No puedo parar de comer: qué ocurre cuando falla la leptina

leptina

Darío Pescador

Durante mucho tiempo, en la comunidad médica se pensó que estar gordos era un simple problema de fuerza de voluntad. La acumulación de grasa ocurría cuando comías más calorías de las que gastabas, así que la solución era tan sencilla como comer menos y moverse más.

El hecho de que esta aproximación haya fracasado tan espectacularmente y que una tercera parte de la humanidad tenga sobrepeso nos debería hacer reflexionar. Afortunadamente la ciencia está avanzando en este frente, y los descubrimientos más recientes indican que no engordamos por comer más, sino que comemos más porque nuestro cerebro, por distintos motivos, decide que tenemos que engordar. La clave está en una hormona llamada leptina.

La leptina se descubrió en 1994, anteayer en términos científicos. En los primeros experimentos se observó que los ratones con una cierta mutación genética no podían parar de comer y se ponían enormemente gordos. El gen afectado era el responsable de fabricar una hormona que suprimía el apetito. Al administrar la hormona a los ratones obesos, estos dejaban de comer y perdían peso rápidamente.

Hasta hace poco también se pensaba que las células de grasa eran simples almacenes de energía, pero resulta que son las responsables de fabricar la leptina. Cuanto mayor es la cantidad de grasa que acumula una persona, mayor es la leptina circulante.

El principal efecto de la leptina es reducir el apetito, lo cual tiene mucho sentido para la supervivencia. Si tienes muchas reservas de grasa, no necesitas comer tanto, y el peso extra no te va a ayudar a escapar del peligro.

Ahora viene lo interesante. Se observó que las personas obesas no respondían a la leptina como los ratones. Al contrario, tenían niveles muy altos de leptina, pero estaban constantemente hambrientas. La leptina no les estaba haciendo efecto, o en otras palabras, eran resistentes a la leptina.

Piensa en la resistencia como cuando vamos a un concierto con la música muy alta nos quedamos medio sordos durante varias horas. Los niveles altos de leptina hacen insensibles a los receptores. Sin nuestro cerebro no puede oír esta señal que inhibe el apetito, seguimos comiendo.

Pero la leptina es mucho más que una señal de saciedad. Está implicada en el metabolismo de la glucosa, la pubertad, e incluso el sistema inmune, y a su vez su secreción depende de cómo estén otras hormonas como la insulina, el cortisol y la testosterona.

Los investigadores consideran que la cantidad de grasa corporal está regulada por una especie de termostato llamado lipostato, lo cual coincide con la teoría del valor de referencia (set point), que postula que tu cuerpo no quiere cambiar de peso y se resiste ferozmente a cualquier intento, o bien haciéndote comer más (aumentando el apetito) o disminuyendo tu actividad (quitándote las ganas de moverte).

Más en Tu mejor yo: Tu peso está predefinido (pero puedes cambiarlo)

La leptina es ese termostato, y cuando se estropea, el peso se descontrola. La leptina actúa sobre el hipotálamo, la parte del cerebro que entre otras cosas nos dice cuándo comer y cuándo parar de comer, y cuándo aumentar o reducir nuestro metabolismo.

Es decir, comer mucho y moverse poco no es la causa de la obesidad, sino justo al revés. La obesidad es un desajuste hormonal que nos hace comer más y gastar menos energía.

Cuando las personas con obesidad adelgazan, al perder grasa también se reducen sus niveles de leptina, con lo cual el hambre no desaparece. Esto se pudo observar en las personas que participaron en el concurso de adelgazar “The Biggest Loser”. Años después, seguían siendo resistentes a la leptina.

Más en Tu mejor yo: Lo que se aprendió del concurso 'The Biggest Loser'

Los bajos niveles de leptina, o la resistencia a ella, hacen que baje el metabolismo basal, es decir, la energía que el cuerpo consume en reposo. Es una trampa mortal: tienes hambre y tu cuerpo gasta cada vez menos. Curiosamente, se puede evitar inyectando leptina.

Pero ¿qué provoca la resistencia a la leptina? Como ocurre con la insulina, es un círculo vicioso. Acumular más grasa produce más leptina (una señal más alta) lo cual produce resistencia a la leptina (sordera).

Lo mismo ocurre con la inflamación, que produce daños en el hipotálamo, y los altos niveles de ácidos grasos en sangre: ambas cosas provocan resistencia a la leptina.

¿Qué comida produce a la vez inflamación y niveles altos de grasa? Lo has adivinado: la comida basura, la combinación de grasa y azúcar, o grasa y almidón, aderezada con sal y ácido, que no se encuentra en ningún alimento natural, y que precisamente es lo que más nos apetece comer cuando tenemos hambre.

Más en Tu mejor yo: Así funciona la inflamación en tu cuerpo

Aquí están los cereales de desayuno, las bebidas azucaradas, la bollería, galletas, chocolate o los aperitivos salados. Son alimentos tan efectivos a la hora de provocar obesidad, que consiguieron engordar a ratas de laboratorio en mucho menos tiempo que con una dieta compuesta de mantequilla.

La forma de darle la vuelta a la resistencia a la leptina y salir de este círculo vicioso es actuar sobre los factores que la provocan:

¿En qué se basa todo esto?

Serum immunoreactive-leptin concentrations in normal-weight and obese humans.
Las concentraciones séricas de leptina están correlacionadas con el porcentaje de grasa corporal, lo que sugiere que la mayoría de las personas obesas son insensibles a la producción de leptina endógena.

