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El protocolo para la OTAN nunca incluyó la asistencia de ningún ministro al margen de Defensa y Exteriores

Pedro Sánchez junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una imagen de archivo.

Irene Castro

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Fue una polémica estéril alimentada por los medios de comunicación y también por el propio Gobierno: la supuesta participación de los ministros de Unidas Podemos en la cumbre de la OTAN que Madrid albergará los próximos 28, 29 y 30 de junio. Moncloa no contemplaba la asistencia de ningún miembro del Ejecutivo al margen de Pedro Sánchez y los titulares de Defensa, Margarita Robles; y Exteriores, José Manuel Albares, que son a los que corresponde la temática de la alianza atlántica, que pretende actualizar su concepto estratégico, aunque estará marcada por la guerra de Rusia contra Ucrania. De hecho, la gran incógnita es si el presidente Volodímir Zelenski viajará a la capital española o intervendrá de manera telemática.

Para Pedro Sánchez la cumbre es un hito marcado en rojo en el calendario desde que hace aproximadamente un año la OTAN eligió Madrid como sede. Desde entonces, Moncloa, Exteriores, Defensa y la Casa Real, además del Ministerio del Interior, para el desarrollo de la seguridad, así como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, han trabajado para la organización del evento que se desarrollará fundamentalmente en tres pabellones de Ifema que suponen un espacio de 50.000 metros cuadrados (unas cinco veces el estadio Santiago Bernabeu).

Por eso en el ala socialista del gabinete sentó mal que Unidas Podemos arremetiera contra la cumbre, especialmente por señalar el contrato de 35 millones de euros previsto para la puesta en marcha del dispositivo que se repartirá también en eventos paralelos en el Palacio Real y el Museo del Prado e incluso llegará a La Granja (Segovia), donde los acompañantes de los líderes (maridos o esposas liderados por la reina Letizia) visitarán el Real Sitio de San Ildefonso y la Real Fábrica de Cristales, entre otras actividades culturales. 

La controversia escaló en los medios después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no acudiera al acto conmemorativo del 40º aniversario de la entrada de España en la OTAN que se celebró en el Teatro Real. La también ministra de Trabajo se excusó públicamente con el argumento de que le coincidía con unas pruebas médicas. En aquella ocasión estaba invitada porque Moncloa decidió que asistieran los miembros del Consejo de Seguridad Nacional, pero rápidamente se abrió el debate dado que en su propio equipo cuestionaron que fuera a acudir a la cumbre. 

“Los ministros implicados son los que participan”

La titular de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, rechazó su participación en cualquier evento vinculado con la organización militarista y Moncloa no evitó entonces la discrepancia a pesar de que no estaba previsto que otros ministros al margen de Robles y Albares participaran, según explican fuentes gubernamentales. Esas fuentes sostienen ahora que “no tiene sentido” que participen ministros cuyas funciones nada tienen que ver con la defensa y la seguridad, que son los ejes que pivotan sobre la OTAN. Pero cuando estalló la polémica, Moncloa dejó abierta la puerta a que se invitara a ministros que forman parte del Consejo de Seguridad Nacional o que pudieran acudir a los eventos que se celebrarán en paralelo a la cumbre en sí.

“En cuanto conozcamos las agendas, de aquí en adelante, se las comunicaremos, como hacemos rigurosamente todos los días”, contestó Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros tras no acudir al acto del aniversario. “Si acudiré o no a la cumbre, el Gobierno organizará, es un evento de muchísima trascendencia, donde no solamente existirán las reuniones formales, sino toda una serie de actos que acompañan a esa celebración y, por supuesto, estaré donde determinemos con las agendas, se siguen distintos criterios, dependiendo de los foros, y estamos a disposición del Gobierno, y en este caso del presidente del Gobierno, que es quien lidera la política exterior en nuestro país”, fue la respuesta que dio la portavoz, Isabel Rodríguez, en esa misma línea. Recientemente Díaz dijo que pensaba que no iba a ser invitada: “Pero asumo lo que hay y todo el mundo es institucional cuando ostenta cargos de responsabilidad”. 

