Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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Nadie está a salvo: Día del #OrgulloLGBTI
Este sábado 28 de junio se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBTI. Un día, como cualquier otro, para salir a la calle y visibilizar la situación en la que viven miles de personas que sufren acoso, discriminación y violencia. Nos preguntamos si realmente hay algo que celebrar.
Violeta Assiego Cruz
Responsable del Equipo de Diversidad Afectivo-Sexual en AI España —
Cuando en alrededor de 80 países del mundo las relaciones entre personas del mismo sexo se criminalizan y se castigan con penas de cárcel y/o castigos físicos, hay motivo de preocupación. Y si las leyes de 10 de ellos permiten condenar con pena de muerte a las personas homosexuales o transexuales, hay motivo de preocupación.
Igualmente nos preocupan los Estados que, a pesar de no criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo, se prohíbe el acceso a información objetiva a los menores de edad imponiendo una visión única de la orientación sexual y la identidad de género.
Cuando las marchas del Orgullo se prohíben o tienen que celebrarse bajo estrictas medidas de seguridad para evitar que las personas que acuden a ellas haciendo uso de su libertad de expresión sean agredidas por grupos ultraconservadores, hay motivos de preocupación.
Cuando los Estados no investigan ni juzgan los crímenes de odio que se cometen contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, personas tras e intersexuales —o lo hacen sin la diligencia debida—, hay motivo de preocupación.
Cuando las autoridades toleran o dan cabida a la violencia sexual contra las mujeres transexuales y lesbianas a través de las denominadas ‘violaciones correctivas o de castigo’, hay motivo de preocupación.
Cuando las familias bajo la presión de los valores culturales, tradicionales o religiosos de una sociedad o grupo social, asesinan a sus hijos e hijas para restituir el honor de la familia, hay motivo de preocupación.
Los líderes políticos y/o religiosos instigan al rechazo y a la violencia hacia las personas LGBTI asociándolas con la enfermedad, la pederastia, las catástrofes naturales, el imperialismo occidental o la brujería, nos alarman. También los Estados, instituciones y religiones que enseñan a odiar a los niños y a los adultos a aquellos que son diferentes como son las personas con una orientación sexual e identidad de género distinta a la ‘mayoritaria.
Si en un país como España, estandarte de la igualdad, hay un total vacío de contenidos obligatorios sobre homofobia y educación sexual en el actual currículo educativo, hay motivo de preocupación.
Y la orientación sexual y/ la identidad de género, real o presunta, se utiliza para intimidar, amenazar, extorsionar, acosar, agredir, torturar y matar, hay motivo de preocupación.
Nadie está a salvo cuando los gobiernos utilizan de forma ilegítima las leyes para sancionar la elección individual de las personas y controlar su sexualidad. Precisamente, la obligación de los Estados es garantizar que ningún tipo de discriminación por motivos de orientación sexual y/o identidad de género dé lugar a violaciones de derechos humanos. Y cuando no es así, para Amnistía internacional no hay suficientes motivos de celebración. Es el MOMENTO DE ACTUAR.
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.