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¿Nos liberarán los robots de las tareas domésticas?

Robot de PAL Robotics en la cocina

Toñi Herrero Alcántara

Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (Internet of Things, IoT) y robótica son algunas de las tecnologías punteras que se van haciendo hueco sigilosamente en nuestra vida cotidiana. Dispositivos conectados e inteligentes con la promesa de hacernos el día a día más fácil, llamados a realizar por nosotros pequeñas tareas domésticas o incluso cuidarnos

En los últimos años los electrodomésticos inteligentes están desembarcando en nuestras casas, desde televisiones a neveras, pasando por los robots de limpieza como el Roomba, o los Dash Buttons de Amazon, para reponer productos de limpieza. Pero esto es sólo el principio. “Existen lavadoras conectadas pero no aprovechan todo el potencial como, por ejemplo, realizar el lavado cuando la energía es más barata o que no ponerse en marcha por previsión de lluvia”,  remarca Marc Fàbregas, CEO de Zolertia, startup que proporciona soluciones de IoT para que otras empresas las integren en sus productos.

Aun sin llegar a exprimir todo su potencial, el uso de estas tecnologías nos puede permitir ganar en eficiencia o ayudar a simplificar las tareas. Es decir, nos ayudan a hacerlas en menos tiempo e invirtiendo menos esfuerzo.

“Significa más tiempo para nosotros mismos, para nuestras familias, la conjunción de la vida laboral y familiar. Las labores repetitivas que pueden ser hechas por otros sistemas nos dejarán tiempo para otras cosas”, indica Álvaro García, director de comunicación de Intel Corporation Iberia.

Aprendiendo a tomar decisiones

Una de las tecnologías orquestadoras del Hogar Conectado es el Internet de las Cosas, que permite conectar dispositivos - equipados con sensores -para que se comuniquen a través de Internet y puedan tomar decisiones o emprender acciones, en base a los datos recogidos.

Ya se está usando en el ámbito doméstico para la gestión de los recursos energéticos como climatización, iluminación, consumo de agua, por ejemplo. También permite la programación de acciones predefinidas en base a determinadas situaciones para los diferentes dispositivos de la casa.

“Podemos poner a precalentar el horno de camino a casa o encender la lavadora para que la colada esté lista cuando lleguemos e incluso comprobar el interior de nuestro frigorífico desde el supermercado”, ejemplifica Elisa Alcalde, Brand Manager de Bosch Electrodomésticos. Frigoríficos inteligentes, con pantalla LCD desde donde hacer la lista de la compra o que comprueban fechas de caducidad. Incluso pueden comprar lo que nos falta, conectándose directamente con el supermercado. 

“El mayor beneficio de la aplicación del IoT al ámbito doméstico no es únicamente el ahorro de tiempo, sino la eficiencia que ganamos al hacer nuestra vida (doméstica) más inteligente”, explica Alicia Asín, consejera delegada y fundadora de Libelium, empresa proveedora de sensores inteligentes para las ciudades inteligentes y el Internet de las Cosas.

Es en este punto donde entra en juego la Inteligencia Artificial (IA), cuando los datos que se generan en Internet y en el dispositivo conectado a través de sus sensores, se procesan de manera parecida a como lo haría la mente humana. Por ejemplo, tomar la decisión de no poner una lavadora porque mañana va a llover.

“La IA, a través de un mayor conocimiento de los usuarios, permite que sus electrodomésticos se adapten mejor a sus necesidades”, comenta Miguel Ángel Fernández, director de marketing de las divisiones de B2B, Home Entertainment y Home Appliances de LG España.  “La mezcla de robótica, IA e IoT nos podrá librar, a largo plazo, de gran parte de las tareas domésticas habituales. Se podrá automatizar prácticamente todo”, añade el CEO de Zolertia.

Más allá de electrodomésticos, TIAGo es un robot humanoide bípedo que ya se está utilizando en diferentes pruebas para usarlo en el hogar. “Algo muy sencillo que podrá hacer es dar un paseo por la casa y mirar si alguno de los niños que han ido a visitar el abuelo han dejado el patinete en el pasillo y recogerlo”, explica Francesco Ferro, director general y fundador de PAL-Robotics, empresa pionera en la creación de robots humanoides. Entre otras cosas, TIAGo podría llegar a traer un vaso de agua o avisar a emergencias en caso de que, siguiendo con el ejemplo, el anciano sufriera algún tipo de incidente. 

Pero aunque suene prometedor, todavía falta algún tiempo para ver este tipo de robots en los hogares. “Los primeros robots que veremos en casa todos los días no serán modelos humanoides, serán una variante de estos para hacer una tarea determinada como aspirar el suelo”, remarca.  Para que innovaciones como TIAGo como esta lleguen a las casas, el momento no lo aporta la tecnología, sino la capacidad de los usuarios para digerirla. Así, poco a poco, vamos absorbiendo las nuevas tecnologías a medida que estas también bajan de precio.

