La surrealista espantada del 'Memo' Ochoa cuando estaba a punto de firmar por el Burgos: se fue a por un café y desapareció
Respetar lo pactado siempre ha sido un principio básico en el fútbol profesional, y cada negociación avanza con pasos que tienen un valor concreto. Cuando un jugador supera las pruebas físicas de un club, ese gesto se interpreta como la confirmación de que la operación está encarrilada, porque representa el último filtro antes de la firma.
Lo habitual es que, en ese momento, la presentación oficial ya esté en marcha y los aficionados aguarden con ilusión al nuevo fichaje vestido con la camiseta de su equipo. Apenas se recuerdan casos en los que todo se haya venido abajo después de ese trámite, pero esta vez ocurrió y lo hizo con la llamada técnica de la bomba de humo, con la que todo se desvanece en cuestión de minutos, como sucedió con Guillermo 'Memo' Ochoa y el Burgos CF.
La negociación había avanzado hasta un punto en el que se daba por cerrado el fichaje. El guardameta mexicano viajó a Burgos, pasó por las instalaciones, superó el reconocimiento médico y se reunió con directivos para ultimar el contrato. Todo estaba preparado para la presentación, con la expectación propia de un jugador que ha disputado cinco Mundiales, cuando solicitó una pausa para salir a tomar un café y nunca volvió a la mesa.
El desconcierto se apoderó de la directiva al comprobar que el jugador no regresaba. La entidad llevaba semanas diseñando una operación que pretendía dar un salto de visibilidad al club, y en cuestión de minutos el acuerdo se desvaneció. Varios medios españoles apuntaron que el portero pudo haber recibido una oferta paralela de otro equipo europeo, lo que explicaría su marcha repentina, aunque esa versión no fue confirmada oficialmente.
Ochoa aseguró que el contrato cambió respecto a lo pactado verbalmente
El entorno de Ochoa ofreció otra explicación muy diferente. Según el periodista Alejandro Orvañanos de Claro Sports, el portero se encontró con cambios inesperados en el contrato respecto a lo pactado de forma verbal con los dirigentes. El comunicador explicó que “en las últimas horas cambian un poco las condiciones que pone el equipo español y Guillermo Ochoa dice: Pues no, así yo no voy a ir a este equipo”.
Otros detalles publicados por el diario MARCA añadieron que la cifra final del contrato se había reducido en favor del club, con cláusulas relacionadas con ingresos publicitarios que restaban gran parte del beneficio al jugador. Según estas informaciones, Ochoa consideró que el acuerdo ya no se correspondía con lo negociado y prefirió abandonar la ciudad sin firmar. Aunque lo hizo sin dar explicaciones.
El club castellano-leonés reaccionó de inmediato ante la ausencia del cancerbero mexicano y cerró en pocas horas la incorporación de Jesús Ruiz, guardameta catalán de 28 años que llegaba libre tras su paso por el Racing de Ferrol. Con esa decisión, el Burgos garantizaba competencia en la portería junto a Ander Cantero y Chus Gómez, alejando la incertidumbre que había generado el episodio con Ochoa.
El legendario guardameta quiere jugar su último Mundial
La frustrada llegada del internacional mexicano se convirtió en uno de los momentos más comentados del cierre de mercado en la Liga Hypermotion. El impacto no solo radicó en la trayectoria de un futbolista que aspiraba a disputar su sexto Mundial en 2026 sino también en la manera en la que abandonó la negociación, dejando al club sin una respuesta oficial inmediata.
Con el mercado cerrado, Ochoa continúa en busca de un destino que le permita mantener actividad y asegurar su presencia en la cita mundialista de 2026 que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá. De esta manera, el guardameta está pendiente de encontrar un equipo dispuesto a apostar por su experiencia internacional.
El episodio ha quedado como un ejemplo extremo de cómo un cambio de condiciones puede dinamitar en segundos lo que parecía un pacto consolidado, y en Burgos todavía se recuerda como una auténtica bomba de humo que alteró el guion de la jornada final de fichajes.
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