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La Junta de Andalucía se ampara en la obra del Metro para cerrar un colegio infantil en Málaga

Familias y alumnado, en la concentración ante la Delegación de Educación

Néstor Cenizo

Málaga —

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La semana pasada, cuando faltaban diez días para la apertura del plazo de matriculación para el nuevo curso, las familias de la Escuela Infantil Adelfa (en el distrito centro de Málaga) recibieron una mala noticia: la obra para extender la línea 2 del Metro hasta el Hospital Civil obliga a cerrar el centro, donde este año 61 niños y niñas están matriculados en alguno de los tres cursos de Infantil. Ninguno de los responsables de las dos administraciones (Junta de Andalucía y Ayuntamiento) les ha aclarado cuánto durará el cierre, pero los afectados sospechan que la Junta de Andalucía quiere aprovechar el tajo del suburbano para clausurar la escuela definitivamente.

Así lo probaría el hecho de que el código identificativo del centro ya haya sido suprimido. Las familias aseguran que el delegado de Educación, Miguel Briones, informó de esta eliminación en el pasado consejo escolar provincial, y que esta misma semana la dirección del centro no pudo matricular a un nuevo alumno precisamente por eso. Hubo que reabrir el código momentáneamente para completar la inscripción.

Para las familias, la eliminación del código equivaldría a una especie de certificado de defunción. “Les hemos pedido que no lo supriman, porque si sigue existiendo se pueden plantear opciones”, explica Luis Palacios, portavoz de los padres y madres. La Delegación no confirma oficialmente la eliminación, ni aclara qué pasará con la E.I. Adelfa cuando la obra del Metro termine. Tan solo explica que está “a la espera de lo que pueda determinar el futuro informe” que se elabore.

Entre tanto, ha planteado a las familias la integración en la Escuela Infantil Gloria Fuertes, a 350 metros, en la que tienen garantizada la plaza tanto los 61 niños como los cuatro docentes hasta ahora destinados en Adelfa. “Ellos hablan de fusión, pero en realidad esto es un cierre”, lamenta Palacios a las puertas de la Delegación, donde este martes se han manifestado en torno a medio centenar de personas.  

Afección a los accesos y patologías del edificio

La Junta de Andalucía esgrime tres motivos para el cierre. En primer lugar, la disposición de las rampas de acceso y las pantallas de la obra del tajo del Metro, que afectarían “de forma notable” a los accesos a la escuela, al impedir la llegada de vehículos de emergencia o personas con movilidad reducida. Además, una parte del alumnado, que se desplaza a diario al comedor del CEIP Pablo Picasso, tendría que moverse ahora a través de la obra.

Para las familias, son inconvenientes con solución. Pero la Junta de Andalucía alude también a una cuestión estructural: las obras podrían afectar a unas patologías detectadas hace años en el edificio. Cerrarlo sería una “medida de prevención de cara a la posible afección”, según fuentes de la Delegación, que no dan más detalles.

El pasado miércoles, las familias mantuvieron una reunión con el delegado de Educación, Miguel Briones, el jefe de la inspección educativa y la concejala del distrito, Teresa Porras, pero no había ningún técnico que les detallara en qué consisten esas patologías. Salieron del encuentro con más escepticismo del que llegaron. “Nos resulta especialmente poco creíble que estos informes hayan aparecido a solo dos días de la oferta de plazas en todos los centros educativos de Málaga”, señalaron en un comunicado, en el que subrayan que no existe un documento que respalde la “necesidad inmediata de cierre”.

El asunto se abordará en el próximo Pleno municipal, después de que el grupo Con Andalucía haya registrado una moción urgente. Para la oposición de izquierdas, llueve sobre mojado. Hace dos meses, dos días antes de las vacaciones navideñas, la Junta de Andalucía decidió cerrar el colegio Domingo Lozano, aquejado de “problemas estructurales” visibles en grietas cada vez más anchas. Sus 256 alumnos fueron redistribuidos en diferentes centros, lo que provocó el enfado de las familias.

