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La débil huella de Igor el Ruso: la Guardia Civil sigue infradotada en el Aragón rural

Las plantillas de la Guardia Civil acumulan un descuadre de más de 200 efectivos en Aragón, hasta 450 si se descuentan los ocupados por personal en prácticas y en la reserva.

Eduardo Bayona

28 de abril de 2021 22:49 h

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Las correrías por el Bajo Aragón y las Cuencas Mineras de Igor el Ruso, el pistolero serbio autor confeso de la muerte dos agentes de la Guardia Civil y un agricultor en Andorra a finales de 2017, pusieron sobre la mesa las notables carencias de personal del instituto armado, el encargado de la seguridad ciudadana en el medio rural, en plena movilización de la España vacía.

Sin embargo, más de tres años después de esos episodios, la dotación de ese cuerpo sigue ofreciendo un margen de mejora que, de tan amplio, tiene más aspecto de problema cronificado que de asunto en vías de solución.

Según admite el Ministerio del Interior en su respuesta a una batería de preguntas de los senadores aragoneses del PP, el volumen de vacantes sin cubrir alcanzaba al cierre del año pasado al 11,4% de la plantilla en Aragón, una tasa que se disparaba hasta cerca del 15% si se excluían de ese cómputo los efectivos que se encontraban en situación de reserva y los agentes en prácticas recién incorporados al servicio.

Una merma del 10% en la plantilla

Según los datos del Gobierno, la Guardia Civil disponía en Aragón de 3.212 efectivos para cubrir una plantilla de 3.623 puestos, lo que equivale a que donde debería haber una decena de agentes hay, en realidad, menos de nueve.

Esa plantilla teórica, que va camino de cumplir una década sin estar cubierta, o cerca de esa situación, está formada por 3.525 puestos de guardias civiles “activos”, que se encargan de los servicios policiales y de las tareas administrativas, a los que se añaden otros 98 de “reserva ocupado” para miembros del cuerpo en situación de ‘prejubilación’ y entre los que se incluyen cometidos como, básicamente, la vigilancia de edificios como los juzgados.

Los primeros, con 3.161 efectivos, tienen un nivel de cobertura del 89,6%, que cae dos puntos y medio si se restan los 90 agentes en prácticas. La tasa de los puestos de reserva se queda ligeramente por encima del 50%, con 51 agentes.

Esas carencias de plantilla, que comenzaron a acentuarse a principios de la pasada década, con los recortes de personal que impusieron los ministros Juan Ignacio Zoido y Jorge Fernández, que en los siete años transcurridos entre 2011 y 2018 redujeron la plantilla del instituto armado en 5.886 efectivos, más de un 7% del total.

Una patrulla entre dos cuarteles

Ese achique de plantilla afectó en Aragón de una manera intensa a la Guardia Civil, encargada de la seguridad de la mayor parte de los 45.000 kilómetros cuadrados de territorio de la comunidad y a la que esa carencia de efectivos ha llevado a generalizar el cierre de la mayoría de los cuarteles durante buena parte del día y, también, a aplicar fórmulas como la formación de patrullas de agentes de varios puestos.

En estas, uno recoge a otro con el Patrol tras recorrer decenas de kilómetros para hacer una ronda juntos por las dos demarcaciones, o por una de ellas, antes de devolver al primero a su puesto para regresar al del conductor al finalizar el turno.

Esas fórmulas, duramente criticadas por las organizaciones profesionales de la Guardia Civil por su escasa efectividad y elevado coste, ponen también sobre la mesa, de nuevo, el aplazado debate sobre la utilidad y efectividad de mantener entrado el siglo XXI modelos de despliegue territorial y de actuación policial de ese tipo.

Cuatro policías donde debería haber cinco

Los recortes de personal de los gobiernos de Mariano Rajoy también afectaron al Cuerpo Nacional de Policía, que llegó a perder 8.584 efectivos en siete años antes de comenzar a recuperarlos con el cambio de Gobierno.

En el caso de Aragón, que cuenta con una plantilla de 2.148 puestos para activos, la ocupación al cierre del año pasado alcanzaba el 86,1% con 1.850 efectivos, ninguno de ellos en prácticas, mientras las 147 plazas (todas ellas en Zaragoza) para agentes en segunda actividad estaban disponibles. El descuadre del conjunto alcanzaba el 19,4%: había cuatro agentes donde el catálogo sitúa cinco.

“En los próximos años está prevista la incorporación de un mayor número de efectivos de nuevo ingreso en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, señala el Gobierno, que anota que con esa medida “se incrementará la ocupación de las plantillas y, a la vez, se irá produciendo un mayor movimiento de personal entre las mismas”.

¿Eso mejorará las dotaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Aragón? A saber, ya que Interior admite que “en estos momentos” no puede “determinar cuántos de estos efectivos van a ir destinados a cada una de las provincias de la comunidad autónoma”.

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