La encrucijada de la vivienda en Aragón: líder nacional en subida de precios, pero con una oferta pública que se derrumba

Aragón se ha convertido en una de las comunidades donde más se encarece la vivienda. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios han aumentado un 24,9% en los dos últimos años, el mayor incremento de España en este periodo. Frente a esto, el panorama de la vivienda pública es justo el contrario, con el dato más bajo desde 2019: el porcentaje de vivienda pública iniciada en 2024 (7,5%) fue menos de la mitad que la media nacional (17,6%).

En el último año, la subida en los precios ha sido del 13,7%, solo superada por Murcia e idéntica a La Rioja. El alza se concentra sobre todo en la vivienda de segunda mano, que se ha encarecido un 14,8%, frente al 9,4% de la nueva. Solo entre abril y junio, los precios crecieron otro 5,2% en Aragón, casi el doble que en algunas comunidades vecinas.

El encarecimiento de la vivienda no es exclusivo de Aragón. En toda España los precios están en máximos y han subido un 12,7% interanual, el mayor aumento en casi dos décadas. La explicación está en una combinación de factores: faltan viviendas y hay más gente queriendo comprar. El Banco de España calcula que el país necesita unas 600.000 viviendas más para cubrir la demanda, mientras la bajada de los tipos de interés y el abaratamiento de las hipotecas han reactivado las compraventas. Ese desequilibrio entre oferta y demanda está detrás del encarecimiento generalizado, aunque en Aragón el impacto ha sido aún más acusado.

Y, mientras los precios alcanzan niveles récord, la vivienda pública en Aragón retrocede. En 2024, solo el 7,5% de las viviendas iniciadas en la comunidad fueron protegidas, frente al 17,6% de la media española, según el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA). Entre 2018 y 2023 esa proporción rondaba el 11%, por lo que la caída es notable. El contraste es claro: los precios suben como nunca, pero la oferta pública se reduce. Esto deja fuera del mercado a muchas familias jóvenes y con rentas medias o bajas, para las que comprar o alquilar una vivienda resulta cada vez más difícil.

En el contexto nacional, comparando con el resto de comunidades autónomas, en el periodo de 2016 a 2023 Aragón fue la sexta región con más proporción de este tipo de inmuebles con el 9,02% de media. En 2024, único año completo que ha gobernado Jorge Azcón por el momento, la comunidad aragonesa baja hasta el octavo puesto.

El Gobierno autonómico, presidido por el dirigente popular, defiende que la vivienda es una de las prioridades de legislatura. Destaca el plan Más Vivienda, dotado con 400 millones de euros y con más de 2.100 promociones en marcha, con el objetivo de aumentar la oferta. Sin embargo, la oposición acusa al Ejecutivo de fomentar un modelo “centrado en la vivienda libre” y de no aplicar la Ley estatal de Vivienda, que permitiría declarar zonas tensionadas y limitar los precios del alquiler en las áreas más afectadas. Han despertado críticas casos como el proyecto de VPA que levantará el PP de Huesca en Harineras con fondos europeos, y para el que ha optado por un modelo de explotación privada que puede suponer un incremento en los alquileres de 525 euros a unos 843 euros sin garaje; o el de las 400 viviendas de alquiler asequible en Zaragoza, con precios que van desde los 517 euros para pisos de 45 metros cuadrados hasta los 904 euros en el caso de viviendas de 77 metros.

Alojamientos turísticos

El debate político se suma a un cambio en el uso de buena parte del parque inmobiliario. En julio, las pernoctaciones en apartamentos turísticos aumentaron un 45,9% en Aragón, muy por encima de la media nacional. El crecimiento fue especialmente fuerte en Teruel, donde se triplicaron, impulsadas por la demanda extranjera. Este auge del turismo residencial está reduciendo la oferta de alquiler permanente, sobre todo en zonas de interés patrimonial o en los centros urbanos, y añade presión sobre los precios.

La evolución del mercado aragonés refleja la tensión entre una demanda creciente y una oferta insuficiente. A diferencia de otros momentos, el incremento actual no responde solo a la especulación o a la inversión extranjera, sino también a un cambio en las condiciones financieras y al aumento del interés por la vivienda como refugio de valor. Las subidas afectan tanto a la compra como al alquiler, y comienzan a desplazar población hacia municipios periféricos, donde los precios todavía son más moderados.

La situación preocupa a los expertos, que advierten de que el esfuerzo necesario para adquirir una vivienda en Aragón se ha disparado en los últimos años. Con precios en máximos, una construcción pública en retroceso y una demanda turística en expansión, la comunidad vive uno de los momentos más tensionados de su mercado inmobiliario. El acceso a un hogar estable se ha convertido en un reto social de primer orden y en uno de los principales desafíos económicos para los próximos años.