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Las consecuencias de la reforma laboral en cinco gráficos

Olga Granado

En 2012 entró en vigor la reforma laboral del Gobierno del PP que tenía unos objetivos (favorecer la empleabilidad, fomentar la contratación indefinida y propiciar la flexibilidad interna en las empresas como alternativa a la destrucción de empleo) pero tres años después parecen estar lejos de cumplirse si observamos cuáles han sido las consecuencias de sus medidas. Pongamos el caso de Andalucía, la comunidad autónoma más poblada y la que tiene el mayor nivel de desempleo en España. Un informe sobre las consecuencias de la reforma laboral elaborado por el sindicato CCOO puede resumirse en los cinco gráficos siguientes, que permiten ver, con la perspectiva de varios años ya, para qué ha servido la reforma laboral.

1. Desempleo

Desempleo resumido en tres claves: crece el paro, se incrementan los parados de larga duración y se reduce la población ocupada. Centrándonos en esta última, dado que el primer objetivo de la reforma laboral era incentivar la empleabilidad, si miramos este gráfico sobre variación de la población ocupada en Andalucía en los años previos -cuando el desplome del trabajo ya era generalizado- y los posteriores, vemos cómo la destrucción del empleo se ha acelerado. De hecho, a excepción de Almería (donde se destruye empleo más o menos al mismo ritmo que antes), con la reforma laboral se ha agudizado en todas las provincias. Destacan sobre todo Jaén y Cádiz, que entre 2011 y 2013 pierden más del 10% de su población ocupada.

2. Despidos

El número de despidos se incrementa con la aplicación de la reforma laboral y los registrados en los juzgados de lo Social experimentan en 2012 una subida que va desde el 13,2% de Córdoba hasta el 36,6% de Sevilla. Con estas subidas, 2012 ha sido el año de más despidos en lo que va de crisis en la mayor parte de las provincias, con la única excepción de Málaga. La aplicación de los ERE (expedientes de regulación de empleo) se intensificó ese año y el número de personas afectadas subió un 51,3% hasta las 36.831, cifra muy superior a la de los años previos. En 2013 la población afectada por algún ERE todavía se mantenía por encima de las cifras de los primeros años de la crisis.

3. Temporalidad

La población asalariada que tenía contrato indefinido se había mantenido hasta 2011, con algunos altibajos, pero en 2012 comenzó a sufrir una reducción que ya no se detiene. En paralelo, el abuso de los contratos temporales alcanza sus niveles máximos a partir de 2012. De hecho, en los tres últimos años menos del 3,6% de los contratos registrados son indefinidos, según el mismo estudio. Las modalidades de contratación más precarias son las que están ganando espacio, brotando los minicontratos, de menos de siete días. El descenso de asalariados con contrato indefinido que facilita la reforma laboral tiene reflejo en todas las provincias, que entre 2011 y 2014 muestran caídas que van desde el 1,8% de Almería hasta el 18,7% de Cádiz. De nuevo, Almería es la excepción porque la destrucción de empleo indefinido era sensiblemente superior en los tres años anteriores (2008-2011). En el extremo contrario, Granada, donde el empleo indefinido aumentó un 11,2% entre 2008 y 2011, para caer un 6,3% con la reforma laboral. Cabe recordar que tras la reforma laboral pactada de 2006 se alcanzaron los niveles más elevados de contratación indefinida de los últimos lustros en todas las provincias de Andalucía.

4. Precariedad

Directamente relacionado con lo anterior porque tener un trabajo no significa poder vivir. El número de personas con muchas dificultades para llegar a fin de mes, según la Encuesta de Condiciones de Vida, se amplia y pasa de suponer el 18,1% de la población en 2011 a un 26,1% en 2013. Y es que no sólo cae la población ocupada sino también los sueldos. La retribución media anual de la población asalariada cayó en esos dos años un 3,1% en el conjunto de España (Territorio de Régimen Fiscal Común, donde no se incluye al País Vasco y Navarra), pero en todas las provincias de Andalucía se ha reducido en más de un 4,5%. Este es el descenso que experimenta Huelva, que es la provincia con menor caída, mientras que en el extremo opuesto destaca el 9,7% que pierde el salario medio en Jaén. El desplome generalizado de las nóminas hace que aumente la población trabajadora con muy bajas retribuciones. Si situamos el listón en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), vemos cómo en numerosas provincias, los asalariados que cobran menos de esta cantidad son más de la mitad de los ocupados en Jaén (55,2), Huelva (52,1%) o Córdoba (50,8%).

5. Siniestralidad

Los sindicatos han denunciado constantemente que esta precariedad en el trabajo conlleva el miedo a perderlo por parte de los trabajadores y los recortes en seguridad laboral por parte de las empresas. El aumento de los accidentes de trabajo está siendo generalizado y afecta a todas las provincias. El índice de incidencia repuntó en 2013 en todas las provincias sin excepción, aunque la peor parte correspondió a Huelva, donde el incremento superó los 300 accidentes laborales por cada 100.000 personas de alta en la Seguridad Social, situándose en 2014 en un índice de 4.164. Granada es la única provincia que no supera el índice de 3.000 accidentes laborales por cada 100.000 afiliados, pero también han crecido.

Con este panorama CCOO insiste en su informe en la necesidad de derogar la reforma laboral, con sólo por sus “graves consecuencias” sino también porque todos los acuerdos que se vienen firmando sobre no aplicación de convenios colectivos, descuelgue salarial o modificación de condiciones laborales y planes sociales de acompañamiento “se están realizando al margen de la representación legal o sindical de los trabajadores”.

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