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Libro
Un prólogo de Alfonso Guerra para el libro de Rodríguez de la Borbolla: historia de una transición y una reconciliación

Portada del libro de Rodríguez de la Borbolla

Consuelo Durán

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José Rodríguez de la Borbolla 'Pepote', presidente de la Junta de Andalucía entre 1984 y 1990, presenta este lunes en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla su libro 'Repaso de transiciones. España, Andalucía y PSOE. 1969-1990', una suerte de autobiografía, pero también ensayo histórico del socialismo y la construcción de la autonomía, donde lo primero que llama la atención es el cariñoso prólogo que le dedica el exvicepresidente del Gobierno de España Alfonso Guerra, habida cuenta de las batallas intestinas entre guerristas y borbollistas que acabaron con su carrera política.

Esa reconciliación la plasma Alfonso Guerra en una invitación a leer un libro que, en su opinión, “ilustra y deshace muchos mitos y leyendas” a la vez que hace gala de “una clara vocación pedagógica”. En realidad, se reencontraron hace un par de años, por iniciativa de Pepote. Hoy, el que fuera su mentor en los 70, y luego responsable de su defenestración, se convierte en el padrino de sus memorias, cerrando un círculo sin hueco para el rencor.

Se trata de un compendio de más de 500 páginas de “vivencias, reflexiones y documentos”, como dice el propio autor, que arroja una mirada solvente sobre la historia reciente de Andalucía y por ende del PSOE, aderezada de anécdotas que, por un lado, acercan a los más jóvenes a una realidad que parece más lejana de lo que es, y por otro, a la humanidad de la política. Desde “las hostias” que se llevó de la policía, a la rápida consignación de una fianza que lo sacó en unas horas de la cárcel de La Ranilla -“¿cómo se había reunido el dinero?”-, pasando por la clandestinidad a la que por un tiempo los obligaron los nostálgicos del régimen o la historia del accidente de tráfico con su sucesor en la presidencia de la Junta de Andalucía.

El accidente de tráfico con Manuel Chaves y el bautizo de Gaspar Zarrías

Un Manuel Chaves que, con el apoyo implacable de Alfonso Guerra y la indiferente complicidad de Felipe González, supuso su expulsión del poder con un epílogo que despertó luego todo tipo de interpretaciones sobre el silencio de Pepote y los suyos, que aceptaron con resignación que los echaran garantizando con ello casi tres décadas más de socialismo en la Junta de Andalucía.

Ese accidente de tráfico ocurrió en Guadalajara. Fue en 1975, en “una noche lluviosa” en la que conducía el propio Pepote, “sin mucha experiencia” en el volante por entonces. Chocaron frontalmente con un Simca 1000 que intentó adelantar a un camión en un cambio de rasante. “Una auténtica masacre con un total, finalmente, de cinco muertos”, recuerda el autor, quien sufrió un episodio de amnesia tras la colisión. “Yo no guardo memoria de nada, aunque luego tuve conocimiento de lo que pasó. Pero Manolo Chaves, el pobre, lo vio y registró todo. Quedó marcado para una temporada”, prosigue.

De todo aquello guarda dos cosas: a Manuel Chaves, sentado en la cama y explicándole las cosas durante la convalecencia, y la primera vez que probó la sopa castellana. “Volvimos a Sevilla en tren y los compañeros y las familias nos esperaban ansiosos en la estación de San Bernardo. Por lo visto, Alfonso Guerra les había comentado: 'Lo que les faltaba a estos dos! ¡Cualquiera cuenta con ellos para trabajar! ¡Se dedicarán a quererse el uno al otro para toda la vida!”, relata. No fue así, pero, pese a lo que vino luego, Pepote confiesa que han intentado siempre hacerse “el menor daño posible” a lo largo de su vida “personal y política”.

Su periplo por Italia, el tardofranquismo, la transición, el renacimiento del PSOE, las batallas en el partido, la redacción del Estatuto de Autonomía, la relación con los medios de comunicación, con los comunistas, con la Iglesia Católica, con los socialistas del resto de Europa, las primeras políticas para Andalucía, el sindicalismo o la vertebración territorial son episodios que va hilando de forma no siempre cronológica. Por el libro desfilan personajes de sobra conocidos en la política andaluza: “Bauticé a Gaspar Zarrías [el que fuera vicepresidente de la Junta de Andalucía] en el río Jordán, ya que no había sido bautizado nunca. Existen testimonios gráficos de la ceremonia. Mientras yo le rociaba la cabeza con agua del Jordán (...), Miguel Manaute [exconsejero de Agricultura y Pesca y uno de los artífices de la reforma agraria], desde la altura de la ribera, pronunciaba la fórmula sagrada”.

En definitiva, un viaje muy personal a los balbuceos de partido en Andalucía y donde su autor describe el ánimo que lo empujaba en el empeño de cambiar las cosas, ilustrado por la frase de un militante tras una asamblea, un tal Antonio Hombrado, quien llegó a decirle: “Mira niño, te he votado, aunque hay cosas tuyas que no me gustan. Pero contigo sé hacia dónde voy, y con otros no sé hacia dónde me llevan”.

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