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Osakidetza ve difícil alcanzar un “consenso social y político” para reorganizar los hospitales de Vitoria

El nuevo edificio del Hospital Universitario de Álava (HUA).

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Los hospitales de Santiago y Txagorritxu, que atienden a una población de en torno a 300.000 personas en Álava, están a las puertas de sufrir una profunda reorganización que, inevitablemente, conllevará cambios para profesionales y pacientes. La Dirección del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y la del Hospital Universitario de Álava (HUA) han elaborado una propuesta sobre cómo aplicar todas esas modificaciones. Los detalles los han enviado por carta a los jefes de servicio y supervisores de enfermería de ambos centros. En ella, Osakidetza ya admite la dificultad de alcanzar “el suficiente consenso social y político”.

El documento relata todos los cambios previstos. Destaca el cambio de ubicación de al menos cinco especialidades, entre ellas la especialidad de mayor volumen, Traumatología, que se quedará exclusivamente en Santiago. Allí también se ubicarán Neumología, Neurología o Cirugía Vascular, mientras que Urología se trasladará a Txagorritxu.

El Departamento de Salud, que dirige el consejero Jon Darpón, ha analizado los pros y los contras de estas medidas, y ha llegado a unas conclusiones que incluye un listado de 11 ventajas y diez “dificultades”.

Entre las mejoras que, a su juicio, conllevará su decisión está la “lógica funcional orientada a las necesidades del paciente”. Osakidetza propone agrupar los servicios, unos en Santiago y otros en Txagorritxu. Lo hace “en torno a Órganos y Sistemas, lo que facilitará la creación de Unidades de Gestión Clínica con sus evidentes beneficios en términos de eficiencia y calidad”.

La Dirección asegura que, en términos de gestión, va a rentabilizar al máximo los recursos humanos, por ejemplo “evita duplicidades de guardias y otras”. Además, permite a los servicios “alcanzar una dimensión que les permita afrontar retos asistenciales, docentes y de investigación sin el lastre de la falta de masa crítica”. También calcula que la unificación de la gestión económica “hará más eficiente la gestión de los recursos, como compras, mantenimiento, equipamiento…”.

La ciudadanía, sostiene, tendrá “una referencia mucho más clara tanto de la actividad programada como de las urgencias”.

Por último, la nueva Dirección de la sanidad vasca cree que esta forma de organización “favorece más que ninguna otra un tránsito ordenado a un hospital único”, una iniciativa prevista por el anterior consejero Rafael Bengoa y que el Gobierno de Iñigo Urkullu ha desmontado.

Diez inconvenientes

A falta de que los profesionales expresen su opinión, los gestores de la Sanidad pública ya anticipan una serie de desventajas en las medidas que proponen. Las califican de “dificultades”, y enumeran diez. En primer lugar, saben de lo complicado que será “alcanzar el suficiente consenso social y político en la actualidad”, además de asumir que tampoco ayuda la “coyuntura económica desfavorable para adoptar nuevas inversiones”.

Un problema es la distancia de 2,5 kilómetros entre Santiago y Txagorritxu. Suprondrá “una limitación para la movilidad de pacientes, profesionales, materiales, etc., aunque se dote de un sistema de transporte específico”. Los pacientes también pueden acusar el cambio en otras cuestiones, como en el caso de que alguien esté ingresado en un hospital y la especialidad que le afecta esté ubicada en el otro: “Constituirá una dificultad evitar que la concentración de determinadas especialidades en una de las sedes, vaya en perjuicio de los pacientes ingresados en la otra.

Y otra más: “También puede ser difícil la organización adecuada de los servicios que deban mantenerse en ambas sedes”.

Otros obstáculos serán “la estructura obsoleta de algunas instalaciones, por ejemplo quirófanos de Txagorritxu, Urgencias de Santiago...”.

Osakidetza reconoce también que el proyecto del anterior Gobierno generó “unas expectativas en los profesionales de mejoras en la estructura”, que sin embargo ahora “quedan limitadas”. La Dirección admite futuras incomodidades a los profesionales en cuanto a “cambios en sus rutinas, lugar y formas de trabajo que despertarán inevitables resistencias”. Y no solo eso: “También la unificación de los servicios llevará consigo una pérdida de estatus a algunos de los profesionales (jefaturas de servicio/sección, etc.)”.

Por último, y no es una cuestión menor, Osakidetza estudia cómo realizar “el traslado del personal de enfermería”. “Una organización de servicios novedosa como ésta exige una gestión de personal también novedosa”, concluye.

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