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Las huelgas en cuatro provincias amenazan las previsiones turísticas

Vista aérea de La Malagueta, Málaga

Néstor Cenizo

A las puertas de la temporada de verano se ciernen nubarrones de huelga sobre el sector turístico andaluz. Las negociaciones de los convenios colectivos de las provincias de Huelva, Granada, Jaén y Málaga siguen bloqueadas. Los representantes de los trabajadores piden una subida de los salarios del 2%, equiparable a la actualización del IPC. Dicen los sindicatos que los buenos datos del sector, en crecimiento desde hace ya muchos meses, no se reflejan en las posiciones de los empresarios, que pretenden mantener la congelación salarial para el 2014 y limitar algunos derechos sociales obtenidos por los trabajadores en Málaga y Granada. “Queremos avanzar lo que podamos o, al menos, quedarnos como estamos”, protestan, y advierten de una temporada de “fuerte conflictividad” si no hay acuerdo. CCOO asegura que la parálisis en la negociación de los convenios colectivos de hostelería afecta a 130.000 personas, 75.000 de ellas en la provincia de Málaga. El conflicto se presenta territorializado, con amenaza de huelga y con un problema latente de fondo: la precarización del sector.

Cada provincia, un problema diferente: cada negociación presenta sus propias piedras en el camino. En Jaén, los sindicatos denuncian un problema de interlocución. Los representantes de los diferentes subsectores de la hostelería desean negociar un convenio propio. “Y eso no puede ser”, dice Gonzalo Fuentes, secretario de la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CC OO de Andalucía. En Huelva, el conflicto se ha enquistado y hay huelga convocada para los próximos 4 y 5 de julio, ampliable a otros nueve días entre julio y agosto si no se avanza en las negociaciones. El convenio está bloqueado desde 2011, y los sindicatos denuncian que el vacío ha provocado que proliferen los acuerdos entre cada empresa y sus trabajadores, con el único límite del salario mínimo y de los derechos establecidos en el Estatuto de los Trabajadores.

Málaga es la única provincia que mantiene la negociación abierta. El miércoles se retomaron las conversaciones, pero no se llegó a ningún acuerdo, y las partes se emplazaron al próximo 2 de julio. Según Fuentes, los empresarios (participan en el diálogo las asociaciones AEHMA y AEHCOS) pretenden la implantación de la jornada irregular. El objetivo teórico de la jornada irregular es que la empresa disponga de un mecanismo para distribuir las horas de trabajo a los periodos del año en los que le son más necesarias. Para los sindicatos, su aplicación a la hostelería implicaría “no descansar en todo el verano y trabajar una jornada de 9 y 10 horas diarias”. Fuentes también denuncia que la patronal plantea reducir las compensaciones por festivo y domingo trabajados y eliminar el descanso mínimo de 12 horas entre jornadas. En Granada, se parte de posiciones similares, con un agravante: ni siquiera se discute, porque las negociaciones están rotas.

¿Habrá huelga?: “No nos queda más remedio”, asegura Fuentes. En Huelva ya hay anunciados paros para el 4 y el 5 de julio, y la semana pasada se anunció la posibilidad de que se extiendan al 18 y 19 de julio, y 1, 2,3, 15, 16, 22 y 23 de agosto. En el resto de provincias, está en el aire. Lo que ocurra en Málaga pasa por el resultado de la reunión que se celebrará el 2 de julio. Si no se llega a un acuerdo, Fuentes anuncia movilizaciones para los primeros días de agosto. En Granada los sindicatos prevén una huelga a finales de ese mismo mes si no hay solución. Para Jaén, el calendario está “por precisar”. “Somos conscientes de que una huelga de hostelería no es popular. No es plato de buen gusto. No nos queda más remedio”, explica el dirigente de CCOO cuando se le cuestiona por el impacto de la huelga en plena temporada alta: “Hemos negociado de buena fe. Empezamos a comienzos de año, y en el caso de Huelva y Jaén se negocia desde hace un año”.

Más turismo, poco trabajo: los sindicatos rematan sus peticiones con una queja general. Siendo el sector turístico el último en entrar en crisis y el primero en salir de ella (al menos, en términos de actividad), su buen comportamiento no ha repercutido ni en la cantidad ni en la calidad del trabajo. Explican que durante la crisis se han hecho esfuerzos de moderación salarial y que las propuestas de la patronal suponen “un retraso de 35 años”. “Cuando hay bonanza nadie entiende que los empresarios hagan esto”, comenta Fuentes. Rafael Rodríguez, consejero de Turismo, presentó los datos turísticos de los cinco primeros meses del año el pasado lunes, y los calificó de “históricos”: Andalucía ha recibido 5,6 millones de visitantes en 2014 (un 4% que a la misma fecha del año pasado), que han supuesto 14,6 millones de pernoctaciones. Las previsiones para la temporada alta son optimistas, y la Consejería prevé 22 millones de estancias en hoteles, un 1,9% más que durante el verano de 2013.

Según Fuentes, nada de esto se refleja en un sector que históricamente ya presenta unas malas condiciones laborales. Rodríguez dio el lunes un dato positivo (el aumento de un 5% del empleo), pero CCOO denuncia “prácticas abusivas en las formas de contratación y gestión laboral”, reflejadas en el aumento de las externalizaciones y del empleo a través de empresas de trabajo temporal, en la utilización de becarios y falsos autónomos y en el trabajo parcial fraudulento: “Se da de alta al trabajador en la Seguridad Social cuatro horas, cuando en la práctica están entre ocho y doce horas”. El sindicato también denuncia las cargas excesivas de trabajo y el aumento de la economía sumergida. Según Fuentes, todo ello incide en una merma de la calidad del servicio. “Andalucía no se puede permitir esta visión cortoplacista”, remacha.

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