La queja de un cerrajero sobre la Policía en Facebook se convierte en “falta de respeto” sancionable
La madrugada del lunes al martes, Juan Carlos Puyoles, un cerrajero que vive en Pizarra (Málaga), recibió un encargo urgente y cuando fue a salir de su cochera se encontró con que un vehículo le impedía el paso. Llamó a la policía, sin respuesta, y escribió un comentario en Facebook. Decía algo así: “Es la una de la mañana, estoy llamando a la policía y no está operativa, pero sí que toman café en el pueblo de al lado”. No es literal, pero sí bastante aproximado. Puyoles recuerda así el comentario (que fue borrado), y la policía no lo desmiente. Por este comentario, el cerrajero ha sido denunciado por un agente, que considera que el texto que se publicó es “una falta de respeto y consideración” sancionable con una multa de entre 100 y 600 euros. La denuncia ha sido remitida a la Subdelegación de Gobierno, que resolverá.
El hombre aún no se explica cuál es la supuesta falta de respeto. Se siente víctima y no agresor. Insiste: no había insultos en su texto, ni fotos de los agentes o sus vehículos, sino un comentario crítico motivado por la falta de actuación policial ante un hecho que le perjudicaba directamente. Fue identificado al día siguiente “por los comentarios de Facebook” y el miércoles recogió la denuncia en la comisaría. La policía pretende que se le aplique el artículo 37.4 de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como Ley Mordaza.
Los hechos denunciados son: “Vertir (sic) comentarios faltando al respeto y consideración en las redes sociales (Facebook)”. La ley sanciona las “faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad”.
Puyoles debe estar disponible las 24 horas del día. Cuando el lunes intentó salir con su vehículo para atender una urgencia, en torno a la una de la mañana, se encontró con que otro coche impedía la salida pese al vado permanente que, asegura, tiene pagado. Llamó a la policía, que no descolgó el teléfono y entonces describió la situación en la red social. Comentó su problema y sin insultos –resalta- dejó por escrito que sí veía a los policías tomando café en “el pueblo de al lado”. “Los veo todas las mañanas, cuando voy a dejar a mi hijo en la guardería”, completa ahora.
“Nosotros no vamos a otros pueblos a tomar café, lo hacemos aquí en horario de descanso y siempre con el móvil operativo”, responde el jefe de la policía local de Pizarra, que prefiere no dar su nombre y explica que Puyoles también “le echó a la culpa a la Policía” de algún problema de tráfico por los cortes de calles durante la feria del municipio. El agente se justifica sin que se le pida: “A raíz del último comentario descubrimos los anteriores. No es que fuéramos a por él”. “El hecho no es que vaya usted a tomar café, pero dé un servicio al ciudadano que paga sus impuestos. ¿Para qué me cobran un vado?”, se pregunta el denunciado.
El problema no es el café, sino la falta de efectivos, aseguran fuentes policiales: “No hay personal”. En el municipio, que cuenta con unos 10.000 habitantes, hay diez policías locales. El día en que ocurrieron los hechos, cuatro estaban de vacaciones y una más, de baja. Los turnos de tarde quedan a veces vacantes, aunque es raro que el turno nocturno quede por cubrir. “La policía no es que no atienda, es que no está”, matiza el jefe de policía.
Puyoles relata que no es la primera vez que no es atendido por la policía local y que hubo un domingo en que hizo 64 llamadas desde por la mañana, sin obtener respuesta porque el móvil estaba apagado. A las 23.00 le devolvieron la llamada, “preocupados por la cantidad de avisos”. “Son una entidad pública y deben admitir críticas. Es como si critico a la Seguridad Social. ¿No vamos a poder decir nada?”.