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“Necesito la ayuda de España y Europa para que a mi hijo no le condenen a 30 años por defender los derechos humanos”

Ahmed Zefzafi en el Parlamento de Andalucía

María Iglesias

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) convocó en el Parlamento andaluz el debate Situación en el Rif y Andalucía: movilización y derechos humanos en la orilla sur, sobre la represión en Marruecos del Movimiento Popular del Rif, Hirak, que nació el viernes 28 de octubre de 2016 tras la muerte en un camión triturador de basura del vendedor ambulante Mouhcine Fikri al intentar recuperar la mercancía que la policía le requisó. La activación del mecanismo del camión nunca fue aclarada.

La jornada se articuló en dos mesas, la política, con representantes de todos los partidos, salvo el PP que declinó participar y una previa con los expertos, periodista Ignacio Cembrero, y Jamal El-Khatabi de la Universidad de l’Île (Francia), el portavoz de Hirak, Reda Benzaza, la portavoz del Comité de apoyo al Hirak en Andalucía, Saloua Omari y, sobre todo, Ahmed Zefzafi, padre del considerado líder carismático de las protestas: Nasser Zefzafi (Alhucemas, 1979). El hombre, de 75 años, jubilado de “una casa de beneficencia, orfanato” en Alhucemas llegó tras sortear impedimentos españoles por los que se disculpó David Peñafuerte, responsable Internacional de Podemos-A.

Zefzafi contó la situación de detenidos y familias en perfecto español, “por criarme en el Protectorado”, desgranó la reivindicación del Hirak del fin a un maltrato arbitrario a la región y del decreto de 1958 por el que es zona militarizada junto a la exigencia de inversiones sanitarias, educativas y productivas.

Pese a su petición de respaldo no recibió de la mesa política medidas concretas, pues la propuesta de Podemos de estudiar vincular los fondos de cooperación a Marruecos a su cumplimiento de los derechos humanos no prosperó. Sólo quedó en el aire la opción de una declaración institucional pro derechos humanos en el Rif similar a otras sobre saharahuis, tras un debate en tonos opuestos entre diputadas autonómicas, del vehemente de Inmaculada Nieto (IU) “desde una formación que lleva décadas pagando gustosa el precio de una defensa sustantiva, no sólo formal, de los derechos humanos en Marruecos y aquí, donde hay un deterioro de estándares democráticos”, al tibio de Isabel Alvar (Ciudadanos) y el más cauto de Ángeles Ferriz (PSOE) que recalcó que la situación de Andalucía frente al reino de Marruecos es “difícil”, “compleja” pues “el tema migratorio entre nosotros es serio y tenemos que entendernos”.

La delegación rifeña con Ahmed Zefzafi, Omari y Benzaza (“Hirak existe en respuesta al hogra, abuso de poder, cotidiano”) y una quincena de jóvenes exiliados llegados de Almería, Málaga y Cádiz pero también Barcelona y Madrid se sintió, pese a todo, satisfecha “por reactivar la atención sobre el Rif” y “ser recibidos en la casa del pueblo andaluz”. “Nos sorprendió tanto que los andaluces no nos apoyarais más”, confesó uno a eldiario.es/andalucia mientras Ahmed Zefzafi, cansado, se reponía para la entrevista, “nos unen el Estrecho y décadas de historia” (de hecho, a los rifeños, despectivamente, se les llama en Marruecos hijos de españoles). “El propio nombre Alhucema”, terció un compañero, “es vuestra palabra que designa esa esencia parecida al incienso o espliego”.

Cuando arrancó la entrevista, las respuestas llegaron entre silencios y miradas profundas. Un padre sopesaba los efectos, sobre el hijo en prisión, de sus palabras.

Ha visto a su hijo recientemente, en la cárcel de Okasha, ¿cómo está él?

Le vi el miércoles y tiene la moral alta... Está bien... De salud. Tranquilo. Pero lleva en esa cárcel, a 600 kilómetros de Alhucemas, ocho meses. Él, aislado, a diferencia del resto. (Nasser Zefzani fue arrestado el lunes 29 de mayo tras interrumpir el viernes al imán que en la mezquita acusaba al Hirak de crear un cisma en Marruecos).

Ha hablado en nombre de todas las familias y represaliados. ¿Tienen contacto?

Las familias (de los 53 activistas presos en Okasha, 40 de los cuales hicieron huelga de hambre 44 días, incluido Nassar) nos encontramos cada miércoles, día de visita, en la plaza de la cárcel y compartimos preocupaciones. Estamos juntos en esta situación de injusticia. Sólo que, luego, al entrar, todos son dirigidos a una zona, menos nosotros que somos conducidos a donde está aislado Nasser.

