¿Por qué los elefantes no hacen ruido al caminar pero sí usan sus pisadas para comunicarse?

Cualquier neófito en las cuestiones que rodean a los elefantes podría aseverar, sin apenas dudarlo un instante, que los elefantes son de aquellos animales que hacen mucho ruido al pisar. Que es imposible no intuir el momento en el que se acerca un ejemplar de cualquiera de las diferentes especies de un animal que no deja indiferente a nadie. Que, tal vez llevados por las películas que describen sus pasos como ensordecedores, nadie diría que los elefantes son animales que caminan sin que, en muchas ocasiones, el oído humano apenas perciba sus pisadas. Y mucho menos que esas pisadas, sutiles y sigilosas, sirven para comunicarse.

De ahí que una vez más haya que escuchar o leer a los expertos en la materia, los mismos que trabajan a diario sobre unos animales conocidos por su tamaño imponente pero también por sus sofisticados sistemas de comunicación, ya que parecen emplear un método sorprendente para interactuar a larga distancia: las vibraciones del suelo. Y es que hay investigadores que aseguran que estos majestuosos mamíferos pueden comunicarse creando vibraciones en el terreno mientras se mueven. Una capacidad para la comunicación a larga distancia, entre ellos, lo que añade una dimensión más a su ya compleja interacción.

Para sus estudios, los investigadores, utilizando herramientas desarrolladas para monitorizar terremotos, descubrieron el tamaño significativo de las fuerzas que los elefantes generan sobre el terreno. Beth Mortimer, experto perteneciente a las universidades de Oxford y Bristol, afirma que las fuerzas generadas a través de las llamadas de los elefantes eran comparables a las producidas por una caminata rápida. Esto implica que las llamadas de elefante pueden viajar a largas distancias a través del suelo. De hecho, los elefantes crean diferentes “firmas sísmicas” en el suelo durante actividades variadas como caminar, correr, resoplar y gruñir. Incluso los resoplidos y gruñidos generan vibraciones de muy baja frecuencia.

Los estudios previos ya indicaban la capacidad de los elefantes para monitorear las vibraciones en el suelo a través de sus cuerpos, una característica más comúnmente asociada con criaturas pequeñas como escorpiones e insectos. Principalmente detectan estas vibraciones a través de sus patas. El sistema auditivo de los elefantes es excepcionalmente eficaz, permitiéndoles percibir infrasonidos que el oído humano no capta. Se ha observado, por ejemplo, que los elefantes huyen a terrenos más elevados antes de la llegada de tsunamis distantes, mientras que será una elefanta madre y amenazada la que pisará fuerte el suelo para advertir a los demás.

Estas vibraciones en el suelo tienen múltiples propósitos comunicativos para estos animales. Como decíamos, pueden ser usadas para que unos a otros se adviertan del peligro inminente, para transmitir un mensaje particular a otros elefantes cuando se sienten amenazados, perciben un evento natural o detectan la cercanía de personas u otros animales. También son fundamentales para encontrar pareja durante su breve periodo de reproducción, ya que los elefantes necesitan anunciar su fertilidad. Esta comunicación por vibraciones es particularmente útil cuando los elefantes no se encuentran próximos unos de otros, siendo un medio eficaz para entenderse a larga distancia.

6,5 kilómetros

Para llevar a cabo el estudio, Mortimer, junto a Will Rees, registraron las vibraciones generadas por elefantes salvajes en Kenia mientras estos mostraban diferentes comportamientos. Para ello, utilizaron geófonos, que son dispositivos similares a los sismógrafos, capaces de convertir las vibraciones del suelo en señales electrónicas medibles. Los modelos por ordenador demostraron que era posible detectar y clasificar comportamientos específicos de los elefantes a kilómetros de distancia. Se encontró que las vibraciones registradas podían detectarse y distinguirse a aproximadamente 6,5 kilómetros en condiciones óptimas. Esta distancia es significativamente mayor que los alrededor de 3,2 kilómetros que, en comparación, puede viajar el barrito de un elefante por el aire.

A pesar de la sofisticación de este sistema, los hallazgos sugieren que el ruido generado por el ser humano puede interferir con la capacidad de los elefantes para comunicarse a través de las vibraciones. Cualquier tipo de contaminación sonora que genere vibraciones en el suelo, incluso el ruido de un automóvil, reduce drásticamente la capacidad de los elefantes para detectar y diferenciar estas vibraciones. Esta interferencia puede poner a los elefantes en un riesgo aún mayor del que ya enfrentan. Dada su organización en comunidades espacialmente separadas y complejas, los elefantes dependen en gran medida de la comunicación a larga distancia para su supervivencia.

Pero lo mejor de los mencionados hallazgos es que tienen implicaciones prácticas importantes para la conservación de los elefantes: podrían conducir al desarrollo de un nuevo tipo de sistema de alarma para detectar comportamientos de elefantes, como el pánico, lo que podría servir como un medio para atrapar y disuadir a los cazadores furtivos. La monitorización de las vibraciones en tierra podría utilizarse para detectar elefantes y determinar sus comportamientos en tiempo real. Esto representa una nueva oportunidad para los investigadores y conservacionistas que buscan vigilar a estos animales a distancia, lo cual es crucial para salvar una especie amenazada. A pesar de los esfuerzos internacionales para prohibir el comercio de marfil, miles de elefantes continúan siendo cazados anualmente en África por sus colmillos.