Alex Chow, líder de la revolución de los paraguas, aboga por repensar la democracia
“Durante la ocupación la gente hace cosas locas pero maravillosas”. Con esta frase resume Alex Chow el ‘Movimiento de los Paraguas’. Aquellas semanas de ocupación pacífica le costaron al activista pro-democracia en Hong Kong tres semanas de prisión y un año de suspensión. Más de tres años después de aflorar el estallido ciudadano, el líder estudiantil visita la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla para compartir su experiencia.
Ante más de un centenar de atentos alumnos, Chow hace un llamamiento internacional a la unión: “luchar juntos contra desafíos globales”. Los pilares de las reivindicaciones que octubre de 2014 llevaron a miles de hongkoneses a ocupar pacíficamente los principales centros financieros de la ciudad fueron, y son, “libertad, democracia y autonomía”.
La desmedida represión policial dio a las protestas una dimensión internacional. Y motivó el nacimiento de un símbolo. Los paraguas que aquellos estudiantes utilizaban para protegerse de los gases lacrimógenos, acabaron dando nombre al movimiento.
“Libertad, democracia y autonomía”
Alex Chow dice que “quien no conoce la historia es un ignorante”. Por eso, para entender el origen y la dimensión de los sucesos de 2014 es necesario remontarse en el tiempo. “En los últimos 170 años Hong Kong no ha tenido elecciones”, subraya. Históricamente sometida, por el Gobierno imperial británico primero y por el régimen chino después, el 27 de marzo los hongkoneses afrontan sus próximas elecciones.
Todo un reto para un sistema electoral, cuenta, desequilibrado y poco representativo en la actualidad. Parafrasea Chowal presidente de EE.UU. Donald Trump para desnudar el discurso “oficial” en una suerte de “Make Hong Kong great again!” (“Hagamos Hong Kong grande de nuevo”, traducido del inglés). Una actitud que choca con la realidad de austeridad, pobreza e incluso de hambre, según el activista. Alex Chow ilustra su exposición con imágenes dantescas que muestran las “condiciones de hacinamiento” en las que viven miles de trabajadores en Hong Kong.
En ese teórico paraíso del turismo y las finanzas,“la clase trabajadora no cuenta con protección legal y los sectores privados cobran cada vez más fuerza”, explica Chow. Y contarlo no es fácil. “Hoy en día, ser periodista en Hong Kong es arriesgado”, asegura el líder estudiantil. “La libertad de prensa y académica están amenazadas”, cuenta, y rescata el caso de un librero hongkonés al que la venta de algunos de los ejemplares que forman parte de la “lista de libros prohibidos en China” le costó el secuestro y la tortura.
Nuevas formas de pensar la democracia
El discurso de Alex Chow cala en la audiencia. Decenas de estudiantes toman notas, tiran fotos, graban vídeos y hacen un uso compulsivo de las redes sociales con sus teléfonos móviles. Ante esas miradas expectantes, el líder de la Revolución de los Paraguas recuerda cómo él y a sus compañeros Joshua Wong (protagonista de la portada de la revista Time en 2014) y Nathan Law (el diputado más joven del parlamento hongkonés) fueron procesados judicialmente y condenados el pasado año por la ocupación de Admiralty en 2014.
Los jóvenes desconocen las repercusiones que estos expedientes tendrán sobre sus futuros. De momento, Chow se lo toma con humor: “Básicamente soy un criminal, ¡hola!”, bromea saludando.
El líder estudiantil reconoce que el Movimiento de los Paraguas no produjo “resultados palpables”, pero significó “una explosión de solidaridad, creatividad, ingenio”. “Durante la ocupación encontrábamos soluciones y alternativas ingeniosas para cada situación que no se nos hubieran ocurrido nunca”, cuenta cuando recuerda las “semanas de convivencia en la calle”. “No hay forma de que eso no te cambie”, enfatiza.
Su ilusión es contagiosa. Y su energía. Y termina. “Nos enfrentamos a grandes desafíos globales. Debemos ser más listos, más dialogantes, estar más conectados. Debemos construir una nueva red a nivel mundial para compartir conocimientos, estrategias y técnicas y asumir la enorme responsabilidad de nuestra generación. Somos el futuro de nuestra generación”.