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43 martes de “escándalos”: las réplicas del terremoto de los ERE paralizan la acción política del PSOE de Susana Díaz

Susana Díaz achaca el "montaje" de los "archivadores" de Bendodo a que el Gobierno andaluz "poco tiene que ofrecer"

Daniel Cela

El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos tiene la intención declarada de aprovechar la onda expansiva de la sentencia de los ERE para anular políticamente al PSOE en la oposición. “Esto nos va a dar para días, semanas y meses. Dos legislaturas”, han advertido. Los socialistas andaluces, comandados por Susana Díaz, arrastran los pies y son incapaces de articular una estrategia eficaz de defensa y contraataque desde que la Audiencia Provincial de Sevilla condenó a toda la cúpula de los gobiernos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, incluidos los expresidentes.

A la falta de una iniciativa clara del equipo de Díaz, se suma el ejercicio de “oposición a la oposición” que ejerce cada semana el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, desde el atril de portavoz del Gobierno andaluz. “No podemos seguir a rebufo”, se lamentan desde un PSOE bloqueado mentalmente desde el fracaso electoral del 2D. Los socialistas buscan colarse por las grietas del malgastado sistema sanitario andaluz, objeto de críticas y protestas de todos los sindicatos del sector, para redirigir el foco de las críticas hacia los actuales gobernantes. Hoy por hoy, la sanidad pública andaluza es el flanco más frágil de la gestión de Gobierno de Juan Manuel Moreno.

Pero al PSOE le cuesta resituarse en el presente político. Cada martes contienen la respiración a la espera de un nuevo “escándalo” de la “herencia recibida” con el que el portavoz de la Junta les hostiga día sí y día también. La primera aparición de Bendodo tras un Consejo de Gobierno fue el martes 5 de febrero. Desde entonces ha comparecido 43 veces, casi siempre en martes. 43 martes de sobresaltos para el PSOE. El portavoz siempre se ha mostrado irritado ante las preguntas sobre Vox, socio necesario del Gobierno andaluz -“Mi papel no es hablar de partidos que no forman parte del Ejecutivo”-, pero siempre ha traído bajo el brazo algún “descubrimiento” turbio sobre los socialistas. Las performance de Bendodo irritan al PSOE, pero también preocupan en el Palacio de San Telmo, donde hay voces que discuten la “sobreexposición” y el “protagonismo” del portavoz, y temen que su puesta en escena “anule el mensaje por falta de credibilidad”.

Hay una película muy conocida de José Luis García Berlanga titulada Los jueves, milagro en la que las fuerzas fácticas de un pueblo deciden hacer creer a sus vecinos en la aparición de un santo, con idea de aumentar las visitas al municipio y la venta de las aguas termales de su maltrecho balneario. En Andalucía, no hay milagros los jueves, pero los martes, se presentan “escándalos”: las listas de espera “fantasma” -“el PSOE dejó de contabilizar a medio millón de pacientes que aguardaban para operarse o por un diagnóstico”-; el “maquillaje” de los datos de vacunación -“el PSOE falseaba los datos de vacunas dispensadas para ”quedar bien“ frente a otras comunidades”-; Igualdad halló 11.000 solicitudes no registradas en otras listas de espera, las de Dependencia, que “se encontraban en el limbo”...

El último “escándalo” anunciado por Bendodo esta semana es que “han aparecido tres cajas fuertes de un metro de altura con papeles de los ERE”, “en sobres lacrados”, y “ocultas en el sótano de la Agencia IDEA”. La Junta ha llevado a la Fiscalía el asunto de las vacunas y ha remitido al juzgado los documentos hallados en esos archivadores, que el PP considera “la prueba de fuego” contra Chaves y su número dos, el ex vicepresidente Gaspar Zarrías, imputados por malversación y prevaricación al haber autorizado un supuesto préstamo falso a una empresa cárnica de Jaén hace 21 años.

La voz de Bendodo

Bendodo es un político hábil y un gran comunicador. Tiene sentido del espectáculo y sabe ordenar una serie de ideas -cajas fuertes ocultas, sobres lacrados, papeles de los ERE- en un contexto propicio para que la prensa y la opinión pública compre el producto antes de probarlo. Y el contexto es ciertamente muy propicio: el PSOE andaluz, que ha gobernado esta región durante 37 años, está permanentemente bajo sospecha desde que sus principales referentes políticos fueron condenados a penas de cárcel e inhabilitación por delitos de prevaricación y malversación. Por diseñar y usar durante diez años un procedimiento “fraudulento” para otorgar ayudas sociolaborales y a empresas en crisis, con el que la Junta se gastó 680 millones de euros “sin ningún control” ni “fiscalización previa”. Eso no es una aparición ni un subterfugio comunicativo de Bendodo. Es una condena que los socialistas recurrirán ante el Tribunal Supremo, pero hasta que éste resuelva, la legitimidad de quienes lo fueron todo en el partido y en la Junta de Andalucía está seriamente dañada.

Después de la condena, que confirma que Chaves y Griñán fueron conscientes de la “palmaria ilegalidad” de ese procedimiento “fraudulento”, el relato político de los ERE funciona solo. El PP apenas tiene que darle empujoncitos para que el PSOE reciba nuevas réplicas de aquel terremoto judicial. Pero esto no es invención de los populares. La materia prima sale de los tribunales, del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, que aún debe resolver más de un centenar de piezas separadas sobre las ayudas fraudulentas de los ERE.

