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El accidente mortal de Almonte se ceba con el vulnerable colectivo de las temporeras

El autocar accidentado es remolcado poco después de las 11 de la mañana.

Fermín Cabanillas

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Todavía era noche cerrada y había mucha niebla, pero, a falta de que la investigación aclare qué ha pasado, nadie se explica cómo un autocar se ha salido este lunes de la carretera antes de llegar a Almonte, en el Condado de Huelva, provocando la muerte de una mujer marroquí, heridas graves a tres más, leves a otras 36 personas –incluido el conductor– y una situación que trae a la primera página de la actualidad la situación en la que miles de mujeres migrantes viven para llevar un sustento a sus familias en su país en difíciles condiciones.

Faltaban cinco minutos para las 6.30, y el autocar con las 39 temporeras se dirigía a un campo cerca de la aldea de El Rocío. Había recorrido unos 39 kilómetros tras salir sobre las 5.45 de San Juan del Puerto, situado a 39 kilómetros del lugar del suceso. El vehículo había recogido, como cada día, a un pasaje formado en exclusiva por trabajadoras temporeras marroquíes, que llegan a Huelva cuando enero se va despidiendo y permanecen en la provincia hasta el filo del mes de junio, recogiendo las fresas de unos campos de los que la mano de obra local no quiere oír ni hablar.

Solo en Almonte, como recordaba al pie del accidente la alcaldesa, Rocío del Mar Castellano, su población de más de 20.000 personas se incrementa en 15.000 con la llegada de la población temporera. Cada año, cuando se acerca la época de la recolección de la fresa, el Servicio Andaluz de Empleo prioriza la mano de obra local, pero no llegan a 1.000 las solicitudes de vecinos de los pueblos freseros que responden a esa llamada. El resto hay que buscarlo en Rumanía o Marruecos.

Un camino habitual

El recorrido que este lunes ha terminado de forma trágica en la mitad del camino es el que estas mujeres hacen a diario durante casi cinco meses. Las recoge el autocar para dejarlas en la finca, y al final de la jornada hacen el trayecto al revés. Es en torno a una hora y media entre la ida y la vuelta. En este caso, además, faltaba una, que se encontró mal de madrugada y no estaba en condiciones de trabajar. El viaje se inició sin ella, y quién sabe si eso le ha servido para salvar la vida.

Con todo, a las 6.25 el vehículo llegó a un cruce que cogió de frente, como debía hacer, pero aparentemente a mucha más velocidad de la prudente en este tramo. Un segundo después colisionaba contra la base de una isleta con sus ruedas del lado izquierdo: unas marcas de frenada en la calzada muestran que el conductor intentó parar, sin éxito, y ya no pudo devolver el autocar a la carrera, porque siguió de frente y fue a parar a una vaguada de un metro de profundidad aproximadamente. Su camino no lo pudo detener ni siquiera la base de una farola de decenas de kilos de peso, que arrancó de cuajo y desplazó unos 15 metros. El suelo de la vaguada fue lo que terminó frenando al autocar.

No se llegó a deformar

Que solo una persona haya fallecido en este accidente tiene muchas explicaciones. Sin confirmarlo aún, se cree que la fallecida viajaba en la parte delantera del vehículo y salió disparada por el impacto. Nadie llevaba el cinturón de seguridad, aunque tampoco es obligatorio.

Entre las claves para que la tragedia no haya ido a más está el hecho de que la estructura del autocar ha aguantado el golpe sin deformarse. El armazón, fabricado para que comenzase a circular en enero de 2005, ha aguantado perfectamente sin llegar arquearse ni atrapar a nadie.

“Solo escuchábamos gritos de ayuda”

Cristóbal Acosta, el jefe de bomberos del parque de la comarca, ha sido, junto a sus compañeros, de los primeros en llegar. En medio de una niebla que no levantaba, ha explicado que nada más bajarse de los camiones “solo escuchábamos gritos de mujeres pidiendo ayuda, que las sacáramos del autocar. En ese momento tienes que priorizar, saber a quién tienes que ayudar antes, para que el rescate sea lo más efectivo posible”. 

Los bomberos, con la Guardia Civil y todo el dispositivo que se ha organizado, han ido sacando a las heridas, tras comprobar que, lamentablemente, una de las pasajeras había fallecido. A partir de ahí se han puesto en guardia todos los centros de salud y hospitales de la comarca y la vecina Sevilla. Las heridas se han distribuido entre el Juan Ramón Jiménez de Huelva, y el San Juan de Dios de Bormujos y el Virgen Macarena y el Virgen del Rocío de la capital andaluza. En este último están las tres más graves, cuyo estado es más que preocupante.

Salvado el rescate de todo el pasaje, quedaba sacar de donde se había quedado depositado el autocar. Cristóbal Acosta reconoce que es un momento más que delicado, porque la confusión del accidente no ayuda en estos casos a saber si se ha rescatado a todas las víctimas. Cabía la posibilidad de que alguien estuviese atrapado debajo del vehículo. Afortunadamente, cuando la grúa lo fue levantando en mitad de un silencio sepulcral, los temores desaparecieron. A las 11.28 la carretera quedaba despejada totalmente.

Atención sanitaria

Las trabajadoras marroquíes afectadas por este suceso, como el resto de sus compañeras de cualquier nacionalidad, están protegidas por el sistema nacional de salud, que las ampara como a todas las que firman contratos en origen en su país. Se contrata de mujeres que están casadas y tienen hijos, de modo que tienen el arraigo suficiente para volver a su país al terminar la campaña. No llega al 2% la cifra de mujeres del contingente de Marruecos que no regresa a sus casas cuando llega el final del contrato.

Son 15.350 las que este año tienen que llegar. Hasta el pasado 27 de abril, cuando llegaron las últimas hasta ahora, son 14.850 las que trabajan en los campos de la provincia. Las primeras mujeres de este grupo llegaron a la provincia onubense el pasado 10 de enero y desde entonces se ha ido produciendo la llegada escalonada de distintos ferrys a los puertos de Algeciras y Tarifa, en Cádiz, desde donde son trasladadas hasta las distintas fincas en Huelva. Hasta principios de marzo estuvieron llegando mujeres repetidoras, que ya han trabajado en anteriores campañas; mientras que los últimos ferrys han sido ocupados por las alrededor de 5.000 seleccionadas por primera vez este año.

Para esta campaña los gobiernos de España y Marruecos acordaron ampliar la contratación en origen elevando a 15.350 el número de contratos que finalmente podrían realizarse. Esta cifra supone un incremento de 5.000 personas más de lo que en un principio se había barajado, con lo que se igualan los valores prepandemia y se da respuesta a las reclamaciones que las últimas semanas se han hecho desde el sector sobre la necesidad de aumentar el contingente.

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