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Cs y PP “encapsulan” el pacto de Gobierno andaluz para aislarlo del pulso de Rivera y Casado

Marín asegura que no habrá ningún cambio en el Gobierno andaluz ni Cs pedirá nada más de lo que firmó con PP-A

Daniel Cela

Las elecciones generales en Andalucía tienen dos vencedores: el PSOE, que recupera con holgura la posición de primera fuerza, y Ciudadanos, que rebasa al PP en votos y se sitúa en segundo puesto. La formación naranja aspira a ejercer como líder de la oposición en el Congreso, tras el hundimiento de los populares, pero en Andalucía este escenario tiene un encaje más difícil: Ciudadanos es ya, de facto, la segunda fuerza por detrás del PSOE, pero a la vez es el partido que cogobierna con el PP.

Los naranjas están ligados a los populares con un pacto de Gobierno, sustentado por Vox, y pretenden “encapsular” ese acuerdo de los efectos del 28A para garantizar la estabilidad del Ejecutivo los cuatro años de legislatura. Pero Ciudadanos también tiene la oportunidad real de enterrar al PP y consolidarse como referente del centro derecha en Andalucía.

De momento, los de Juan Marín no van detenerse en esa encrucijada. Este lunes, el vicepresidente de la Junta y líder regional de Ciudadanos se ha apresurado a aclarar que el resultado de las generales “no tienen por qué influir en el Gobierno andaluz”. “Las elecciones hay que encapsularlas. Una cosa es el ámbito nacional y otro totalmente distinto el autonómico”, dice Marín.

Andalucía y el mapa político que salió de las andaluzas hace cinco meses ha sido el leit motiv principal de la campaña de las generales: PP y Cs han usado su acuerdo de Gobierno como modelo a exportar al resto de España, y el PSOE lo ha utilizado como advertencia, subrayando siempre el peso específico de la extrema derecha.

Moreno, barón territorial

Más significativo ha sido el silencio atronador del presidente y líder regional del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla. 48 horas después de abrirse las urnas, Moreno sigue sin valorar públicamente el resultado. Ha sido su número dos, la secretaria general Dolores López, la que hizo una comparecencia fugaz -algo más de un minuto- y en solitario en la noche electoral, para lamentar la derrota. Las miradas del PP nacional se dirigen ahora a Moreno y su papel no es fácil. Lidera un PP andaluz desahuciado políticamente, tercera fuerza política en las generales tras una formación de nuevo cuño como Cs; ha caído hasta el segundo y tercer puesto en sus fueros tradicionales, como las provincias de Almería, Granada y Málaga, y es cuarta fuerza -por detrás de Unidos Podemos- en Sevilla y Cádiz.

Y, sin embargo, Moreno Bonilla es hoy por hoy el barón territorial que más poder institucional atesora: la Junta de Andalucía, antaño bastión del socialismo, y con un presupuesto anual de 35.000 millones de euros. El presupuesto de la Xunta de Galicia, del otro gran referente del PP moderado, Alberto Núñez Feijoo, no llega a los 10.000 millones al año, y su oposición de contrapeso al futuro Gobierno de Pedro Sánchez es más relativa.

Los electores han castigado duramente al PP -por razones que van más allá del contexto andaluz-, y en cambio han premiado a Ciudadanos. Ahora los naranjas se sienten más legitimados que sus socios dentro de San Telmo, pero la estrategia de Marín es proteger esa alianza de los envites que ya prepara el equipo de Susana Díaz. “Aquí hay un Gobierno de 47 diputados de PP y Cs y eso se respetará hasta que acabe la legislatura. Es el resultado del 2D a nivel autonómico, y el resultado en las generales avala la gestión que hacemos en el Gobierno andaluz, porque hemos crecido en 150.000 votos y somos la segunda fuerza en Andalucía”, insiste Marín. Los socios se han telefoneado durante la noche electoral.

El consejero de la Presidencia, el popular Elías Bendodo, dio la enhorabuena a Marín, y juntos se conjuraron para aislar su alianza del terremoto político que se avecina en Madrid, con un capítulo especialmente significativo para el pulso que van a librar Albert Rivera y Pablo Casado por liderar la oposición y el centroderecha en España.

El PSOE recupera brío

Las precauciones de los socios de Gobierno en Andalucía son razonables, porque el 28A parece haber empoderado a una Susana Díaz que no conseguía articular una línea de oposición clara, aplastada diariamente por la “herencia recibida” que le afean sus sucesores en San Telmo. Los socialistas han vuelto a reiterar este lunes las palabras de Díaz en la misma noche electoral: “Los andaluces le han hecho una moción de censura en las urnas al Gobierno trifachito de Moreno Bonilla”. El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, ha sido especialmente incisivo con el presidente de la Junta. “Es presidente el líder de la tercera fuerza política de Andalucía”, subraya.

Ésta será la nueva línea de oposición de Díaz en el Parlamento, que aprovechará la debilidad histórica del PP, pero de momento los socialistas no se plantean transformarlo en una moción de censura real contra Moreno Bonilla. Ahora mismo, la alianza de PP, Cs y Vox es reciente, y no saldrían las cuentas para ganar esa moción. Con todo, el pegamento que une a estos tres partidos se pondrá a prueba en dos meses, cuando se presente el primer borrador de Presupuestos Autonómicos de 2019, que dependerá del apoyo de los 12 diputados de Vox.

Los datos de Ciudadanos en Andalucía son contundentes, siendo la comunidad que más ha aportado al repunte de Albert Rivera en las generales. “Tras el resultado de Pablo Casado, Rivera se consolida como líder de la oposición en el Congreso gracias a los 11 diputados andaluces de Cs”, dicen los de Marín. Más de cuatro millones de votantes, de los cuales alrededor de 800.000 son andaluces. Los naranjas han crecido “al mismo ritmo” que el PSOE respecto de las andaluzas del 2 de diciembre, no en votos -los socialistas suman medio millón más, y Cs 150.000 papeletas nuevas-, pero sí en escaños: cuatro más el PSOE, tres más Cs.

Lejos del entendimiento con el PSOE

Marín ha descrito el proyecto de Ciudadanos en Andalucía como de “centro, liberal y progresista”, pero ha descartado de plano cualquier reconciliación con el PSOE, que tumbe su pacto de Gobierno con el PP. “Si llegásemos a otro tipo de acuerdo distinto a lo prometido en campaña [desalojar al PSOE del poder], estaríamos traicionando a los 800.000 andaluces que han depositado su confianza en Ciudadanos”, dice el vicepresidente de la Junta.

El PSOE ha recuperado vigor tras el batacazo del 2 de diciembre. Sus números en las generales -y la presencia garantizada de Pedro Sánchez en la Moncloa- reforzarán a los de Susana Díaz en el Parlamento. Los socialistas superan el millón y medio de votos, doblan a la segunda fuerza -Ciudadanos-, han ganado en las ocho capitales y en el 93,3% de los municipios de Andalucía. También son primera fuerza en 28 de las 29 localidades de más de 50.000 habitantes (la excepción es El Ejido, en Almería, donde Vox ha ganado azuzando el rechazo al inmigrante). Ahora estas credenciales les permiten afrontar la campaña electoral de las municipales, que arranca la próxima semana, en el ecuador de la Feria de Sevilla.

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