Usted ha denunciado maltrato, ¿puede detallarlo?

Nuestros hijos sufren maltrato. A Nasser le golpearon fuerte en el trayecto de Alhucemas a la cárcel de Okasha, cerca de Casablanca. Le torturaron y hubo que darle puntos en la cabeza. Aún ahora, en prisión, al aislamiento hay que sumar la falta de agua caliente, la prohibición de contacto telefónico, la restricción de visitas a tres miembros de la familia y otros maltratos... (Reda Benzaza, en su exposición previa, citó órdenes de desnudarse a presos y vejaciones sexuales, si no abusos).

¿Para cuándo está fijado el juicio? ¿Qué pasos legales vienen ahora?

No tenemos información sobre ello. Contamos con abogados muy inteligentes, grandes profesionales pero carecemos de datos sobre el procedimiento y... Puedo hablar de todo, salvo de la monarquía y la justicia. Me frena una raya roja.

¿Tenía Nasser adscripción política previa que le hiciera voz de las protestas?

En absoluto. Voy a contarle cómo empezó todo. Aquel día, el viernes 28 octubre de 2016, entró Nasser a casa y su madre le dijo: “Hijo, ha ocurrido algo frente a comisaría”. Él preguntó: “¿Qué?” Y ella contestó: “No sé, pero grave”. Él fue corriendo porque vivimos a quinientos metros. Allí se encontró con la situación, ese joven, Fikri, que intentó recuperar el pescado y al que ya fue imposible salvar. Había mucha gente alrededor y Nasser empezó a hablar, sí, dio... un discurso. Todos se quedaron juntos, allí, la noche del viernes al sábado. Y por la mañana fueron en el... cortejo fúnebre hasta Imzouren, a 20 km, donde lo enterraban, andando, tras el coche que llevaba el féretro. El entierro fue a las cuatro y media y volvieron también caminando y al llegar se quedaron juntos, en la Plaza de los Mártires, en una concentración civilizada. Así fue como Nasser formó parte.

¿Cuál es el trabajo de Nasser?

Nada, estaba desempleado. Él ha tenido empleos, desde en un hotel de 5 estrellas, a un banco, de socorrista, porque es muy deportista, hacía baloncesto y... volley, o en una tienda de teléfonos. Pero no tiene ni bachillerato. La falta de formación y oportunidades es uno de los problemas históricos que acarreamos en la región.

¿Por qué sin formación, ni idiomas (se destaca que arengaba en tamazight, la lengua dialectal del Rif), Nasser se convirtió en el líder del movimiento?

“Líder”, o “presidente” son términos que Nasser rechaza... Él aún ahora siempre insiste en que es una persona igual que las demás. (Uno de los miembro de Hirak, apunta: “es carismático, eso es” y el padre acepta). Puede ser pero es un carisma natural“.

Se acusa al Hirak de buscar la independencia del Rif, de cuestionar a monarquía, ¿que hay de cierto?

Absolutamente nada. Los manifestantes hacían una serie de reivindicaciones sociales. Son rifeños, sí. Y los rifeños tenemos un fuerte sentimiento identitario, por la historia, por nuestro pasado (el Rif fue una república independiente de España durante la guerra con la metrópoli de 1921 a 1926). Tenemos problemas como consecuencia de ese pasado porque en 1924 España nos bombardeó con armas químicas y nuestras tasas de cáncer son las más elevadas de Marruecos. En mi familia hay dieciséis enfermos, incluidos mi mujer y un hijo. Por eso, el Hirak pide un hospital y especialistas en oncología. Además estamos a la cola en inversiones en educación y, por decir esto en mi país me consideran traidor, la veintena de fábricas que había en el Protectorado se destruyeron. El Hirak pide mejoras sociales de forma pacífica. No son independentistas, ni rebeldes.

¿Qué respuesta espera de Andalucía y España a su visita?

Necesitamos que Andalucía, por los vínculos con el Rif, nos ayude ante España y Europa para que se libere a quienes sólo han pedido derechos sociales y humanos.

¿Cree que la ciudadanía y sus representantes políticos se interesarán por el Rif o teme que se desentiendan por sus propias preocupaciones político-económicas?

La solidaridad de líderes y ciudadanos del mundo libre está de nuestro lado a diferencia de lo que, por desgracia, pasa con nuestro gobierno.

¿Cómo valora la no asistencia hoy del PP que es el partido de gobierno en España?

(Zefzafi alarga su silencio y mirada antes de sonreír irónico). Pobrecillos, hay que perdonarles porque la decisión no está en su mano. No depende de ellos participar o no en un acto como este de respaldo a los derechos humanos. Los derechistas son así, siempre en contra del pueblo.

