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Fernández de Moya, el disciplinado hombre de partido que fichó Montoro tras endeudar el Ayuntamiento de Jaén

El PSOE dice que la investigación a Fernández Moya quita credibilidad al presupuesto

Ana Sola

“Mi patrimonio es mi honestidad, mi patrimonio es mi integridad personal y esta no la va a destruir nadie”. Estas son las palabras del secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, exalcalde de Jaén, tras conocer, por los medios de comunicación que tendrá que declarar como investigado el próximo 5 de junio en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Jaén por delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad, sobre hechos ocurridos cuando era alcalde de Jaén.

El número dos del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es doctor en Derecho y profesor titular de Derecho Financiero en la Universidad de Jaén, afiliado al Partido Popular desde hace 25 años (1991) y exalcalde de Jaén, uno de los ayuntamientos más endeudados de España, que dejó en situación de “quiebra técnica”.uno de los ayuntamientos más endeudados de España, que dejó en situación de “quiebra técnica”

Fernández de Moya se ha calificado en múltiples ocasiones como una persona disciplinada, de partido, donde ha ostentado diversas responsabilidades desde secretario y presidente de Nuevas Generaciones en Jaén, a secretario provincial y presidente del PP en la provincia desde el 2000, hasta que el año pasado el partido le impidiese presentarse a la reelección por considerar que era incompatible con su cargo como secretario de Estado.

Dejó de ser presidente del PP jiennense de mala gana, sólo porque el partido se lo imponía y dejando como sucesor al actual presidente provincial Juan Diego Requena, elegido en el seno de un congreso denunciado ante el juzgado por Miguel Moreno, candidato del sector crítico, ahora fuera del partido. Moreno acusaba a Fernández de Moya de “dinamitar” el PP y de ser el autor intelectual del “fraude” del anterior congreso provincial.

Casado y con un hijo, el actual secretario de Estado ha sido parlamentario andaluz, portavoz de Economía en esa cámara y senador en las elecciones de 2011, donde fue portavoz de Economía y Hacienda y portavoz adjunto del grupo parlamentario popular.

Ese mismo año, 2011, fue elegido alcalde de la ciudad de Jaén, con mayoría absoluta, el mayor apoyo de la ciudadanía en la historia de la democracia en Jaén, 16 de los 27 concejales. Con ello arrebataba la alcaldía al pacto PSOE-IU al que ha culpado siempre de la elevada deuda del Consistorio, unos 390 millones de euros cuando él tomó la vara de mando por primera vez y que ahora sobrepasa los 500 millones.

En 2013, el mismo día en que el Ayuntamiento de Jaén anunciaba cómo sería la revisión del plan de ajuste para recibir 36 millones de euros a cargo al tercer plan de pago a proveedores, José Enrique Fernández de Moya admitía que había cobrado sobresueldos del PP entre 1999 y 2007. Es decir, que había recibido retribuciones como cargo público al tiempo que otras por “representación, dietas, locomoción y asistencia a actos de partido”, aunque se justificaba asegurando que eran unos ingresos que están “declarados y fiscalizados”.

El propio ministro de Hacienda, el jiennense Cristóbal Montoro, avaló en 2014 la candidatura de Fernández de Moya para presentarse a la reelección, consiguiendo ser la lista más votada en las elecciones municipales de 2015 pero con mucho menos apoyo, solo 12 concejales. Fue investido gracias a los votos en blanco de los tres ediles de Ciudadanos, ahora fuera del partido naranja, una de ellas en Vox. Las claves de ese mandato fueron la continuidad, la austeridad y la gestión de la ruina de un Ayuntamiento que convertía a sus concejales en administradores concursales.

Tampoco fue buena la relación de Fernández de Moya con las administraciones gobernadas por el PSOE, Junta de Andalucía y Diputación Provincial. Conocidas son sus diferencias durante ese tiempo con ambas administraciones, especialmente con la Junta de Andalucía, y su presidenta Susana Díaz, a la que recriminó en numerosas ocasiones que no se entrevistase con él y le mandase muchas cartas.

El 23 de noviembre de 2015, después de estar cuatro años, cinco meses y doce días al frente del Consistorio jiennense, y tras estar en boca de los pasillos municipales sus pocas ganas de seguir como alcalde, dejaba la vara de mando para encabezar la candidatura del PP al Congreso por Jaén.

El 11 de noviembre de 2016, casi un año después de dejar un Ayuntamiento con más de 500 millones de deuda, Cristóbal Montoro, lo nombraba secretario de Estado de Hacienda en sustitución de Miguel Ferre. Cada día de los cien primeros de su segundo mandato costó a los jiennenses 1,5 millones en deudas por préstamos y créditos, según los socialistas.

Este martes el juzgado de instrucción número dos de Jaén le ha convocado a declarar en calidad de investigado, lo que antes se llamaba imputado, por delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad, en relación a unos contratos de la época en la que fue alcalde de la capital jiennense,en concreto en 2014, cuando presuntamente ordenó en contra de los informes del interventor varios pagos a la empresa Matinsreg, encargada del mantenimiento de las fuentes ornamentales de la ciudad.

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