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El joven que murió desnutrido en un albergue recibió una atención “exquisita”, según el hospital

Un día después del fallecimiento de Piotr, una mujer mostraba así su repulsa ante las "muertes sociales".

Javier Ramajo

El joven de nacionalidad polaca Piotr Piskozub, que moría desnutrido en un albergue municipal de Sevilla en octubre del año pasado pocas horas después de haber sido dado de alta en un hospital, recibió una atención médica “exquisita” por parte de los profesionales del centro sanitario. Es la opinión del coordinador de la Unidad de Urgencias del Hospital Universitario Virgen del Rocío, que este miércoles ha tenido que declarar como testigo en la investigación que sigue el Juzgado de Instrucción número 5 por si hubo algún tipo de negligencia médica en la asistencia al joven polaco.

La versión del doctor no coincide con el informe definitivo de la autopsia de Piotr, elevada al juzgado el pasado mes de julio y donde se recogía que, según la Organización Mundial de la Salud, un “estado de desnutrición severo” como el que presentaba aquella madrugada el joven es “indicativo de hospitalización” y “tratamiento de malnutrición”. El joven fue atendido a las 00.58 horas del 2 de octubre de 2013 y dado de alta a las 02.06 horas con un diagnóstico de “problemática social”. A las 14.21 horas del mismo día murió en un albergue municipal mientras esperaba la cola para comer.

El hospital, antes de conocerse las conclusiones de los forenses, ya había defendido en abril que, a su entender, se le dio la atención correcta al indigente. En la prueba testifical efectuada este martes, el doctor ha venido a ratificar aquel informe, según han indicado fuentes del caso. Asimismo, el testigo ha indicado que se cumplieron los protocolos establecidos al efecto para este tipo de situaciones y que todo lo que se pudo hacer por el joven se hizo, añaden las fuentes.

También ha prestado declaración, en este caso en calidad de imputada, una doctora adjunta que, según su declaración, no participó en la exploración ni en la tramitación del alta de Piotr, limitándose a señalar que el paciente lo que decía es que se quería marchar del hospital. Para este miércoles está prevista la declaración de otra médica adjunta, mientras que aún debe ser citado el enfermero que atendió al joven en la sala de triaje. Parece que lo que pueda decir el médico residente imputado que atendió directamente a Piotr, que declarará el próximo 9 de diciembre, podría ser clave a la hora de que el juzgado pueda tomar alguna decisión al respecto.

A juicio de las acusaciones (la particular ejercida por la madre y el hermano de Piotr; y la popular por parte de la Asociación Pro Derechos Humanos) al menos de las declaraciones efectuadas este martes se desprende un escaso nivel de autocrítica de los médicos que tuvieron algún tipo de participación en el procedimiento seguido con el joven polaco. “Si supuestamente se siguieron los protocolos y este hombre murió horas después, aquí pasa algo”, apuntan.

La Junta, tras trascender el caso de Piotr, actualizó el procedimiento marco de asistencia a personas en riesgo social en las urgencias hospitalarias, que distribuyó entre los gerentes de los 47 hospitales de la red pública andaluza. El documento insiste en la necesidad de “planificar el alta de los pacientes en situación de riesgo social”, “facilitar la utilización del recurso social más adecuado en cada caso” y “garantizar la atención socio-santaria” de los mismos, especificando que “el paciente no será dado de alta, permaneciendo en urgencias o ingresando en observación o en planta hasta tanto se le gestiona el recurso social necesario”.

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