Leptin resistance and diet-induced obesity: central and peripheral actions of leptin
Los individuos obesos, en lugar de ser deficientes en leptina, tienen en la mayoría de los casos niveles altos de leptina circulante. El fracaso de estos niveles altos para controlar el peso corporal sugiere la presencia de un proceso de resistencia a la hormona que podría ser en parte responsable de los trastornos en la regulación del peso corporal. Además, la resistencia a la leptina puede alterar las funciones periféricas fisiológicas de la leptina, como el metabolismo de los lípidos y carbohidratos y la utilización intestinal de nutrientes.

Human leptin: from an adipocyte hormone to an endocrine mediator.
La leptina no solo es importante en la regulación de la ingesta de alimentos y el balance energético, sino que también tiene una función como hormona metabólica y neuroendocrina. Ahora está claro que está especialmente involucrado en el metabolismo de la glucosa, así como en la maduración y reproducción sexual normal. Además de esto, también se han descrito las interacciones con los ejes hipotalámico-hipofisario-suprarrenal, tiroides y GH, e incluso con la hematopoyesis y el sistema inmunológico. Se ha demostrado que la secreción de leptina por parte del adipocito está parcialmente regulada por otras hormonas, como la insulina, el cortisol y los esteroides sexuales, principalmente la testosterona.

Hypothalamic circuits regulating appetite and energy homeostasis: pathways to obesity
Distintas poblaciones de células neuronales, particularmente dentro del núcleo arqueado del hipotálamo, detectan el estado de los nutrientes del organismo e integran señales de hormonas periféricas, como la insulina derivada del páncreas y la leptina derivada de los adipocitos, para regular la ingesta de calorías, el metabolismo de la glucosa y el gasto energético.

Low dose leptin administration reverses effects of sustained weight-reduction on energy expenditure and circulating concentrations of thyroid hormones.
El gasto total de energía aumentó en todos los sujetos durante la administración de r-metHuLeptin. Estos datos indican que la disminución de las concentraciones de leptina debido a la pérdida de masa grasa explica algunos aspectos del fenotipo endocrino / metabólico asociado con el estado de reducción de peso.

Obesity is associated with hypothalamic injury in rodents and humans
Estos hallazgos sugieren colectivamente que, tanto en humanos como en modelos de roedores, la obesidad está asociada con una lesión neuronal en un área del cerebro crucial para el control del peso corporal.

Increase in plasma endotoxin concentrations and the expression of Toll-like receptors and suppressor of cytokine signaling-3 in mononuclear cells after a high-fat, high-carbohydrate meal: implications for insulin resistance.
Los nuevos cambios descritos después de la comida alta en grasas y alta en carbohidratos aclaran los mecanismos subyacentes a la inflamación postprandial y también proporcionan la primera evidencia que explica la patogénesis de la insulina y la resistencia a la leptina mediada por el supresor de la señalización de la citoquina-3 SOCS-3 después de tales comidas.

Cafeteria diet increased adiposity in comparison to high fat diet in young male rats
Hemos demostrado que la dieta alta en grasas y la dieta de la cafetería tienen efectos diferenciales sobre la obesidad y los parámetros relacionados con la obesidad, con la dieta CAF que conduce a una adiposidad más pronunciada en comparación con la dieta alta en grasas en ratas macho jóvenes.

Effect of two doses of a mixture of soluble fibres on body weight and metabolic variables in overweight or obese patients: a randomised trial.
En conclusión, un suplemento dietético de 16 semanas de fibra soluble en pacientes con sobrepeso u obesidad fue bien tolerado, provocó saciedad y tuvo efectos beneficiosos en algunos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, el más importante de los cuales fue una disminución significativa en las concentraciones plasmáticas de colesterol LDL .

Effect of long-term changes in diet and exercise on plasma leptin concentrations.
Los cambios a largo plazo en el estilo de vida que consisten en una menor ingesta de grasas en la dieta y una mayor actividad física redujeron las concentraciones de leptina en plasma en los seres humanos más allá de la reducción esperada como resultado de los cambios en la masa grasa.

Leptin levels are dependent on sleep duration: relationships with sympathovagal balance, carbohydrate regulation, cortisol, and thyrotropin.
Durante el estudio con 8 horas de acostado, los parámetros hormonales y metabólicos fueron intermedios entre los observados con las horas de cama de 4 y 12 horas. En conclusión, el sueño modula un componente importante del control neuroendocrino del apetito.

A high-protein diet induces sustained reductions in appetite, ad libitum caloric intake, and body weight despite compensatory changes in diurnal plasma leptin and ghrelin concentrations.
Un aumento en la proteína de la dieta del 15% al 30% de la energía a una ingesta constante de carbohidratos produce una disminución sostenida en la ingesta calórica ad libitum que puede estar mediada por una mayor sensibilidad a la leptina del sistema nervioso central y resulta en una pérdida de peso significativa. Este efecto anoréxico de la proteína puede contribuir a la pérdida de peso producida por las dietas bajas en carbohidratos.

A Low-Carbohydrate as Compared with a Low-Fat Diet in Severe Obesity
Los sujetos gravemente obesos con una alta prevalencia de diabetes o el síndrome metabólico perdieron más peso durante seis meses con una dieta restringida en carbohidratos que con una dieta baja en calorías y grasas, con una mejora relativa en la sensibilidad a la insulina y los niveles de triglicéridos, incluso después del ajuste por la cantidad de peso perdido.

Triglycerides induce leptin resistance at the blood-brain barrier.
Llegamos a la conclusión de que los triglicéridos son una causa importante de la resistencia a la leptina mediada por un transporte deficiente a través de la barrera hematoencefálica y sugerimos que la resistencia a la leptina mediada por triglicéridos puede haber evolucionado como un mecanismo antianoréxico durante la inanición. Disminuir los triglicéridos puede potenciar el efecto anoréxico de la leptina al aumentar el transporte de leptina a través de la barrera hematoencefálica.

Etiquetas
stats