Los cines Elíseos, catalogados y protegidos por su valor histórico, artístico y cultural, se convertirán en un McDonald's
En la capital aragonesa han desaparecido en las últimas décadas prácticamente una veintena de teatros y cines con un gran valor patrimonial, histórico e identitario. Los cines Elíseos han sido los últimos en correr esta suerte con la concesión de una licencia para abrir un McDonald’s en el edificio donde se ubicaba.
Enclavados en la conjunción de dos de las arterias principales de Zaragoza, en el 2009, casi 70 años después de su apertura en el mes de diciembre de 1944 – con el estreno de “Me casé con una bruja”, dirigida por René Clair – se declaró al edificio como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés. Apenas cinco años después, se proyectó la última obra cinematográfica – “Marsella”, de Belén Macías – en su interior.
El pasado mes de mayo el Ayuntamiento de Zaragoza, con los votos favorables del Gobierno PP-Cs, PSOE y Vox y la abstención de Zaragoza en Común y Podemos-Equo, dio su visto bueno a la concesión de una licencia para abrir un McDonald's en el edificio donde se ubicaba el emblemático Cinema Elíseos. El antiguo cine, que cerró sus puertas hace siete años, es un edificio catalogado y protegido por su valor histórico, artístico y cultural.
El consejero municipal de Urbanismo, Víctor Serrano, justificó la concesión por estar el expediente debidamente informado por todos los servicios competentes y por haber pasado por la Comisión de Patrimonio del Gobierno autonómico. A su juicio, se trata de una propuesta “adecuada”, “respetuosa” y que va a abrir un nuevo restaurante con un “elemento diferencial”.
No lo vieron de esta manera algunos de los portavoces de la oposición, como Pedro Santisteve (ZeC), quien consideró “una vergüenza” que un equipamiento como el cine Elíseos acabe de esta forma y la normativa lo permita. Achacó este desenlace a la falta de colaboración institucional entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón y ha subrayado que es “imprescindible” vigilar que se cumplan las prescripciones de la Comisión de Patrimonio.
“Un hasta nunca”
La asociación Salvemos a los Elíseos, una congregación de amantes de la cultura del séptimo arte y del valor arquitectónico de la sala, sospechaba ya en 2009 en sus redes sociales acerca de este movimiento y preveían que “no era un hasta pronto si no un hasta nunca”. Los años les han dado la razón y, en mayo de este año, el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó la concesión de una licencia para construir en este edificio un McDonald’s, sin alterar determinados elementos estructurales como su fachada.
Cabe destacar el notable número de salas cinematográficas y teatros que han ido desapareciendo en estas últimas décadas en comparación a la proliferación de estos espacios culturales que se dio a principios y, sobre todo, mediados del siglo pasado. Zaragoza en esos tiempos crecía de forma exponencial como ciudad y como punto de confluencia de la cultura aragonesa.
Una idea que se propuso por parte de Podemos-Equo en confluencia con Zaragoza en Común fue la de convertir los cines Elíseos en la Filmoteca Aragonesa, ya que Aragón todavía no posee este servicio a pesar de haber criado en sus tierras figuras tan destacadas internacionalmente como Luis Buñuel. Incluso se consiguió el visto bueno de la Filmoteca Nacional a donar los respectivos archivos. El proyecto no salió adelante, a pesar del apoyo Luisa Gavasa, Luis Alegre o Laura Gómez-Lacueva, entre otros.
Otro ejemplo evidente de pérdida cultural fue el Cine Coliseo, inaugurado en el año 1950 y que ahora ocupa su lugar una tienda de ropa. O los cines Goya, construidos antes de la Guerra Civil y que ahora son ocupados por academias y locales de comida. El Teatro Fleta, bautizado en su nacimiento como Teatro Iris, uno de los más grandes de España de la época, fue diseñado por José de Yarza, también arquitecto de los ya nombrados Coliseo, actualmente se alza en plena ciudad en un estado ruinoso y de completo abandono.
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