Adiós al embalse de Barrón: no es viable ni económica ni medioambientalmente
La sociedad pública estatal Acuaes ha desistido definitivamente de acometer la construcción del embalse de Barrón-Añana, en Álava. En un informe de viabilidad solicitado por el grupo Ecologistas en Acción, se concluye que el proyecto no tiene viabilidad ni social ni económica y que, además, acarrearía un impacto ambiental “muy fuerte y negativo”. “El embalse, afortunadamente, no se va a construir”, se han felicitado los grupos ecologistas.
Esta desestimación definitiva pone el punto final a una historia que comenzó a acelerarse el 17 de enero de 2019, cuando el proyecto que incluía el embalse de Barrón —el de 'Mejora y modernización del regadío de la zona regable de valles alaveses'— recibió la luz verde. Ese día, el Ministerio de Transición Ecológica, dirigido por la socialista Teresa Ribera, emitió una declaración de impacto ambiental (DIA) favorable. Cinco días después, Ecologistas en Acción solicitó la revisión de esa declaración y, el 18 de febrero, se remitió esta solicitud a Acuaes, la sociedad pública promotora del proyecto. El 20 de marzo, esta acabó desistiendo.
En la rueda de prensa que han ofrecido de manera conjunta la plataforma No al Embalse de Barrón y Ecologistas en Acción este martes, han desvelado el escrito con el que Acuaes renunció ese 20 de marzo de 2019 a la ejecución del proyecto. En él, su directora general, Rosa Cobo, destaca “la imposibilidad de garantizar el adecuado cumplimiento de todas las condiciones contempladas en la DIA” y “la evidencia de un coste económico que desborda con mucho los términos financieros previstos”.
De hecho, Acuaes admitía que, para aquel entonces, ya se habían invertido 26 millones en tan solo una de las zonas de subactuación dentro del proyecto, la 4. El importe para el resto de zonas, otras seis, ascendería finalmente, según los propios datos de Acuaes, a los 160 millones de euros, triplicando la previsión inicial de 55.
Los grupos ecologistas han celebrado la “buena noticia” y han hecho hincapié en la existencia de “una oposición social muy encomiable”. “Dentro de dos o tres siglos, los alaveses podrán seguir disfrutando de este valle, cosa que no podrían hacer si no se hubiera echado atrás el proyecto. Estamos dejando algo para las generaciones venideras”, se ha alegrado Santiago Barajas, de Ecologistas en Acción. Por su parte, Maite Cruz, de la plataforma No al Embalse de Barrón, ha mostrado su “gran satisfacción” al concluir “un camino muy duro, sobre todo para los que viven allí”. Ha subrayado, asimismo, la importancia de que, “al final, se haya impuesto el sentido común”.
“No se puede hipotecar medioambientalmente el territorio”
Aun así, también han tenido unas palabras para los agricultores de la zona. “Aunque se haya desestimado definitivamente la construcción del embalse, esto no quiere decir que no se pueda realizar el proyecto de mejora y modernización del regadío en la zona”, ha apuntado Cruz, que ha señalado que existen alternativas al embalse. “Desde la plataforma siempre hemos apoyado a la agricultura y a los agricultores, pero no a costa de hipotecar económica, social y medioambientalmente el territorio”.
El diputado general de Álava, Ramiro González (PNV), ha admitido esta mañana que se trata de una decisión que, por el momento, no conocía. “No tenemos ninguna comunicación oficial, por lo que no puedo hacer ninguna valoración sin conocer en qué términos se ha producido esa decisión ni qué alternativas se plantean para una zona que evidentemente necesita el regadío”, ha señalado ante las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa del Consejo de Gobierno Foral, celebrada a la misma hora que la de los ecologistas. “Nadie duda, ni siquiera los detractores del embalse, de que el regadío es necesario”, ha apostillado, sin embargo.
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