No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
Seguro que muchos lectores recuerdan a Zara. Por ahora sigue en casa de mis padres, aprendiendo a portarse bien y a no morder demasiado fuerte mis orejas. Ya habrá tiempo de hablar de ella cuando aprenda a poner la lavadora. Esta semana quería presentar a otra perrita: Cini.
La conocí al entrar en Canem, el centro de adistramiento para perros de asistencia al que acudo. Su dueña, Lidia, tiene diabetes y el animal se encarga de controlar las subidas y bajadas de azúcar. Cuenta su vida con Cini en el blog Cini, mi seguro de vida, finalista hace unos días en el concurso Aragón en la Red.
¿De dónde sale la idea de tener un perro de alerta médica?
Como la mayoría de las cosas, surge de algo que leí por internet. La verdad es que esa primera idea que me dio ese artículo se corresponde bastante poco con lo que es realidad tener a mi pequeña y todo lo que ella me ayuda a diario. No lo recuerdo muy bien, pero venía a decir que tener un perro de alerta médica para diabetes significa evitar los comas diabéticos. Pero en realidad no es así. Es sólo una pequeña parte del trabajo que Cini hace por mí; su función es evitar todas mis descompensaciones, avisándome del rumbo que mi glucosa tomará (si subirá, bajará o se mantendrá estable) y de las alertas que emite mi bomba de insulina cuando estoy dormida o no la oigo.
¿Cómo fue el proceso de adquisicion de Cini?
Se me hizo un poco largo, ya que quise esperar a tener acabada la Selectividad para poder dedicarle el tiempo necesario a su adiestramiento. Pero cuando por fin conseguí librarme de los exámenes, no tardé ni 24 horas en recoger a mi pequeña. Y lo recuerdo perfectamente como un momento muy feliz. Paco, el adiestrador, le puso un mini arnés con el letrero que decía “Me dejo besar”, Cini me esperaba sentadita tras una esquina del centro... No me pude resistir y se llevó el primer gran abrazo de los muchos que vendrían. La recuerdo con sus dos grandes manchitas marrones en las orejas y en un ojo, y su mancha negra del lomo.
¿Cuánto duró el entrenamiento?
El adiestramiento comenzó a finales de junio del año pasado y en octubre Cini ya estaba marcando hipoglucemias reales.
¿En qué te beneficia tener a Cini?
En muchísimos aspectos, anímicos y de salud. Me da mucha tranquilidad estar a su lado y sentir como cada poco rato levanta su pequeño hocico y vigila si algo va mal para avisármelo con el tiempo suficiente para actuar. En cuanto a su repercusión en la diabetes, ésta es de dos tipos: A corto plazo, evita que llegue a desmayarme cuando no siento los síntomas. Además me permite poner remedio a la situación antes de que sea demasiado complicada y requiera muchos más medios. Y a largo plazo, evita las grandes descompensaciones prolongadas en el tiempo y un mal control de los niveles de glucosa. Esto puede tener repercusiones muy graves para los diabéticos: problemas de vista, amputaciones de pies, disminución de la función renal... Todo esto queda lejos cuando se lleva un buen control de la enfermedad, y para mí Cini juega un gran papel en ese control. Poniendo solución a los picos antes de que se presenten, evitamos que el organismo sufra las alteraciones de azúcar.
¿Y no se cansa?
No lo sé... La impresión que me da a mí, al verla cada trabajar cada día, es que se lo pasa bien. Para ella, realizar la señal aprendida cuando detecta ese olor especial implica un premio, y creo que es por eso por lo que mueve la cola tan rápido cuando va a comenzar a marcarme. Y, por otro lado, cuando ella ya me ha avisado y yo he fallado con las medidas (somos humanos y a veces pensar y calcular como si fueramos un páncreas andante no es nada fácil), me tumbo un rato para ver si se me pasa y ella no se despega de mí, se tumba encima de mi tripa o se acurruca sobre mi brazo... Lo hace con mucha tranquilidad, en contraste a su hiperactividad diaria propia de los jack russell
¿Necesita algún "mantenimiento"?
No. El trabajo diario de detectarme las variaciones termina por ser su entrenamiento diario. Y en cuanto a sus cuidados, un abundante control veterinario para que siempre esté en plenas facultades para trabajar y una duchita de vez en cuando. No tiene un pelo muy exigente de cuidar, y no se le cae mucho.
Al ser un perro de asistencia, puede ir contigo donde desees... ¿Te han puesto alguna vez pegas por llevar a Cini?
Entrar conmigo en todos los sitios no me ha supuesto ningún gran problema, de momento, pero claro... Tontos hay en todas partes y sí me ha tocado explicar a fondo qué es la diabetes tipo I (la menos habitual) y cómo me ayuda Cini.
Sobre este blog
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com