Cada una de ellas representa un clavo más en el ataúd del PSOE, y los martillazos serán más ruidosos que la pieza política, porque contienen los elementos más obscenos que fueron apareciendo durante la larga instrucción de la macrocausa: el chófer del ex director general de Trabajo que compraba cocaína con el dinero de los parados; el sindicalista y ex conseguidor de los ERE que tenía “dinero para asar a una vaca”; las grabaciones que hablaban del “fondo de reptiles” y el “por mis cojones te van a dar el dinero”; los intrusos que se beneficiaban de ayudas a empresas donde nunca habían trabajado; los amigos y familiares “enchufados” del PSOE y la concentración de subvenciones en empresas de la Sierra Norte de Sevilla.

La última réplica del terremoto es el hallazgo “inquietante” de “tres cajas fuertes ocultas” en las dependencias de la agencia IDEA, órgano pagador de los ERE, que contenían “documentos relacionados con el caso”. Documentos que, según Bendodo, el Juzgado que instruye la causa había reclamado a la Junta y ésta se lo había denegado. El nuevo Gobierno ha remitido esos papeles al juez. Se trata de dos contratos privados, sin membrete ni logotipo de la Junta de Andalucía, firmados el 30 de diciembre de 1998 por el que fuera vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, con uno de los máximos responsables de Campofrío. La Junta sostiene que es un contrato “privado”, que no fue fiscalizado por la Intervención General.

En realidad el convenio de compra-venta que el Gobierno andaluz firmó con Campofrío a finales de los noventa, por el que la empresa cárnica se hacía cargo de una firma jiennense en suspensión de pagos -Cárnicas Molina- se aprobó en Consejo de Gobierno en junio de 1999. Era un tema público y conocido en aquella época, recurrente en la prensa local y andaluza, objeto de debate y de preguntas del PP en el Parlamento. El convenio habla también del polémico préstamo puente de 5,8 millones que la Junta concedió a la empresa cárnica, por el que un juzgado de Sevilla ha imputado delitos de prevaricación y malversación a Chaves y a Zarrías. Esta semana, mientras PP y Ciudadanos aprobaban cómodamente los Presupuestos para 2020, y ponían las luces largas para agotar la legislatura, el PSOE andaba agitado y nervioso buscando documentación de hace 20 años para desmontar el “escándalo” de las cajas fuertes. La difusión de una foto en la que las cajas de IDEA parecían armarios archivadores rutinarios les dio un respiro. Al menos hasta el próximo martes.

“Bendodo tergiversa los documentos oficiales y extiende la sospecha sobre nosotros mezclando medias verdades con suposiciones. Es una forma de hacer política asquerosa”, dice, irritado, un alto dirigente del PSOE andaluz. Pero en las filas socialistas hay una profunda preocupación. “El caso ERE ha abierto la veda, se consume todo lo que culpabilice a los socialistas, sea demostrable o no”, se lamenta un ex consejero socialista. El debate presupuestario de esta semana es un claro ejemplo de cómo el principal partido de la oposición aparece orillado del presente político. Y volverá a ocurrir.

El Legislativo sin legislación

En el Parlamento andaluz, donde la actividad legislativa del primer año de Gobierno PP-Cs se resume en cero leyes aprobadas y cero leyes derogadas, los gobernantes tienen atrapado a su principal adversario en una comisión de investigación sobre el fraude de ayudas de la Faffe (Fundación Andaluza para la Formación y el Empleo). Otro asunto judicializado que salpica al PSOE, con una derivada que apunta al uso de tarjetas de crédito de directivos de dicha agencia en prostíbulos de Andalucía, donde se gastaron 42.000 euros de fondos públicos. Los populares han hecho desfilar por la comisión a ex dirigentes socialistas, incluido Chaves, que se negó a declarar, y al dueño de uno de los prostíbulos, que declaró el último día de campaña de las pasadas elecciones generales.

Esta es la espiral que tiene maniatado al PSOE. PP, Ciudadanos e incluso la coalición de izquierdas Adelante Andalucía (Podemos-IU) han pedido la dimisión de Susana Díaz. Los populares y los naranjas le piden que dé un paso al lado y abra un proceso de renovación en el PSOE, que facilite la entrada de un equipo nuevo, sin manchas del pasado, que haga una oposición efectiva y útil para Andalucía. Bajo estas declaraciones públicas subyace el deseo indisimulado de que Díaz no les haga caso. “Que siga mucho tiempo”, dicen. El curso político se va de vacaciones la semana que viene y el Parlamento reabrirá en febrero con una propuesta de reprobación a los gobiernos de Chaves, Griñán y Díaz por el caso ERE, una iniciativa impulsada por el equipo de Teresa Rodríguez. La deriva del PSOE andaluz se agudizará en los próximos meses cuando Susana Díaz, en avanzado estado de gestación, se aparte de la política un tiempo de permiso por maternidad.

Entretanto, los socialistas encaran una legislatura larga y esperan algún milagro. El jueves, el martes, o cualquier otro día de la semana.

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