En Moncloa sí abren la puerta a que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, participe en un foro sobre diplomacia pública que organiza el Instituto Elcano dado que el cambio climático es uno de los elementos que forman parte de las preocupaciones de la alianza atlántica, pero en este momento no está confirmada su asistencia.

10.000 efectivos desplegados en la Operación Eirene

En los preparativos sí han estado inmersos varios departamentos, especialmente el Ministerio del Interior para la puesta en marcha del que consideran el dispositivo de seguridad más importante de la historia reciente. Madrid estará blindada desde los días previos a la cumbre con la denominada Operación Eirene (por la diosa griega que trae la paz), que movilizará a un total de 10.000 efectivos (6.500 policías nacionales y 2.400 guardias civiles, además de policía municipal, bomberos y emergencias, personal de seguridad de Zarzuela, de Presidencia del Gobierno y de seguridad privada).

Habrá un Centro de Coordinación de Seguridad y Emergencias (CECOR) funcionando 24 horas en Ifema, desde al menos el 27 de junio, en el que habrá representación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, el CNI, seguridad diplomática, el Ministerio de Defensa (que es el encargado del plan de seguridad del espacio aéreo, aparte del sistema antidrones de la Policía Nacional), de protección civil, y la oficina de seguridad de la OTAN, entre otros. Se está preparando otro CECOR en un punto distinto de Madrid. No obstante, se ha decidido mantener el nivel de alerta 4 sin pasar al 5.

“La cumbre podrá celebrarse en un marco de tranquilidad y paz pública con las alteraciones que sean exigibles al libre desenvolvimiento de la vida ciudadana”, señalan en Interior, donde niegan haber detectado ninguna “cuestión especial” que haya “obligado a aumentar la preocupación y ocupación” respecto a la seguridad por la posible aparición de grupos radicales. Por ahora se han anunciado manifestaciones del colectivo policial Jusapol. Más allá de la seguridad física de los madrileños y de las 5.000 personas que se espera que participen en las delegaciones de la cumbre, “se ha elaborado un dispositivo especial de ciberseguridad pilotado por la Oficina de Coordinación Cibernética y con el Centro Criptológico Nacional, además de las propias capacidades de ciberseguridad que tiene el instituto ferial de Madrid”, señalan fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska.

También han participado el Ministerio de Cultura –en lo relativo a las actividades culturales del programa de cónyuges o la cena prevista en el Museo del Prado, que conllevará el cierre dos días antes–, el Ministerio de Agricultura –que proveerá de un obsequio a las delegaciones– o el de Transportes para la logística de los desplazamientos y lo que afecta al aeropuerto de Barajas.

Preparativos de un encuentro Sánchez-Biden aún no cerrado

El programa, que está muy avanzado aunque no cerrado completamente, incluye una cena la víspera en el Palacio Real presidida por los reyes a la que asistirán los jefes de Estado y de Gobierno de los 30 países que forman parte de la OTAN, además del secretario general, Jens Stoltenberg, y los invitados, entre ellos, Suecia y Finlandia, que han solicitado su entrada, o los cuatro socios de Asia-Pacífico (Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea).

Al día siguiente se producirá el momento central de la cumbre en Ifema y por la noche Sánchez será el anfitrión de una “cena euro-atlántica” en el Museo del Prado. La intención es que, además de los aliados, participen los representantes de la UE, como los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, Ursula Von der Leyen y Charles Michel, respectivamente, además de los presidentes de los países europeos que no forman parte de la OTAN (Austria, Finlandia, Irlanda, Malta y Suecia). En paralelo, habrá una cena de ministros de Exteriores y Defensa. Se habilitará otra sala, también significativa, para las parejas.

El 30 de junio está previsto que acabe la cumbre con la rueda de prensa del secretario general y, posteriormente, del resto de líderes. Durante esos días está previsto que Sánchez mantenga encuentros bilaterales tanto en Ifema como en Moncloa. En su equipo trabajan, además, para que haya una reunión con el presidente de EEUU, Joe Biden, pero todavía no está cerrado. 

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