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Aragón cosechará casi un 60% menos de almendra esta campaña

"Explotación de almendros Monaj-Otal de Novales, Huesca

María Bosque Senero

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Las heladas tardías e inesperadas, la falta de agua en algunos territorios, las fuertes lluvias -algunas acompañadas de violento granizo- en otros, las olas de calor de los meses de mayo, junio, julio y agosto, e incluso los incendios de este verano, han tejido un abanico de acontecimientos que poco ha favorecido al almendro aragonés. Una campaña, la de 2022, que durante los primeros meses del año se preveía “buena” debido a la climatología a favor; con lluvias en marzo y heladas en los dos primeros meses, está terminando con un adelanto de la cosecha en las variedades más tempranas y una merma de las cantidades totales de producción previstas que rozan ya el 60% en pérdidas. 

Buscando los porqués a este descenso de la cosecha, los productores de almendra ponen el foco en la enorme oscilación de las temperaturas que hemos vivido esta primavera. La primera semana del mes de abril los termómetros alcanzaron temperaturas bajo cero, alcanzando 8 bajo cero, provocadas por aire polar ártico, el fruto que está en nacimiento, al congelarse, se necrosa y muere. Esto sucedió en muchas zonas de Aragón excelentes productoras de almendra; Daroca, Calatayud, Valdejalón, Cariñena o el Aranda en la provincia de Zaragoza; además de Huesca; mientras que en Teruel el 80% de la producción se ha perdido, apuntan desde UPA Aragón. 

La superficie total, a pleno rendimiento, de este cultivo en la comunidad autónoma asciende en este momento a 68.000 hectáreas; de las que algo más 6.000 son en ecológico. Basándose en las cosechas anteriores, los productores de almendra y los sindicatos agrarios cifraban en 25.000 toneladas, aproximadamente, la producción estimada para esta campaña. Las heladas de abril hicieron que las estimaciones descendieran hasta las 10.500 toneladas, pero la falta de precipitaciones en muchos puntos de Aragón y la escasez de recursos hídricos en más de dos tercios de la comunidad, hacen prever que la cosecha será todavía menor. 

Desde 2018 se viene notando un decrecimiento de la producción de almendro, principalmente en la zona de Teruel. Una tendencia que tiene su origen, además de en los daños climáticos, en la pérdida de extensión productora “debido a la reposición de árboles antiguos por otros más jóvenes -tardan unos cinco años en estar en activo- y por el abandono de tierras, sobre todo en secano” apunta Arturo Peris, responsable de Leñosos en UPA Aragón y productor de almendra en comarca del Matarraña. 

Menos cosecha, menor precio, mayor calidad

La cosecha de 2022 será menor en cantidad, pero no en calidad; que va en aumento cada campaña. “La calidad sigue siendo buena y de hecho va creciendo en cuanto a lo que pide el mercado” apuntan desde UPA Aragón. Las nuevas variedades, concretamente las de floración más tardía, están ayudando a que la almendra española entre en el mercado industrial, como el de turrones y dulces, ya que garantizan un producto de igual calidad desde el principio hasta al final de la campaña, “algo que con el sistema de producción de polinización cruzada no era posible” explica Arturo Peris. 

En cuanto a los precios, todavía sin definir al comienzo de esta campaña, se estima que este año se pagará entre 30 y 40 céntimos menos que el año pasado, cuando la almendra se vendió a 3,20 euros el kilo de grano en variedad común.

La campaña por Provincias

En Huesca, los sindicatos agrarios estiman una merma en la cosecha de almendra del 30% respecto a la campaña de 2021. Las zonas más afectadas por esta bajada de la producción son la Hoya de Huesca, la Litera y el Somontano. Una de las particularidades que dejan las incidencias climatológicas de este año es la reducción del tamaño de las almendras, que será también un 30% más pequeñas. 

En la provincia de Zaragoza, con las principales zonas de producción de almendra afectadas, a muchos productores de almendra “no les compensa recoger el poco fruto en condiciones que queda en el árbol” explican desde UPA Aragón. Zonas como la comarca de Calatayud, tiene previsto recoger apenas un 10% de la producción total, ya que el resto del fruto quedó necrosado debido a esas heladas de principios de abril. En la comarca de Borja, con una previsión del 20% de cosecha tras las heladas, las cifras se verán exponencialmente reducidas por el azote de la piedra y el incendio de agosto. 