Usted y su familia tienen un pasado de vinculación política, ¿cierto? Fue socialista.

Mi abuelo materno fue ministro del Interior durante la República, Y, sí, es verdad que yo mismo pertenecí al partido socialista. Pero lo abandoné en cuanto este aceptó entrar en el Gobierno. Porque mi aspiración no era el poder que lleva colaborar con el makjztén (palabra que designa la oligarquía que rodea al Palacio Real y detenta el poder en Marruecos) sino promover y lograr cambios auténticos.

¿Vería con buenos ojos la vinculación que hoy a propuesto Podemos de los fondos de cooperación con Marruecos al respeto de los derechos humanos?

Yo lo que pido a toda Europa es una intervención ética, de defensa de los derechos humanos. Que no permitan que sigan arrestados como delincuentes a quienes sólo han hecho demandas sociales. Ahora, las medidas concretas que se decidan para conseguir eso son cosa de los de arriba.

Un argumento que hoy hemos oído en la diputada socialista es que reclamar a Marruecos es complicado porque contiene la migración. ¿Qué opina?

Mientras en el Rif se viva esta falta de oportunidades nuestros hijos seguirán muriendo en el Mediterráneo. Porque son nuestros hijos los que mueren. (Ignacio Cembrero corresponsal durante décadas de El País en Marruecos apuntó que los marroquíes, en especial rifeños, son la mayoría en el repunte récord de migrantes: el 23%, seguidos de argelinos). Sin inversión sólo nos quedaba la agricultura pero por las armas químicas las tierras están envenenadas. (Jamal El-Khatabi alertó también de trasvases fluviales).

Otro miedo europeo es a la radicalización violenta. ¿Ese riesgo existe?

Niego totalmente que ninguna violencia, ningún foco terrorista pueda señalarse en el Rif. Los autores de atentados en Europa son en su mayoría europeos y sus vínculos, que se rastrean con facilidad, nunca están en nuestra comunidad.

¿Vinculan o separan la violación de derechos humanos por Marruecos en el Rif del Sáhara Occidental?

Hay diferencia entre el Rif y el Sahara Occidental, muuucha. Allí la vida es la mitad de barata y los detenidos saharauis son más libres que los nuestros. En el Sáhara no hay violación de derechos humanos.

¿Y el incumplimiento de la resolución de la ONU para su referéndum?

Los campamentos de refugiados, como el de Tinduf son cosa distinta. Ahí, sí.

¿Confía que llegue la democratización a Marruecos y los demás países árabes?

Nuestra esperanza es que la democracia llegue a Marruecos, contar con una monarquía parlamentaria, como en España. Pero, debo aclarar algo, porque la confusión, el desconocimiento son gran parte del problema: nosotros no somos árabes. Árabes son los de Arabia. Ni los iraníes que son persas. En nuestro caso lo mejor sería considerarnos magrebíes (matiza en un tema donde juega un papel lo bereber). Pero sí, vivimos con esperanza. La respuesta oficial en 2011 (a la llamada primavera marroquí, dentro de las primaveras mal-llamadas árabes) fue prometer mejoras políticas y bastó, pero ahora la represión al Hirak no hace más que extenderlo.

¿La gente no tiene miedo?

Tendrán miedo, naturalmente, porque las fuerzas policiales son... mala gentuza.

¿Y usted qué teme? Como padre de un activista en la cárcel con un futuro incierto, ¿le pesa haberle inculcado el compromiso con los derechos humanos? ¿Se arrepiente de no aconsejarle no señalarse?

No hay nada que aconsejar a un mayor de edad. Sobre cómo le criamos, las conversaciones en casa (sus ojos se humedecen al recordar)... Nasser se ha convertido en un hombre que sufre por su país, un defensor de la democracia y los derechos sociales, dispuesto a entrar en la cárcel por defenderlos como hace un valiente y evitaría un cobarde. ¿Qué temo? Temo (denso silencio, profunda mirada), que le condenen a una pena larga, de treinta años o más... El futuro, no sólo para él, para muchos y el país, no es blanco ni negro, sino gris porque no sabemos qué va a ocurrir. Hay mucha niebla. Lo que está claro es que yo tengo el honor de ser el padre de Nasser.

Eso y que en la visita al activista, soltero y sin hijos, esta semana, van a intentar darle la alegría de ver a su único sobrino, de 7 años. Un niño al tanto de lo ocurrido, del compromiso por el que su tío ocupaba portadas hace ocho meses y hoy, olvidado, sigue encarcelado.

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