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El hito de las avispas joya: son capaces de ralentizar su ritmo biológico de envejecimiento

Ejemplar de avispa joya

Raquel Sáez

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Las avispas joya (Nasonia Vitripennis) acaban de firmar un hito para la ciencia. Estos insectos pueden ralentizar su ritmo biológico de envejecimiento, según una investigación liderada por científicos de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con los resultados del estudio, estas avispas demostraron que pueden atravesar una especie de descanso natural, como ocurre en el caso de las larvas, antes de emerger a la edad adulta con una sorprendente ventaja, la de ralentizar el reloj epigenético que marca el envejecimiento molecular.

Cómo frenar el envejecimiento

Los investigadores partieron de la siguiente base: el envejecimiento es un proceso biológico que deja huellas moleculares en el ADN. En este sentido, uno de los indicadores más precisos de este proceso es el reloj epigenético, que registra los cambios químicos en el ADN, conocidos como metilación, que se acumulan con la edad. Ahora bien, ¿qué ocurre si se altera el transcurso natural del mismo?

Para comprobar cuáles eran las consecuencias recurrieron a las avispas joyas, que se está convirtiendo en un modelo para la investigación sobre el envejecimiento, principalmente porque, a diferencia de otros invertebrados, tiene un sistema de metilación de ADN funcional como los humanos y una vida útil corta.

Los investigadores expusieron a las madres avispas joya al frío y la oscuridad, lo que desencadenó en sus crías un estado similar a la hibernación, una pausa natural conocida como diapausa. Y los resultados sorprendieron a los autores: “La diapausa extendió la esperanza de vida adulta media en un 36% y ralentizó significativamente la tasa de envejecimiento epigenético”.

Además, las avispas que habían pasado por la diapausa envejecieron un 29 % más lentamente a nivel molecular que sus contrapartes. Esto es que sus relojes epigenéticos funcionaron con mayor lentitud. “Esto demuestra que el envejecimiento no es definitivo y que el entorno puede ralentizarlo, incluso antes de llegar a la edad adulta”, sostiene en un comunicado el profesor de Biología Evolutiva y autor principal del estudio, Eamonn Mallon.

El equipo destaca que lo “sorprendente” de este estudio reside en que demuestra una ralentización duradera del envejecimiento provocada por el entorno, en un sistema simple y relevante para la biología humana. En su opinión, una evidencia de que los eventos tempranos de la vida pueden dejar huellas duraderas no solo en la salud, sino también en el ritmo del propio envejecimiento biológico.

“Este estudio abre nuevas vías de investigación, no solo en la biología de las avispas, sino también en la cuestión más amplia de si algún día podremos diseñar intervenciones para ralentizar el envejecimiento desde sus raíces moleculares. Con sus herramientas genéticas, marcadores de envejecimiento mensurables y un vínculo claro entre el desarrollo y la esperanza de vida, Nasonia vitripennis es ahora una estrella emergente en la investigación sobre el envejecimiento”, concluye Mallon.

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