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El pleno se carga de la tensión de un PSOE-A en minoría y una oposición crecida

Susana Díaz propone "resetear el modelo del 78" sin poner en cuestión "la unidad, la igualdad o la legalidad"

Olga Granado

La primera sesión de control a la presidenta de este jueves, Susana Díaz, desde que terminó su permiso por maternidad, ha estado marcada por la resaca de los últimos episodios que escenifican las dificultades de su ejecutivo en minoría, como el hecho de que este miércoles fuera tumbado, por primera vez, un decreto ley del Consejo de Gobierno por el Parlamento de Andalucía o que la Mesa de la Cámara se encuentre inmersa desde hace semanas en una crisis sin precedentes.

La propia presidenta ha insistido en varias ocasiones durante sus respuestas a los portavoces parlamentarios en que tuvo que esperar 80 días para tomar posesión -lo que no fue posible hasta que votó a favor C's- y se ha referido a la “pinza” que entiende que han formado el PP-A y Podemos, y en menor medida IU, para impedirle gobernar. Y también a la “pinza de hace 30 años” entre el PP-A e IU, con un PSOE-A igualmente en minoría. En cambio, ha reiterado que ella tiene la “mano tendida”, descargando la culpa de la situación en la oposición.

Desde la oposición, sin excepción, le han reprochado la falta de diálogo. “Escuche”, le ha dicho en algún momento el portavoz parlamentario de C's, Juan Marín, “que los demás grupos también tenemos que hacer propuestas”, y efectivamente le ha leído un buen número de ellas para los presupuestos autonómicos. O: “Éste es un parlamento plural” y se hace “obligado el diálogo”, le ha espetado desde IU Antonio Maíllo.

Eso sí, el más duro ha sido el líder del PP-A, Juan Manuel Moreno, quien le ha recordado que “se comprometió a respetar la pluralidad” y sin embargo se ha producido “el hecho insólito de haber dado instrucciones a sus representantes en la Mesa de la Cámara para vetar iniciativas legislativas de la oposición”, en referencia a las proposiciones de ley de su partido y de Podemos que están bloqueadas sin ser calificadas para su debate en el pleno. “Eso es letal para la democracia. Usted está pisoteando el Estatuto de Autonomía y no lo vamos a permitir”, ha continuado.

Susana Díaz ha incidido en que el PP-A intentó que no pudiera ser investida como presidenta y que, toda vez que no lo consiguió, pasó a su “plan B” de bloquear su acción de gobierno en el Parlamento de Andalucía. En su encontronazo con el líder de la oposición ha llegado a decirle: “Para usted el lío de la política; a mí me interesan los andaluces y sus problemas”.

De hecho, ha sido en el turno de la pregunta del PP-A cuando se ha llegado al máximo nivel de acritud, y la presidenta ha acusado a este grupo de “maniatar” y “destruir” la acción del ejecutivo y del legislativo. Juan Manuel Moreno, por su parte, le ha recriminado que ella hace “lo mismo que Manuel Chaves y José Antonio Griñán”, sus dos predecesores en el cargo, que es “quejarse de todo y de echar la culpa a otros”. Para agregar: “Maneja muy bien el látigo de la confrontación, pero necesitamos que maneje bien las riendas de Andalucía (...). No tiene modelo de gestión ni proyecto político para Andalucía”. En la misma línea, le ha recordado que el 2 de marzo de 2015 “dijo que iba a bajar los impuestos en Andalucía y todavía no se sabe nada” de este tema. Cabe recordar que era un compromiso de la presidenta para la legislatura, que acaba de empezar.

De todas maneras, la rebaja fiscal prometida por el PSOE-A ha estado presente en casi toda la sesión de control. Comenzando porque tanto IU como C's han pedido una mayor concreción en las prioridades de la Junta de Andalucía para los presupuestos autonómicos de 2016. En este punto, Juan Marín le ha recordado que su grupo los respaldará si, entre otras cuestiones, se incluye una rebaja fiscal en el tramo autonómico del IRPF que entiende que supondría un retorno en la economía de 4.000 millones de euros.

A falta de ingresos

En todo caso, no ha sido concreta Susana Díaz a la hora de hablar de las cuentas, entre otras cosas, porque ha recordado que todavía no están cerrado los ingresos. Ha incidido en que “éstos son los quintos” Presupuestos Generales del Estado (PGE) que “no cumplen con Andalucía” y que por tanto ponen muy difícil la elaboración de la ley presupuestaria, si bien ha adelanto que se incrementará la inversión pública como motor de la economía. Ha reiterado que la aplicación del modelo de financiación que hace el Gobierno de la Nación “sigue siendo incorrecta”. Para luego volver a prometer unas cuentas “sensibles” y “valientes” para que los inicios de la recuperación “la sientan los trabajadores, los desempleados y las empresas” que han tenido que hacer frente a toda la dureza de la crisis.

Sí ha habido algún guiño a C's, en el sentido de que Susana Díaz sabe que es su aliado más posible si quiere sacar adelante unas cuentas en minoría. “Estoy de acuerdo con usted en algunas de las cosas que ha dicho”, le ha comentado a Juan Marín, mostrándose “abierta” a valorar su propuesta de reducción de los impuestos. Pero ha matizado también que entiende de otra manera el modo en que se debe ir a una rebaja fiscal, más que centrada en la eliminación del impuesto de donaciones y sucesiones que defiende C's. “Yo creo que la política fiscal tiene que ser justa y dar oxígeno a los que han pagado esta crisis”, ha subrayado Susana Díaz, que también ha dudado de que el retorno de la rebaja del tramo autonómico del IRPF sea de 4.000 millones de euros como ha dicho el líder de C's.

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