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Itziar González denuncia intimidaciones desde el inicio del juicio del caso Hotel del Palau

La exconcejal de Ciutat Vella, Itziar González.

Benoît Cros

Barcelona —

La exconcejal de Barcelona Itziar González ha afirmado hoy que ha sido objeto de “seguimientos y intimidaciones” desde que se inició el juicio del caso Hotel Palau. “Hubo una presencia intimidatoria delante de mi casa durante un día entero”, ha explicado González, que comparecía este viernes como testigo ante la juez por este caso, en el que los exresponsables de la institución, Fèlix Millet y Jordi Montull, son los principales acusados. González, que siempre se mostró crítica con este proyecto hotelero de una zona céntrica de Barcelona, ha indicado que ya denunció los hechos ante el juzgado de guardia pero los ha desvinculado del juicio en curso. “Cualquier persona que denuncia la corrupción corre algún riesgo y debe ser protegida”, ha dicho.

De perfil independiente pero en el cargo por cuenta del PSC, González fue uno de los obstáculos con los que se topó el proyecto del Hotel del Palau. Poco después de iniciar su mandato com concejal del distrito de Ciutat Vella de Barcelona, esta arquitecta de oficio encabezó el proceso de participación ciudadana para incidir en el proyecto de construcción del hotel. Este proceso, que en un principio se hizo con el beneplácito de los responsables de Urbanismo del ayuntamiento “no era legalmente necesario” según ha indicado González. “Pero un político honesto tiene que escuchar a la ciudadanía”, ha afirmado. Desde el inicio del proceso, la entonces concejala se dio cuenta de la firme oposición vecinal. “Los vecinos de Ciutat Vella no querían más hoteles”, ha dicho.

Los impulsores del proyecto eran el mandatario de la Fundación Palau, Fèlix Millet y su mano derecha Jordi Montull. Según recoge la fiscalía en su acusación, Millet y Montull cobraron presuntamente 900.000 euros del empresario Manuel Valderrama, propietario de Olivia Hotels, a cambio de que estos presionaran a diferentes cargos políticos para conseguir la recalificación de tres solares situados cerca del Palau y poder así construir un hotel. Los saqueadores confiesos de la institución se enfrentan ahora a una posible pena de 10 años de cárcel por tráfico de influencia, falsedad, apropiación indebida y prevaricación. También están imputados los exintegrantes de la cúpula de Urbanismo del Ayuntamiento - entre ellos el exteniente de alcalde Ramon García-Bragado - por haber escondido durante la tramitación del proyecto que la titularidad de las fincas era de Olivia Hotels, y no, como se creía entonces, de la Fundación Palau.

“Yo siempre perdía”

Itziar González ha explicado que su objetivo en el cargo era de encontrar el equilibrio entre los intereses de los vecinos y los de los partidarios del actual modelo turístico de la ciudad. Pero el documento que se redactó después del proceso participativo “no respondía a todas las peticiones de los vecinos”, ha insistido. Cuando estalló el escándalo del saqueo del Palau de la Música Catalana, González - que ignoraba que la titularidad de las fincas era de Olivia Hotels - expresó al concejal socialista Carles Martí que “políticamente se tenía que hacer un gesto”. “Pensé que se tenía que derogar el proyecto y volver a la valoración inicial”, ha subrayado.

“Las presiones venían por todas partes”, ha recalcado la exconcejala, que también ha explicado que estas no eran directas. “Ellos ayudaron a que yo no fuera un problema, había debates pero yo siempre perdía”, ha apuntado. González también ha denunciado “manipulaciones”: “me decían que había gente inquieta, se hablaba de urgencias inexistentes”. Durante su paso por la concejalía, Itziar González recibió también varias amenazas por sus actuaciones en el distrito - incluso fue vícitima de un robo en su piso - y acabó dimitiendo de su cargo.

Al acabar su testimonio, los asistentes a la audiencia - muchos de ellos vecinos de Ciutat Vella - han aplaudido a González. “Me he sentido muy apoyada por la ciudadanía”, ha confiado la exconcejala en declaraciones a la prensa. “No quiero victimizar pero dar mi testimonio era mi obligación ciudadana y lo más importante es que cambien las maneras de hacer las cosas”, ha expresado. “Ciutat Vella es un barrio en el cual no cabe más actividad turística y que tiene muchos problemas, como la pobreza”.

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