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El teniente Segura es enviado de nuevo a prisión para cumplir dos meses de condena

Luis Gonzalo Segura, durante una de las concentraciones organizadas en apoyo a su causa.

Fermín Cabanillas

“Esto es una cacería, una vergüenza y una infamia”. Así definía en la mañana de este jueves el teniente Luis Gonzalo Segura su nuevo ingreso en una prisión militar en declaraciones a eldiario.es/andalucia. De nuevo por sorpresa, sin atender a los recursos de su abogado, cuando ha ido a atender un requerimiento se le ha comunicado que tenía que volver a ingresar en prisión, tan solo 27 días después de ser puesto en libertad, y esta vez por dos meses, con lo que no volverá a salir hasta el próximo 15 de marzo.

 

 

Otra vez las presuntas injurias al poder militar plasmadas en su libro “Un paso al frente” le han servido como excusa a sus mandos para meterlo en prisión, a pesar de la carrera contrarreloj de su abogado para impedir que esto pasase. La última imputación, que hace que desde las 12 del mediodía de este jueves ya esté en el centro de internamiento de Colmenar Viejo, se debe a sus dudas públicas de que los militares españoles accederían a intervenir en una hipotética intervención en Cataluña.

Según se recoge en el escrito de acusación, concretamente en su punto 5, “en la página web www.cuartopoder.es, y bajo una foto del encartado, con el pie de foto siguiente ”el Teniente Luis Gonzalo Segura, después de realizar la entrevista“, con fecha 3 de octubre de 2014, el encartado afirma que ”... lo que pasamos a diario, las injusticias, los abusos, las corrupciones“; ”hay que ser mafioso y corrupto para emplear ese argumento; me parece muy triste que haya cantidad de militares que opinen así, sobre todo en la cúpula, porque lo único que demuestran es que tienen la corrupción y ese sentido mafioso tan incrustado que no se dan cuenta de que es aberrante“; ”esto no significa que toda la cúpula militar sea delincuente, no, pero es plenamente cómplice de lo que está ocurriendo“; ”y cuanto menos permeable y representativa es la cúpula, mayor es el peligro de que se vuelva contra la sociedad“; ”si a mí mañana me dicen que coja una sección y entre en Cataluña, les diré que hasta aquí hemos llegado, y si me quieren fusilar que me fusilen, pero no voy... y creo que eso lo tienen muy claro la mayor parte de los militares“.

Sus mandos, curiosamente, no han tenido en cuenta que el teniente “secundan” con sus manifestaciones las realizadas en su día por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Jaime Domínguez Buj, que hacía referencia a la función del Ejército como una herramienta más del Gobierno, pero para que el no hubo, obviamente, sanción alguna.

“Menos somos Charlie y más investigación”

Visiblemente indignado, el teniente Gonzalo Segura lamentaba, camino de su reclusión, que vuelva a ser cabeza de turco de una situación que se solucionaría, dice, si el ejército hiciese autocrítica sobre la situación actual: “Deberían hacer una auditoría para comprobar si lo que digo es cierto o no, estudiar las pruebas que poseo, las grabaciones, el disco duro, y si miento, condenarme por calumnias, pero lo que no se puede permitir es que encierren a una persona sin que se verifique si lo que cuenta es cierto o no. Tanto ”todos somos Charlie“ y aquí se encierran y persiguen a los que denuncian corrupción. Espero que los grandes medios de comunicación dejen de mirar para otro lado y cuenten esta historia y se rompa el tabú que hay sobre las Fuerzas Armadas”.

Pero en este caso pesa además que ya son 90 días los que ha pasado en prisión (60 más 30) en 2014, y ahora serán 150, casi medio año: “Lo que hacen conmigo es una condena encubierta, aunque pase por un juzgado militar. Una vergüenza”, lamentaba.

Declaraciones que, además, realizaba vigilado por tres policías militares y un capitán jurídico que le “escoltaban” hasta su reclusión, a pesar de que su abogado argumentase en el escrito de protesta que el nuevo régimen disciplinario contempla sólo un mes para las faltas graves, y además lo contempla para procesos que ya estén abiertos con carácter retroactivo.

Por ello, el letrado exponía  en su escrito de alegaciones una serie de argumentos que, aparte de tirar por tierra las argumentaciones del Ejército, recuerdan que si el teniente vuelve a entrar en prisión militar tendrá que salir a los 30 días exactos, ni uno más, aunque no ha sido tenido en cuenta.

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