¡Alejad toda guerra de nuestros hijos!

¿No estáis espantadas, horrorizados con el creciente resonar de “la guerra” por todas partes?  “Guerra” entre Rusia y Ucrania, “guerra” de Israel contra Palestina, con extensión a Líbano y Siria, amenaza de “guerra” que lleva a Japón a replantearse su postura antinuclear por ser víctima de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, dada la creciente tensión con China. Pero también “guerra” de Trump contra supuestas narcolanchas que amaga con extender por tierras venezolanas, quién sabe si implicando a Colombia. Por supuesto “guerra cultural” de la ultraderecha neofascista en su “cruzada” contra la democracia.

Ese maldito espantajo que en las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI veíamos como propia de tiempos o estados de atraso y barbarie, reaparece hoy, defendida como inevitable por líderes mundiales, incluso los más atildados europeos.

Como en esos circuitos de fichas de dominó, países de la Unión Europea vienen anunciando que reinstauran el servicio militar. Suecia, Letonia, Lituania, Croacia... Alemania acaba de aprobar su nueva mili, tras años de contener todo impulso bélico por haber sido cuna del nazismo. Saca adelante un nuevo servicio militar voluntario que podría convertirse en forzoso si no logran suficientes alistados. La última pieza en caer, de momento, es Francia.

Todo arrancó con el intolerable discurso (íntegro en vídeo aquí y en texto traducido aquí), ante el Congreso de Alcaldes franceses, del jefe del Estado Mayor de los Ejércitos, el general Fabien Mandon. Una alocución donde el militar de autoritario apellido, si me permitís la ironía, declaró, sin rastro de humor, que hay un horizonte de conflicto bélico con Rusia de aquí al 2030 ante el cual “deberíamos tener la fuerza de espíritu de aceptar hacernos daño para proteger lo que somos” (minuto 19’14“ del vídeo) ”el país debería estar dispuesto a aceptar perder a sus hijos“ (minuto 19’55”).

Urge construir una alternativa de diplomacia multilateral frente al auge belicista por el que Suecia, Letonia, Lituania, Croacia, Alemania y Francia están recuperando el servicio militar en un contexto donde el jefe del Estado mayor francés ya defiende “aceptar perder a nuestros hijos” en una guerra con Rusia

Con ese prólogo, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la reinstauración del servicio militar en Francia, en principio, como en Alemania, también voluntario. Dado el revuelto que las palabras del militar habían causado, Macron insistió en que las y los reclutas sólo serán movilizados en Francia, no en el extranjero. Pero ¿acaso la realidad queda camuflada bajo la piel de cordero?

¿Quién se apunta a bajar al infierno?

Traduzcamos, no del francés sino del eufemismo, el “aceptar perder a sus hijos” que predica el general francés. Quiere decir que, en vez de dedicar las energías y talentos de nuestros países a construir una realidad donde estudiar abra a la juventud las puertas de trabajos y viviendas, dejemos que se los lleven a trincheras y batallas, a morir, torturados, tiroteados, hambrientos, tras haber matado ellas y ellos a su vez.

Y que aceptemos, de paso, por supuesto, el sufrimiento y aniquilación también de nuestros hijos no movilizados, niños y adolescentes, de los ancianos, de todas nosotras y nosotros. Porque, ¿no nos querrán convencer Mandon, Macron, Mertz... de que, contra lo que vemos, oímos y sabemos, las guerras hoy solo causan bajas en los frentes, y no en bloques de piso, casas, calles y plazas, bombardeados hasta ser añicos?

Por más que nos empujen a la guerra, debemos construir alternativas. Porque quienes, por recursos, dinero y poder, están dispuestos a provocar los conflictos luego sellarían las paces, ajenos al dolor y la muerte de nuestras familias

“Da la sensación de que se avecina una guerra, y eso da miedo”, declaran jóvenes alemanes al ser preguntados. En España reinstaurar la mili aún no está sobre la mesa. ¿Cuánto tardaría si hubiera un gobierno del PP con ministros de Vox? En todo caso, ya dos tercios de la ciudadanía española cree que el mundo va a peor –siendo los jóvenes, los más pesimistas y las mujeres las más aterradas.

¿Por qué habríamos de querer bajar al infierno? ¿Porque ese Putin ayer amigo y aliado ahora es el diablo? Pero, ¿tan malo-malo como era el actual presidente de Siria, Ahmad Al Sharaa, por cuya cabeza EEUU ofrecía 10 millones de dólares de recompensa al considerarlo terrorista y a quien ahora Trump recibe con honores en la Casa Blanca?

Elección alternativa para el mundo

¿Apelan a “valores” para hacernos sacrificar a nuestros hijos amados? ¿Acaso Ucrania, víctima de la invasión Rusa, no contraataca financiando, y a través de ella Europa, el terrorismo que sufren familias y pueblos de Mali, Burkina Fasso y Níger, en el Sahel africano? ¿No es todo una partida geoestratégica global por los recursos, dinero y poder?

Por recursos, dinero y poder, Occidente (EEUU, la OTAN, a ver cuánto tarda Europa), empieza a presionar a Ucrania para que ceda territorio a Rusia, mientras los muertos ucranianos y rusos se dan por amortizados. Por recursos, dinero y poder, Trump en plena cruzada contra las sabe Dios si narcolanchas indulta al expresidente hondureño Juan Orlando Vargas que cumplía 45 años de cárcel en EEUU, justo por narcotráfico. Por recursos, dinero y poder, la Administración trumpista acaba de forzar la paz entre Ruanda y Congo, cuando hasta hace nada instigaba la guerra, pues su motivación es hacerse con minerales críticos para la industria tecnológica, como el tantalio, el cobalto o el litio.

Está claro que todo se dirime por intereses. ¿Qué nos interesa a la gente?

La visita de una hora al refugio antiaéreo bajo la plaza del Altozano en Albacete hace sentir tanta angustia que uno de los 12 visitantes se va corriendo, presa de la claustrofobia. ¿Qué sería estar allí 300 personas, hasta seis horas, como está documentado que pasó durante la guerra franquista, cuando sobre el búnker atronaban las bombas?

“Guardemos el mayor orden y serenidad posible”, como recomiendan los letreros en las paredes del refugio. No nos dejemos pastorear al matadero y pongamos en pie alternativas constructivas al destino de destrucción que diseñan. Construyamos futuro y hagámoslo desde los cuidados y el feminismo. Empezando por la elección, en 2026, por primera vez en la historia, de una mujer Secretaria General de Naciones Unidas, que vivifique e impulse el gobierno del mundo, basándose en la legalidad internacional y los derechos humanos.

Claro que para ello, las mujeres y feministas, en todos los ámbitos, organizaciones, entidades, desde los más cercanos, tenemos que unirnos, superar y dejar atrás a tanto machirulo poderoso, baboso, y patético, que impide el avance de los países y el mundo. ¡Manos a la obra!