El problema de los estándares y la seguridad

Con la llegada de las redes 5G, más rápidas, seguras y de calidad, y los miles de millones de aparatos conectados, lo único que falta es que se cree un ecosistema fluido. Estos miles de millones de dispositivos inteligentes -25.000 millones, según Gartner - se acabarán utilizando en todo: desde vehículos de conducción autónoma a las apabullantes SmartCities.

“Actualmente la tecnología en las casas entra de la mano de las marcas de electrodomésticos, cada marca tiene su propia aplicación para el control de sus dispositivos, y no existe una app que controle todo a la vez”, lamenta Katerina Zalamova, emprendedora y fundadora de Crea Idea Lab. Este es el caso de Samsung Connect, funcionalidad presentada junto con el Galaxy S8, que simplificará la gestión de sus frigoríficos, hornos y aspiradores inteligentes desde una única app.

Y este es un aspecto que podría influir en los consumidores, ya que la finalidad de estas tecnologías debería ser simplificar las tareas y no complicarlas aún más con problemas de interconexión y compatibilidad. Conscientes de este nuevo reto a superar, las compañías empiezan a colaborar y pensar en la creación de los estándares siempre tan necesarios. Los sensores Smart Things de Samsung son compatibles con más de 200 dispositivos y cuenta con una comunidad de más de 10.000 desarrolladores. 

Interconectar todas las tecnologías no es el único desafío para los fabricantes, startups y usuarios en una sociedad conectada, con robots encargados de tareas domésticas y millones de datos generándose cada segundo. Ni la seguridad ni la privacidad de los individuos/usuarios tendrían que verse comprometidas por la utilización de estas tecnologías en el ámbito doméstico, y sin embargo es una de las mayores amenazas del IoT. El pasado mes de octubre, un ciberataque masivo aprovechó la baja seguridad de los dispositivos conectados del IoT para tumbar varios servicios.

“Resulta muy importante el compromiso de las empresas con el desarrollo de sistemas inteligentes que incluyan múltiples capas de seguridad entre el dispositivo y la persona”, indica Alicia Asín, para quien los dispositivos IoT pueden aportar también información valiosa para la seguridad. “Nuestra privacidad puede verse comprometida, pero también surgirán nuevas aplicaciones que ayudarán a mantenernos más seguros. ¿Y si estos dispositivos ‘escuchantes’ pudieran hacer una llamada a emergencias por nosotros?”, asegura para abrir el debate.

Control más allá del smartphone

smartphonePara controlar todo este universo, cualquier dispositivo móvil servirá como mando de control de los sistemas domóticos a través de diferentes apps; no solo desde el teléfono móvil, también a través de un reloj o unas gafas inteligentes. Desde cualquier sitio, en cualquier momento y en tiempo real. “En casa será más fácil mover la mano para subir el volumen que coger el móvil. El móvil será la herramienta para llevarnos la capacidad de control de un sitio para otro”, indica Fàbregas.

Incluso se está trabajando en otro tipo de dispositivos más cómodos que desbanquen al smartphone. “Materiales como ciertos tejidos que no parecen pantallas, pero que al meterles una corriente eléctrica se conviertan en pantallas y podrán actuar como el centro de todo. Aún nos queda mucho por ver, cosas inimaginables hoy en día”, explica Miguel Ángel Fernández.

Además los asistentes de voz inteligentes como Alexa, Siri o Cortana integrados en discretos altavoces podrían llegar a convertirse en el sistema operativo de nuestras vidas. Este tipo de tecnología permite controlar los aparatos del hogar sin ningún tipo de comando, tan solo haciendo un comentario en voz alta. Fluido y sencillo, al menos en teoría. Pero hacia aquí van los tiros: de hecho  Samsung estaría trabajando en su propio altavoz con IA, basado en su asistente de voz Bixby, según ha publicado recientemente The Wall Street Journal.

Perfecto, delegaremos muchas cosas pero cuidado: liberación no quiere decir desentenderse. La intervención humana va a ser necesaria porque hace falta definir qué parámetros son los que cada máquina (sensor, electrodoméstico o sistema domótico) tiene que seguir para actuar de una forma determinada. “Al final las personas somos las que tenemos que dictar las normas que las máquinas habrán de ejecutar. De ahí que esta tecnología permita una mayor selección y personalización de lo que nos resulta más incómodo de realizar”, comenta Asín.  

Será cada individuo quien elija también para qué funciones esa inversión no le resulta rentable. Y es que, además del criterio de la comodidad, también existe el de eficiencia y rentabilidad. Quizás uno de los aspectos más complicados de medir.

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