el parlamento asturiano.

“La gestión de la consejera de Educación en Asturias se ha caracterizado desde el inicio de la pandemia por una política errática, con órdenes y contraórdenes, que ha llenado de incertidumbre a familias, alumnos y a los profesionales de los centros educativos”, afirma Gloria García, diputada del Partido Popular en la Junta.

Los tres grupos de la izquierda del parlamento asturiano (PSOE, Podemos e IU) tumbaron con sus votos en el pleno la propuesta de reprobación de la consejera de Educación, Carmen Suárez, presentada por el PP. Desde el grupo popular consideran que la gestión del inicio escolar está siendo “nefasta” y desde Foro, también. “El único motivo por el que Barbón no cesó a la consejera de Educación es porque le sirve de escudo”, afirma Adrián Pumares, secretario general de FAC.

Desde Podemos consideran clave que la consejería haya defendido la presencialidad al tiempo que le reprochan la deficiencia a la hora de comunicar las diferentes normativas. “Esperamos que Suárez se vaya poniendo las pilas para que la comunicación sea transparente, fluida y clara”, afirma Nuria Rodríguez, responsable de Educación de Podemos. 

Las organizaciones sindicales no son menos críticas. “El profesorado siente que la administración esté haciendo las cosas sin ningún sentido de planificación”, señala Borja Llorente, secretario general del Sindicato de Enseñanza de CCOO de Asturias. “No hay garantías desde la consejería y desde el profesorado solo hay descontento y resignación”, concluye. Por su parte, la consejería asume que el riesgo cero no existe, pero, ¿qué medidas se han tomado?

Ni tan bien, ni tan mal

Se han rebajado las ratios a 20 alumnos por aula hasta segundo de la ESO, diseñado un plan de contingencia, creado la figura del coordinador COVID en los centros en contacto con el Servicio de Salud del Principado (Sespa) y elaborado un protocolo específico para el transporte escolar, entre otras iniciativas. “Hemos puesto todos los medios posibles para garantizar la seguridad en la vuelta a las aulas”, explican fuentes de la Consejería de Educación. “Se han destinado más de 40 millones de euros, una cantidad superior a la transferida por el Estado, que ha obligado al Gobierno del Principado a poner dinero de sus arcas”.

Aun así, CCOO de Asturias considera que no se está invirtiendo lo suficiente. “Hay una doctrina de déficit”, concluye Llorente. El sindicato acaba de presentar una denuncia contra la Consejería de Educación ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Asturias por “varios incumplimientos en materia de salud laboral y prevención en los centros educativos”. En concreto, por la falta de mascarillas FFP2 para el profesorado de Educación Infantil, el más vulnerable.

La brecha digital sigue siendo otro problema en la vuelta a las aulas y otra evidencia de la brecha socioeconómica del Principado. Por ello, Educación acaba de informar de que 108 centros educativos recibirán dispositivos para retransmitir clases en directo y fomentar el aprendizaje en entornos digitales. Sin embargo, algunas asociaciones de madres y padres se siguen quejando de la semi presencialidad a partir de tercero de la ESO y dudan de que la enseñanza en 'streaming' pueda llegar a todos. “Es una barbaridad y no puede permitirse al no garantizar la equidad entre los estudiantes”, sostienen desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Asturias (FAPA) Miguel Virgós.

La Consejería de Salud ha notificado en la última semana 51 positivos por coronavirus entre el alumnado, otros seis entre el profesorado y uno más en una monitora de comedor. Aunque las cifras son inferiores a las de la mayoría de comunidades españolas, preocupan, lo que ha llevado incluso a la consejera de Educación a pedir disculpas. Un primer paso.

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