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The Guardian en español

Referéndum en Italia: ¿quién tiene miedo y por qué?

El referéndum no es "sobre mí", defiende el primer ministro italiano Renzi

Larry Elliott y Jill Treanor

El 4 de diciembre los italianos votarán un referéndum que tiene a Europa preocupada, tras el voto de Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea y el triunfo de Donald Trump en las elecciones generales de Estados Unidos. La votación podría provocar la renuncia de Matteo Renzi, el primer ministro. Sin embargo, los efectos colaterales de una victoria del NO serían no sólo políticos sino también económicos y financieros.

¿Por qué están preocupados los mercados financieros por el referéndum del domingo?

El referéndum italiano es visto como la mayor amenaza a Europa desde el referéndum de Reino Unido sobre la permanencia en la UE en junio pasado. El temor es que un voto contra el gobierno desate una cadena de eventos que lleve a Italia –miembro de la UE desde sus comienzos- a abandonar el euro.

¿Pero el referéndum no es sobre una cuestión política específica?

Lo es y no lo es. El referéndum es sobre cambios constitucionales pero también es visto como un voto de confianza hacia Renzi. Los cambios propuestos en el Parlamento son parte de sus intentos de modernizar Italia, tanto política como económicamente. A los mercados les gusta la visión tecnocrática de Renzi, y creen que el primer ministro es esencial para resolver los arraigados problemas de los bancos italianos, los más débiles de la eurozona. Por eso les preocupa que Renzi haya prometido renunciar si pierde el referendo.

Los mercados temen que una derrota de Renzi lleve a nuevas elecciones generales, que podrían resultar en una victoria del Movimiento Cinco Estrellas, un partido anti-establishment fundado por el humorista Beppe Grillo. Este partido ha advertido que en caso de ganar las elecciones, convocaría a un referéndum sobre la permanencia en la UE.

“Frente a la ola de elecciones que habrá en Europa en 2017, un cambio de rumbo de esas características debilitaría la integración política y aumentaría las demandas de soberanía nacional”, afirman los analistas de Jefferies.

¿Qué está mal en Italia a nivel económico?

Pues casi todo. Italia tiene una tasa de paro del 11% y el nivel de vida no ha subido prácticamente desde que el país se convirtió en miembro fundador de la moneda común, hace 15 años.

A nueve años del inicio de la crisis financiera de 2007, la producción sigue un 8% por debajo de su nivel previo a la crisis. Shweta Singh, de la consultora Lombard Street Research, asegura que la debilidad de Italia desde principios del milenio se debe a tres factores: la lenta incorporación de las nuevas tecnologías informáticas, la incapacidad del gobierno para devaluar la moneda y así fomentar la competitividad, y el desafío que supone la presencia de China en muchos mercados en los que antes Italia era fuerte.

“Las exportaciones de Italia a nivel global han caído en picado,” dice Singh. “Desde principios de este siglo, Italia ha sido el país desarrollado que más mercados ha perdido, incluyendo a toda la Eurozona”.

¿Qué les pasa a los bancos?

Están en un “estado calamitoso”, según Kathleen Brooks, directora de investigaciones de City Index. El sistema bancario del país está fragmentado, con más oficinas que restaurantes a lo largo de las calles. Los bancos arrastran un total de deudas incobrables de 360.000 millones de euros.

La industria tardó demasiado en intentar resolver la montaña de deudas incobrables y, para cuando los reguladores quisieron pasar a la acción, un cambio en las normas de la UE hizo muy difícil establecer un “banco malo”. A Renzi se le atribuye intentar encontrar una solución, al crear un fondo de apoyo, conocido como Atlante, para la industria.

El banco más antiguo del mundo, Banca Monte dei Paschi di Siena, es también uno de los más débiles de Europa, después de que pruebas de estrés impuestas por la Autoridad Bancaria Europea en julio mostraran que su fortaleza financiera se extinguiría si los mercados estuvieran bajo presión. Se está planificando un rescate financiero.

¿Entonces, qué sucedería si ganara el voto al No?

El miedo es que se derrumben los bancos. Brooks afirma: “Si Renzi pierde el referéndum y renuncia, la gran pregunta que se harán los comerciantes es si sigue en pie el rescate financiero. Si no, entonces ocho entidades bancarias italianas estarían al borde del colapso”.

“Debido a la interconectividad del sistema bancario global y a la debilidad de otros bancos europeos, principalmente el Deutsche Bank, un derrumbe del sistema bancario italiano pondría bajo presión a todo el sistema financiero global, como resultado de una victoria del No”.

¿Debería hacer algo el Banco Central Europeo?

Seguramente. El BCE compra cada mes 80.000 millones de euros de bonos de la Eurozona y en el corto plazo podría dar prioridad a los bonos italianos. Eso probablemente limitaría el alza del rendimiento de los bonos, el interés que se paga por la deuda pública. La Comisión Europea también se vería presionada a suavizar las normas que limitan la autonomía de los gobiernos para rescatar a sus bancos.

¿Si gana el Sí significa que se termina la crisis?

Desde luego que no. Puede que haya cierto alivio y que las acciones de Unicredit y la Banca Monte dei Paschi di Siena reboten después de las ventas recientes, pero los problemas de la economía italiana y del sistema bancario del país seguirían existiendo. Seguiría sin resolverse la cuestión central de si Italia puede vivir con las presiones de permanecer en la Eurozona.

Traducido por Lucía Balducci

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