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Se amontona la turba

Barbijaputa

Si en el primer “Se arremolina el vulgo” nuestro protagonista fue Ignacio González, digno sucesor a dedo de Esperanza Aguirre, hoy le damos el honor a Ana Botella, que sin tener Tuiter, ha conseguido que la gente se dirija a ella igualmente y eso, en el fondo, es bonito, porque no está, pero se la siente.

Tras su rueda de prensa, donde todos esperaban que se depuraran responsabilidades sobre lo ocurrido en el Madrid Arena, ella sola se encumbró a los temas más comentados en Tuiter, y eso que prácticamente no habló, que para eso llevaba a su séquito que se aseguraba de que ella improvisara lo menos posible. Dio igual, Ana tiene la capacidad de hacer que media España ponga los ojos en blanco a la primera frase:

Botella: “Madrid nunca más cederá un espacio municipal para este tipo de usos”

Paradójicamente, no fue una decisión muy popular. Sobre todo cuando añadió: “El riesgo es demasiado grande cuando se juntan en un sitio cerrado grandes masas de jóvenes, mucho ruido, aún más calor y demasiado alcohol”.

La culpa fue de los chavales, que se amontonaron mal debido a la borrachera. Y al calor, todo el mundo sabe que el calor te anula la capacidad de amontonarte correctamente en una estampida. Eso es lo que falló.

Muchos se indignaron y se enfadaron por los balones fuera. También hubo quien tiró de hemeroteca para recordarnos que las conclusiones de Ana Botella sobre catástrofes siempre han sido basadas en la lógica aplastante del “Así lo quiso Dios”.

Hubo tuiteros que, intuyendo el nivel de retentiva de su alcaldesa, prefirieron aconsejarla con tuits Barrio Sésamo. Y le sobraron caracteres.

Pero la gran mayoría pasó de aconsejar y, como siempre pasa en Tuiter (y en la calle), la gente canalizó la mala baba en agudizar el ingenio:

Pero el Partido Popular no es el único que hace declaraciones capaces de inquietar a Tuiter.

Tras la detención el pasado domingo de la etarra Izaskun Lesaka, el diputado en el Congreso por UPyD, Toni Cantó, nos dejaba a todos de una pieza con el siguiente tuit:

Toni es así. Toni es especial. Toni guioniza e interpreta las noticias a su manera. Seguro que en la redacción de este tuit, en su casa, frente al ordenador, le dio un toque sensual y entonó esta frase con voz grave y sugerente, para luego lanzar una carcajada y hacer mutis por el foro envuelto en un batín de seda. Pero no muchos supieron entenderlo así:

Muy poco valorado este diputado, para uno guapo que colamos en el Congreso.

Pero tiene un algo, un algo que podríamos llamar “El Efecto Cantó”, consistente en que basta que él diga A, para que la gente (incluso los que están a favor de A) se posicionen en contra y opinen que B como si no hubiera un mañana. Si fuera listo podría usarlo a la inversa para ganar votos.

El efecto Cantó pasa incluso cuando él amablemente da los buenos días:

Es que así no se puede.

Como tampoco se puede estar dirigiendo un país, y que en plena rueda de prensa del Consejo de Ministros, nuestra vicepresidenta de Gobierno esté dándolo todo en pro de España y los españoles, y nosotros se lo agradezcamos así:

Ya está bien por favor, así no vamos a salir de la crisis.

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