Los tiempos cambian. Para mí -y sé que para muchos de ustedes- nada de esto resulta ni medio normal. Antes bien, nos parece anómalo y vergonzante. Pero a estas alturas del siglo, aún hay quienes piensan que despreciar a las mujeres o que un tipo se propase, se abalance y se emborrique con una hace gracia y no es para tanto. Carmen Camacho (Lo normal, 12/09/2017)
La presidenta de la Junta de Andalucía insiste en proponer un pacto de Estado contra la violencia de género. De la misma manera, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer reclama ese pacto de Estado en aquellos actos en los que representa al Gobierno andaluz. Y sin embargo, se les ha colado un pirómano en la televisión andaluza –hace las veces de presentador de sobremesa y se hace llamar Juan y Medio–. Ni unos ni otras parecen dispuestas a echarlo.
En APDHA, queremos creer, como Carmen Camacho, que hay muchas personas en esta nuestra Andalucía que no ven normal lo que pasa en Canal Sur. No queremos que parezca normal que el presentador le corte la falda –con cara de sátiro– a su compañera, entre risas. Tampoco nos resulta normal que el mismo presentador se salga de rositas: una simple disculpa, un expediente (con empleo y con sueldazo). Por si con los tres millones de euros que cobra no tiene bastante, entre todas le pagaremos un curso para que deje de ser un machista. Ole.
Tampoco nos parece normal que tuviera que ser su compañera la primera en salir a pedir disculpas (para mantener su puesto de trabajo, entendemos). Ni nos apasiona que a ella le tenga que parecer normal que un equipo con un 90% de mujeres en plantilla lo dirija un señor, sí, hombre, vaya, un jefe, qué casualidad. Ni qué decir tiene que resulta cínico y paradójico que un equipo con un 90% de mujeres tenga que meter en guión una “bromita” machista.
Raúl Solís, en su artículo Lo que se esconde debajo de la falda que cortó Juan y Medio (11/9/2017) comparte algunas curiosidades y ciertos datos sobre La Nuestra. A saber: que mientras Doñana ardía este verano y sus habitantes buscaban información en tiempo real para saber qué hacer, en Canal Sur se encontraron una corrida de toros. Que la censura en la televisión autonómica es algo más sutil, pero también existe –a quienes huelen a desobedientes se les manda a las secciones más irrelevantes de los informativos, pequeños detalles sin importancia–. Y, por encima de todo, que la renovación del Consejo de Administración de RTVA tendría que haberse renovado hace más de tres años, pero el PSOE se niega a ceder los asientos que corresponden a otros partidos políticos.
Para terminar, nos acordamos de Mar Gallego en La generación susurro (6/8/2017) cuando narra la historia de muchas familias andaluzas. Juntando la voz de su madre con la suya propia, dice:
Crecimos con el complejo heredado de la pobreza. “Siempre me he sentido inferior a los demás”, me dijo mi Antonia un día. “Yo creo que era porque era pobre”. Nuestras casas eran sólo un rincón para vivir. ¿De dónde sacarían las casas ‘les otres niñes’? ¡Reconocedlo, reconocedlo! Hemos sentido vergüenza de nuestras casas. Porque la pobreza -y qué bien amarrado lo tenéis- genera vergüenza. ¡ENCIMA! Una amiga tenía una casa con patio de mármol y con columnas. ¡Con columnas! ¿Cómo pensar que éramos iguales?
No queremos que parezca normal que ese susurro sea objeto de risas cuando, por fin, tiene la valentía de mostrarse delante de una pantalla. No queremos que las vidas de las andaluzas y andaluces que trabajaron toda su vida, con la dignidad de esta latitud y este lugar del mundo, se pongan en la pantalla sin la dignidad que merecen. Queremos una televisión pública que nos trate como la gente que somos.
PD: Y no, lectoras, lectores, esta bromita machista no es la primera ni la única que, golpe a golpe, sueldo a sueldo, le pagamos las andaluzas, los andaluces, a este que quiere llamarse señor:
http://www.huffingtonpost.es/raul-solis-/canal-sur-no-tiene-ni-pun_b_14198866.html
https://www.youtube.com/watch?v=_NSeoxuBLKg
Marta Solanas Domínguez, área de Marginación de APDHA