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‘Hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades’, o cómo quiere Andalucía volver al mapa de la creación escénica contemporánea

Uno de los talleres de "hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades"

Alejandro Luque

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El famoso mantra neocapitalista ‘Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’, el mismo que trató de culpar al ciudadano de a pie del desastre financiero que dio pie a la crisis de 2008, se invierte para dar nombre –y de paso formular una declaración de intenciones– a una cita con la creación escénica contemporánea. Hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades, encuentro coordinado por el dramaturgo David Montero y la empresa La Suite, quiere “volver a poner a Andalucía en el mapa” de la escena actual, y para ello ha celebrado esta semana una cuarta edición llena de aspiraciones de futuro.

“Junto con Madrid y Barcelona, que siempre están fuertes, en los últimos años se han ido posicionando Valencia y Bilbao. ¿Dónde queda Sevilla y Andalucía? Hay que volver a colocarlas en el circuito de la creación contemporánea, y visibilizar todo el talento que sale de aquí”, asevera Montero.

El Cartuja Center ha sido el espacio en el que los participantes de Hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades han podido disfrutar de las dos vertientes o “patas” de esta edición: una de carácter formativo, de lunes a miércoles, y otra de creación y exhibición, ayer jueves y hoy viernes.

'Bocetos' a escena

El proceso culminará esta noche con una muestra de los “bocetos” creados en 24 horas de “compañías efímeras” surgidas de esta experiencia, que pondrán en escena el resultado de su aprendizaje en el patio de la Escuela de Arte Dramático de Sevilla, con entrada libre hasta completar el aforo. “Nos gustaría que no viniera solo el público habitual de este tipo de teatro, sino que otros espectadores se relajen y pierdan el miedo a los lenguajes contemporáneos”, explica Montero. “No todas las propuestas son tan herméticas o para iniciados como a veces se supone”   

La parte formativa ha corrido a cargo de Celso Jiménez, codirector de la compañía madrileña La Tristura. En palabras de Montero, “una de las cosas que resultan difíciles hoy por hoy es que venga gente buena de fuera para formar a la gente de la escena en Andalucía. Nos apetecía que viniera alguien como Celso, y creemos que el esfuerzo ha valido la pena”, comenta.

Por su parte, el aspecto creativo ha sido abordado por tres nombres de reconocido prestigio residentes en Sevilla, todos muy diferentes entre sí. Así, junto a un dramaturgo tan escorado hacia el teatro de texto como el cordobés Antonio Álamo brindó su master class junto al bailarín Juan Luis Matilla, conocido por su trabajo en la compañía MOPA, y la coreógrafa, bailarina y artista Natalia Jiménez, quien ha trabajado con multitud de artistas y compañías como Guillermo Weickert, Abraham Hurtado, Jeremy Wade o Ex Nihilo.    

Según explica el coordinador, el perfil de participante en el encuentro Hemos vivido por debajo de nuestras posibilidades es de los más variado, desde intérpretes de teatro o danza a gente interesada en explorar la relación entre la escena y otras disciplinas, como una filósofa que quiere vincular esta rama del saber con el trabajo teatral. Y por edades, se encuentran desde un chaval de 20 años a un actor de 60. “Eso es algo que nos gusta mucho, reunir estilos diferentes, estéticas diferentes y generaciones diferentes”, apunta.

Salto hacia delante

El fundamento contenido en el propio título del encuentro parte de la observación de nuestro comportamiento cotidiano. “Trabajamos mucho en soledad, pero es necesario preguntarse qué sucede si elevamos ese esfuerzo hacia lo colectivo. La respuesta es que lo colectivo mejora al individuo. Pero también hay que incidir en las condiciones en las que desarrollamos nuestro trabajo, intentar que no sea todo tan precario y que no estemos siempre bajo mínimos, lo que se ha venido convirtiendo en una triste costumbre”, lamenta Montero.

Pero por delante está también el reto de no conformarse con los logros obtenidos y plantear un crecimiento futuro. “Las dos primeras ediciones del encuentro fueron de guerrilla total, sin un duro. Pero nos dijimos que lo primero era crearlo, hacerlo real, y luego intentar hacerlo crecer. El hecho de que se sumaran Sgae y Aisge, junto con la Esad, nos dio un impulso fuerte. Y ahora con La Suite podemos intentar dar un salto más”.

El objetivo de Montero es ahora “llegar a hacer un festival que presente propuestas escénicas y generar cierto mercado. A cada rato vemos a nuestro alrededor cosas muy interesantes, a la altura de lo que puedes ver en la programación del Teatro Central, que sin embargo no tienen recorrido. Hace falta generar esos espacios, y que las cosas interesantes que se hacen en el Sur puedan llegar a los programadores. Vamos poco a poco, el año que viene daremos otro salto hacia delante y confiamos en alcanzar el sitio que soñamos en el plazo de tres años”, apostilla.

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