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Un recorrido por los museos más emblemáticos de Castilla-La Mancha

Museo de Santa Cruz de Toledo / JCCM

Alicia Avilés Pozo

Castilla-La Mancha también es tierra de museos. Además de Don Quijote, de su riqueza agrícola y de sus espacios naturales, en toda la comunidad autónoma existe igualmente una amplia red público-privada de museos que han ido adquiriendo importancia  lo largo de la historia cultural de la región. Entre los mismos podemos encontrar desde vestigios de la prehistoria hasta las más modernas innovaciones científicas, sin olvidar las tendencias más actuales en arte abstracto o el arraigo de las tradiciones más asentadas en los antepasados y primeros habitantes de tierras castellano-manchegas.

Hasta nueve museos componen la Red Pública de la Comunidad de Castilla-La Mancha. La mayoría son centros provinciales con amplias colecciones procedentes de su entorno geográfico, o museos monográficos como el de las Ciencias, en Cuenca, o el de Cerámica Ruiz de Luna, en Talavera de la Reina. En todos ellos, tanto los fondos que albergan (arqueológicos, etnológicos, de bellas artes o artes industriales) como los edificios en los que se ubican, tienen una riqueza e importancia singulares. Uno de los objetivos del mantenimiento de esta red pública regional es convertirlos en espacios vivos, dinámicos y participativos al mismo tiempo que obtener los mejores resultados en la conservación del patrimonio cultural.

El más destacado es el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, ubicado en pleno casco antiguo de Cuenca. En su recorrido, el visitante viaja a través del tiempo conectando con ámbitos como el conocimiento de la Tierra y el legado dejado por los fósiles, la exploración geológica de Marte, la investigación espacial, la meteorología y el clima. Incluye también muestras sobre el conocimiento de la energía y su uso responsable.

Esta ciudad alberga también el famoso Museo de Arte Abstracto, que este año cumple 50 años y que exhibe de forma permanente, en su espacio privilegiado de las Casas Colgadas, una colección de pinturas y esculturas de artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60. En la provincia de Cuenca han sido también grandes apuestas y motivo además de confrontación política, el Museo de Paleontología y el Museo-Centro de Interpretación del Parque Arqueológico de Segóbriga.

En Albacete, forma parte de la Red pública el Museo de la Ciudad, una institución museística de titularidad estatal gestionada por la Junta de Castilla-La Mancha. Representa el devenir histórico y cultural de la provincia y es un valioso archivo para la arqueología provincial, con proyección nacional por la calidad de muchos de los hallazgos producidos. Pero sin duda, en esta provincia, es el Museo Municipal de la Cuchillería uno de los más atractivos para el público: cuchillos, navajas y tijeras agrupados desde los albores de la edad del Bronce, fusionados con sus propias historias y leyendas.

También en esta provincia destaca el Museo Etnográfico de Ossa de Montiel, emplazado en un paraje típico de labranza, justo en una casa de camineros rehabilitada al efecto. Desde allí pueden visitarse tierras de secano para el cereal y la vid con pequeños oasis hortelanos de regadío, circundados por el río Alarconcillo y los olores agrestes de la sabina, la encina, el romero y el tomillo.

Cambiando de zona, la visita a Ciudad Real incluye parada obligada en el Museo-Convento de la Merced, creado en 1976 y donde se exponen, en una casa típica manchega de principios del siglo XV, colecciones de Arqueología y Paleontología; así como el Museo López-Villaseñor que contiene la obra de este pintor ciudadrealeño de la segunda mitad del siglo XX. En cuanto al resto de la provincia, destaca por un lado el Museo Comarcal de Daimiel, donde el visitante puede disfrutar de muestras sobre las sociedades ibérica, romana, visigoda y musulmana, y de trabajos con carpintería y forja. Por otro lado, son de visita obligada el Museo del Vino de Valdepeñas y el Museo de los Molinos de Viento de Campo de Criptana

Por otra parte, pertenece a la red castellano-manchego el Museo de Santa Cruz de Toledo, uno de los más emblemáticos de la ciudad, ubicado en un antiguo hospital que data de finales del siglo XV y primeros años del siglo XVI. Se trata de una de las obras maestras del Renacimiento español, con portada y claustro del arquitecto Alonso de Covarrubias. Entre sus muros alberga importantes colecciones de Bellas Artes, Arqueología y Artes Decorativas.

También en Toledo, como sede de las tres culturas, destacan otros centros de exposiciones. Es el caso del Museo del Greco, visita obligada para conocer la obra del pintor y cuyo edificio recrea una casa toledana de su época. Contiene obras tan importantes como la “Vista y plano de Toledo” o “Las lágrimas de San Pedro”. Por último, destaca en la ciudad el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda, instalado en la Iglesia de San Román y exponente del primer mudéjar toledano (siglo XIII); y el Museo Victorio Macho de la Real Fundación de Toledo, ubicado en el promontorio de la “Roca Tarpeya”, que muestra gran parte de la colección legada por el escultor, con retratos de personalidades como Gregorio Marañón, Miguel de Unamuno y Benito Pérez Galdós.

Sin salir de la provincia de Toledo, encontramos en Talavera de la Reina otras de las joyas museísticas de la región: el Museo Ruiz de Luna. Ocupa un antiguo convento agustino del siglo XVII y su objetivo es albergar la colección personal del ceramista Juan Ruiz de Luna, que está compuesta por valiosas piezas de la alfarería talaverana comprendidas entre los siglos XVI y XX, incluidas obras personales del artista. En la misma provincia, forma parte de la red pública el Museo-Casa de Dulcinea, en El Toboso: alberga un edificio que mantiene parte de su estructura original del siglo XVI  y, según la tradición, en época cervantina fue habitada por don Esteban y doña Ana, su hermana, quien inspiró el personaje de la sin par Dulcinea de El Toboso.

Viajando a Guadalajara, encontramos el Museo Provincial, uno de los más antiguos de España, fundado en 1838. Desde 1973 su sede es el Palacio del Infantado, un impresionante edificio construido a finales del siglo XV, y la mayor joya arquitectónica de la ciudad. El Museo de los Tapices de Pastrana, la Casa-Museo del Arcipreste de Hita, el Museo Saleta de Jovellanos en Jadraque, o el Museo de Molina de Aragón, con su cuidadsao muestra de elementos de la civilización íbera y romana, son otras de las visitas imprescindibles por tierras alcarreñas.

                                                                                                                                                             

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