Teruel, solo cosechará el 20% de la producción de esta campaña, en torno a 2.000 toneladas, frente a las casi 6 que se registraba en 2021. Las heladas de abril arrasaron el 80% de la almendra en la zona del Bajo Aragón y ahora, con la mirada puesta en las variedades más tardías, preocupan las altas temperaturas mantenidas en el tiempo, “ese es el matiz importante, principalmente en zonas de secano como la nuestra” apunta Peris. En cuanto a la sequía, Teruel es una de las zonas “privilegiadas” esta campaña, con menos producción en regadío que en las dos provincias anteriores y los embalses al 60% de su capacidad. 

Sequía: preocupación, pero no alarma

En cuanto a la sequía, preocupa, pero por zonas. Mientras en los embalses de la margen izquierda registran cifras bajas; los de la provincia de Huesca están en torno al 38% y los de la provincia de Zaragoza al 46% de su capacidad, los embalses de la margen derecha se encuentran en una situación de normalidad; con una media del 60% de su capacidad garantizada, y reservas suficientes tanto en el Guadalope como en el Jalón.

¿A dónde va a parar la almendra aragonesa?

Aragón es una de las principales comunidades productoras de almendra en territorio español. La próxima campaña se prevé que haya cerca de 70.000 hectáreas en activo de almendro en las tres provincias, con una producción media de entre 300 y 400 kilos por hectárea. La almendra aragonesa se comercializa principalmente a través de grupos empresariales de Cataluña, Castilla La Mancha o Aragón, y una parte importante se exporta al mercado internacional. Los principales consumidores de almendra en España son las regiones de Valencia y Alicante, donde se ubican las industrias de dulce, repostería y turrón, demandantes de este fruto seco para sus elaboraciones. Aunque Estados Unidos sigue siendo el gigante que domina y marca el paso del mercado de la almendra, el fruto español “se está haciendo un hueco en el mercado nacional gracias a su calidad, cada vez mayor” apuntan desde el sindicato agrario UPA. 

El almendro en España

La Mesa Nacional de Frutos Secos ha estimado una producción de 61.684 toneladas de almendra grano para la campaña 2022/23, lo que supone un descenso del 29,27 % respecto a la temporada pasada en el conjunto de España, aunque en Baleares, con 680 toneladas, se incrementa un 23,6 %. Las fuertes heladas, las lluvias y la sequía en las mayores zonas de cultivo son las principales causas que señala la Mesa como causantes de este descenso en las cifras de cosecha. 

Por otra parte, la merma, que se produce por segundo año consecutivo, no se ha visto compensada por la entrada de nuevas superficies productivas; esta campaña sólo han entrado 522.142 hectáreas nuevas, un 7,99 % respecto a la anterior, de las que 100.000 son de producción ecológica.

La Mesa de Frutos Secos, órgano en el que participan representantes de las asociaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias y Aeofruse, elabora sus estimaciones partiendo de los datos de superficie declarada en 2021 en la solicitud única de la Política Agrícola Común (PAC) y de la existente en el Registro General de la Producción Agrícola (REGEPA). 

El almendro en la PAC

La ayuda asociada al fruto seco, vigente hasta este año, se va a ver reducida con la entrada en vigor de la nueva PAC a comienzos de 2023. Un cambio que no beneficia a los productores teniendo en cuenta que los insumos han multiplicado sus precios hasta elevar los precios de producción para el campo a “nivele inasumibles”. Un hecho que “se sufre todavía más en las producciones de secano” explica Arturo Peris, agricultor turolense. Los productores de almendra advierten de que la reducción de ayudas hará que aumente el abandono de superficies de cultivo, especialmente en zonas como Teruel donde no hay regadío. “Las ayudas hacen que muchas explotaciones sean viables, sin ellas, será difícil que alguien vea atractiva la agricultura en el territorio, lo que, sumado a la falta de relevo generacional, no va a ayudar a frenar la despoblación, sino todo lo contrario” advierte Peris. El responsable de Frutos Secos de UPA en Aragón, en nombre de todos los profesionales del sector afectados, denuncia la falta de interés del Gobierno de Aragón por la producción de frutos secos en la comunidad, y exige al ejecutivo que apoye a este sector, también afectado por la climatología, igual que lo hizo con la fruta dulce, “que sí ha recibido ayudas” apuntan. Además, recuerdan que zonas como la vecina Cataluña ya han recibido ayudas por las heladas que han dado al traste con toda la producción en muchos pequeños territorios. 

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