El proyecto no contempla el cierre, sino “prestar atención durante las obras”

La obra de ampliación de la línea 2 del Metro hasta el Hospital Civil es un tramo de 1,8 kilómetros bajo las calles Hilera, Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo que contará con tres nuevas estaciones. El colegio se ubica en la intersección entre las calles Hilera y Santa Elena. Bajo el edificio se sitúa una curva que antecede a la futura estación Hilera.

La Junta de Andalucía adjudicó las obras del primer tramo el pasado octubre a una UTE formada por Sando y Kerkros por 45 millones de euros, lo que supone una baja de once millones respecto a lo que se licitó. Las adjudicatarias tienen 36 meses para ejecutarla, y los trabajos empezaron hace apenas una semana. El Gobierno de Juan Manuel Moreno pretende hacer bandera de una tramitación ágil del proyecto, después de que los primeros tramos del Metro hayan tenido Málaga abierta en canal hasta hace pocos meses, acumulando un retraso de más de una década que los populares achacan reiteradamente a la dejación del gobierno socialista de la Junta.

Desde que comenzaron las obras del suburbano, la Junta de Andalucía siempre ha optado por trazar los túneles bajo la calzada ya existente, con la finalidad de minimizar el riesgo de este tipo de afecciones. El proyecto constructivo de este primer tramo de ampliación identifica 22 inmuebles potencialmente afectados. Se trata de inmuebles con una “vulnerabilidad alta”, ya sea por su antigüedad, por su cimentación o por su proximidad al trazado.

Uno de ellos es el colegio Adelfa. El proyecto señala que presenta “grietas inclinadas en gran parte de las fachadas y en el interior del mismo”, que podrían deberse al “asiento o descalce puntual de la cimentación”. Sin embargo, sus propios autores resaltan que solo han realizado una inspección visual, y que aun en el caso de confirmarse la causa mediante un estudio de diagnosis, “esto no implicaría necesariamente que las condiciones de seguridad del edificio estuviesen gravemente afectadas”. “Debería ser objeto de un estudio patológico que determine de manera fehaciente la causa de los daños detectados y su eventual repercusión en las condiciones de seguridad de la estructura”, con el fin de adoptar medidas preventivas.

De ahí que no contemplen el cierre, sino que, al contrario, recuerden que “está prevista la reparación estructural de la cimentación por parte de la Junta de Andalucía, que ya ha notificado tal actuación”. “Por lo tanto, deberá prestarse especial atención a su estado durante las obras”, concluyen. Este documento fue elaborado en septiembre de 2022.

Problemas para las familias

La probable clausura del Adelfa ha zarandeado a familias de menores escolarizados y a quienes pretendían apuntar a sus hijos en este centro pequeño y familiar que el año pasado cumplió medio siglo.

Para algunas, la decisión plantea interrogantes sobre el itinerario escolar de los niños, que hasta ahora pasaban directamente al cercano CEIP Pablo Ruiz Picasso al terminar la etapa infantil, y tenían preferencia si ya contaban con hermanos en el centro. Otras, ponen el acento en la pérdida de calidad educativa que supondrá, según ellas, trasladarse a otro centro con proyecto y equipo directivo diferente, y con muchos más alumnos. Y subrayan la opacidad de la Delegación de Educación. Creen que el anuncio del cierre a diez días del comienzo del plazo de matriculación y sin preaviso al equipo directivo buscaba desmovilizarlos.

Los problemas del Adelfa no son nuevos ni desconocidos. El propio proyecto alude a la intención de la Junta de revisar la cimentación, y en 2018, la administración autonómica adjudicó obras de mejora de la Escuela Infantil Adelfa de Málaga por valor de casi 89.000 euros. Se trataba entonces de mejorar la pavimentación exterior, red de saneamiento y reparar daños en el edificio, que incluían fisuras, grietas y humedades provocadas por los problemas en la cimentación. Por entonces, el centro rondaba los noventa alumnos.

Para muchas familias, la Junta pretende usar estas deficiencias viejas y conocidas para cerrar el colegio aprovechando que el Metro pasa por debajo. 

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