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Ni pedir nos dejan

Cuadro 'La señora Borbón-Bosch-Babrús "La Patiño"' de la exposición de Zuloaga en Zaragoza

Mariano Gistaín

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El Gobierno de España rechaza las alegaciones de Aragón para que Teruel pueda aspirar a la sede de la Agencia Espacial Española, así que solo queda la vía judicial, ejem. Las condiciones infamantes exigen AVE y aeropuerto de pasajeros. Para Agencia Espacial en ciernes, un futurible, mejor debería bastar con tener buenos cielos y un camino de cabras. 

Lo que hay que pedir al Gobierno de España es la Sede de la TIA, la agencia secreta de Mortadelo y Filemón, que seguro que nos la conceden. O tampoco. También nos darían el cementerio nuclear si se hace. Y miles de molinos y placas. Ya ha demostrado aquí Eduardo Bayona que Aragón sigue atrapado/a en su destino de fábrica de energía para los vecinos, que consumen tanta. El esquema de los pantanos, con las nuevas (ya viejas) tecnologías: molinos gigantes y placas. Cuando se independicen el suministro irá incluido, seguro.

Ya explica Rodrigo Sorogoyen, director (con su guionista de cabecera, la genial aragonesa Isabel Peña) de la tremenda película As bestas, que cuando te pones debajo de una de esas torres eólicas ves el infierno. Cualquiera que haya pasado por las “calles” del parque de La Muela (que propició tan descarada corrupción) se sentirá aludido. La ruidera y el desamparo que se siente entre esos molinos dan pánico. Y ahora son mucho más grandes. 

Teruel no entra en el pliego de la agencia esa futurible (excepto por la privada, que ya prueba cohetes con éxito), la descentralización no llega a salir de la corte. En la expo de Zuloaga en la Lonja de Zaragoza hay unos Goyas magníficos, y las colas de público en festivos son también estupendas. Es gratis, el cajón de la Lonja es magnífico y es una expo preciosa. También hay cuadros de Zuloaga de paisajes aragoneses, una vista de Alquézar… y está el fabuloso cuadro de La boda fragatina, de Miguel Viladrich (1918) que siempre te deja seco. 

Zuloaga trae las señoras elegantes de fino talle y glamour total, intelectuales y escritores como Ortega y Gasset, magnífico Valle-Inclán, Pérez de Ayala… con las tremebundas estampas de la España negra: corridas caballos destripados; procesión con un Cristo crucificado de color verde botella; tristísima estampa del jumento en los huesos con su picador ídem, ambos en las últimas; el cardenal enjuto y seco rodeado por sus acólitos… El contraste es brutal y la expo pide verla varias veces, muchas veces.

Este Zuloaga y sus prodigiosos Goyas nos da la España bifída de ahora mismo, el boato de la corte y sus mimadas periferias y el estupor de los desiertos demográficos de las tres provincias aragonesas, que ya tienen dibujados los planos, plantados los postes y las freidoras de voltios y las líneas de muy alta tensión que pasan rozando los pueblos con destino a esas mimadas periferias. Ni una mísera agencia espacial que seguramente no existirá nunca nos dejan pedir. 

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